En este nuevo periodo, al presidente Noboa le empiezan a rebotar los vetos totales previos
Durante su breve periodo de 2023-2025, el Mandatario vetó totalmente 19 proyectos de ley. Después del plazo de un año, estos ya deberán empezar a ser tratados por la nueva Asamblea.

El presidente Daniel Noboa se reunió con su 'nuevo' gabinete ministerial en Guayaquil, el 3 de junio de 2025.
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Antes de su reelección, el presidente Daniel Noboa tenía 18 meses para gobernar y, sin certezas sobre el futuro político, aprovechó la capacidad de veto que tiene el Ejecutivo para frenar los proyectos de ley que no le convencían o no le convenían.
El Mandatario utilizó ese poder en 19 ocasiones frente a una Asamblea Nacional en la que no tenía una bancada fuerte, pese a los aliados que fue ganando en el camino. Ahora, después de su reelección y el inicio de su nuevo periodo, el escenario político es completamente diferente.
Noboa cuenta con una bancada oficialista que supera, por poco, al correísmo y que se nutre de algunos otros votos de las minorías. Y el movimiento Acción Democrática Nacional (ADN) tiene la presidencia de la Asamblea, el control del Consejo de la Administración Legislativa (CAL) y la mayoría de comisiones.
Este escenario le resulta favorable al Mandatario, debido a que su exministro Niels Olsen preside ahora el Legislativo y tiene la potestad de decidir qué proyectos de ley entran en el orden del día de cada sesión.
Y es que el primer veto del periodo pasado, a las reformas judiciales, superó ya su tiempo en la congeladora, puesto que el presidente Noboa lanzó su primera objeción total, el 28 de mayo de 2024, calculando el inicio de otro periodo gubernamental, que podía o no ser el suyo.
Se trataba de una reforma aprobada por 92 de los entonces 137 legisladores, que quería permitir que los miembros del Consejo de la Judicatura que tengan prisión preventiva o arresto domiciliario puedan solicitar licencia sin sueldo. Pero, la propuesta también planteaba la creación de salas especializadas delitos de violencia contra la mujer o miembros del núcleo familiar.
Esos y todos los temas planteados en la reforma fueron frenados por el Mandatario.
¿Qué pasa con los vetos totales?
Cuando el Ejecutivo veta totalmente un proyecto legal, el documento queda bloqueado durante un año en la Asamblea, que finalmente debe decidir qué hacer, si aprobarlo tal como fue vetado y que entre en vigencia o si archivarlo definitivamente.
Pero, como ha sucedido con decenas de proyectos legales, puede que estos nunca retornen al hemiciclo legislativo, puesto que legalmente no hay plazos para que se trate un veto total que llega a su fin. Y en esa lista entrarán poco a poco las propuestas en materia ambiental, de incendios, de seguridad social, de cultura, de trabajo, de legislatura, entre otros proyectos incómodos.
Sin embargo, el oficialismo tiene los números a su favor. Según la Ley de la Función Legislativa, la única forma de revivir esas propuestas es con el voto de dos tercios del pleno: 101 asambleístas. Y ADN tiene, por sí solo, 66 legisladores. Las curules restantes suman apenas 85.
Sin embargo, como es usual en la arena política ecuatoriana, la correlación de fuerzas en la Asamblea puede cambiar en cualquier momento.
O, en mayo de 2027, con la elección de nuevas autoridades internas, puede haber otro presidente de la Función, de quien dependerá el futuro de las casi dos docenas de objeciones totales de Noboa que irán saliendo de la congeladora en el transcurso de su primer año de nuevo gobierno.
Pero ese ya no es un tema a considerar por el Gobierno, puesto a que el mismo Mandatario arrancó este periodo con otro veto total al proyecto de Ley "para regular las Facilidades de pago de los Créditos Educativos, Becas y Asistencias Financieras", que debería ser tratado por la Asamblea en un año.
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