Lunes, 18 de marzo de 2024

Un anfibio destrona al camaleón como primer vertebrado con lengua proyectable

Autor:

EFE / Redacción Primicias

Actualizada:

7 Nov 2020 - 0:01

Anfibio

Autor: EFE / Redacción Primicias

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7 Nov 2020 - 0:01

Imagen fosilizada del nuevo anfibio descubierto, Yaksha perettii, el 6 de junio de 2020. - Foto: Reuters

Los restos de una pequeña criatura similar a una salamandra han permitido a los paleontólogos descubrir una nueva especie de anfibio. El animal fue hallado en resina fosilizada de unos 100 millones de años.

Descubierta en el yacimiento de ámbar de Myanmar, la nueva especie de anfibio está bien conservada. Tiene cinco centímetros de largo, sin incluir la cola. Pese a tener garras, escamas y cola como las lagartijas no es considerado un reptil.

El ejemplar, cuyos detalles se publican en la revista científica Science, ha sido analizado por científicos del Institut Català de Paleontología Miguel Crusafont (ICP). En el estudio del fósil también han intervenido profesionales del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina, y científicos de otros cinco países.

El anfibio descubierto pertenece a la familia de los albanerpetóntidos, también conocidos como 'albis'. Ha sido bautizado como 'Yaksha perettii', en honor a los "yaksha". Estas son unas criaturas míticas de Birmania que custodiaban tesoros. También debe su nombre a Adolf Peretti, el descubridor del fósil.

Según los paleontólogos, este anfibio pertenece a un linaje distinto al de las ranas, salamandras y cecilias actuales.

Este linaje se extinguió hace dos millones de años y del que existen fósiles de hace unos 165 millones de años. Aunque científicos creen que estos extraños vertebrados surgieron hace más de 250 millones de años.

Los 'albis' son importantes para completar el rompecabezas de la evolución y el origen de los grupos modernos de anfibios. Pero, hasta ahora, su estudio estaba limitado a los escasos fósiles disponibles. En su mayor parte, solo había elementos craneales desarticulados o ejemplares más o menos completos y articulados, aunque completamente aplastados.

Recreación en vida del nuevo anfibio extinto (izquierda) y holotipo fósil (derecha). / Stephanie Abramowicz y Adolf Peretti.

Recreación en vida del nuevo anfibio extinto (izquierda) y holotipo fósil (derecha). / Stephanie Abramowicz y Adolf Peretti. Agencia Sinc

La importancia del hallazgo

"Por primera vez tenemos ejemplares completamente articulados, conservados en tres dimensiones que, incluso, tienen restos de tejido blando (lengua, párpados)", dice el investigador del IPC y coautor del estudio Arnau Bolet.

Según Bolet, estos ejemplares descubiertos proporcionan nueva información morfológica para conocer mejor las relaciones entre los diferentes albanerpetóntidos (familia de anfibios extinta), y otros grupos de anfibios.

Los investigadores analizaron las piezas de ámbar con tomografías computarizadas. Esto les permitió obtener imágenes de gran resolución de la anatomía de los fósiles.

Fue así que descubrieron que estos pequeños animales, lejos de ser excavadores subterráneos como se creía, eran depredadores de emboscada que capturaban a sus presas con un rápido disparo de su lengua retráctil, similar a la de los camaleones.

Con lengua de camaleón

La lengua del camaleón es uno de los músculos más rápidos del reino animal y, en algunas especies, puede dispararse de 0 a 100 kilómetros por hora, y en una centésima de segundo.

Los camaleones alcanzan esta velocidad gracias a un músculo acelerador que, al contraerse, almacena energía y luego lanzan la elástica lengua con un efecto de retroceso.

Por tanto, si los primeros 'albis' ya tenían esta lengua extensible, esta característica habría aparecido millones de años antes que los primeros camaleones. Estos últimos vivieron hace unos 120 millones de años y a los que hasta ahora se consideraba pioneros en esta modalidad de caza.

Descubrir que los 'albis' tenían lenguas elásticas ha permitido a los paleontólogos explicar algunas de sus extrañas y maravillosas características.

Una de estas características son las inusuales articulaciones de la mandíbula y el cuello y los grandes ojos que miran hacia delante. "Es algo común de los depredadores", explica Susan Evans, paleontóloga del University College de Londres y coautora del estudio.

Además, aunque los fósiles están notablemente bien conservados, las tomografías computarizadas han sido esenciales. Así fue posible revelar rasgos a pequeña escala que habían quedado oscurecidos en el ámbar nublado.

"Nos los podemos imaginar como unos pequeños animales, algo rechonchos, correteando, escondiéndose, y saliendo para cazar una mosca con su lengua", concluye Evans.