A días de las elecciones, Fitch baja la calificación de riesgo de Ecuador a CCC+
A puertas de las elecciones, Fitch advierte un deterioro de las cuentas fiscales, mayores dificultades para acceder a crédito externo y una acumulación de atrasos.
Oficinas de Fitch Ratings, una de las tres principales agencias de calificación crediticia, en Nueva York, el 2 de agosto de 2023.
EFE
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A cinco días de las elecciones presidenciales, la calificadora de riesgos Fitch bajó la calificación de la deuda soberana de Ecuador de B- a CCC+ debido a un escenario fiscal más desafiante.
Según la firma, la calificación de Ecuador refleja mayores riesgos de financiamiento producto de un deterioro significativo en las cuentas fiscales.
Además, Ecuador presenta, dice Fitch, un alcance limitado para financiamiento adicional en el mercado local y un desafiante contexto de financiamiento externo.
Y Fitch añade que las restricciones de liquidez han resultado en una acumulación considerable de atrasos desde fines de 2022.
"Ha habido un aumento en el riesgo político y los desafíos de gobernabilidad, e independientemente del resultado de las próximas elecciones generales, Fitch no anticipa un progreso significativo en la reforma para abordar la situación fiscal y financiera de Ecuador", dijo la calificadora en su reporte.
Esto seguirá obstaculizando el acceso al mercado del soberano y su capacidad para asegurar un programa sucesor del FMI en los restantes 18 meses, agregó la calificadora.
S&P no prevé cambios por ahora
Por su parte, S&P Global decidió mantener una perspectiva estable para Ecuador; es decir, por ahora no prevé cambios en la calificación de riesgo de la deuda externa ecuatoriana.
En un informe del 15 de agosto de 2023, S&P explica que la "perspectiva estable" para la calificación de riesgo de Ecuador refleja la sólida corrección fiscal que hizo Ecuador en 2023 bajo el programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) y cuyos resultados aún se mantienen.
S&P mantuvo estable su perspectiva de calificación de riesgo, además, porque cree que un limitado acceso a crédito externo contendrá el gasto público de los próximos 12 a 18 meses.
Otro elemento que considera S&P es el bajo servicio de la deuda (pago de capital e intereses) en bonos soberanos hasta 2026 y eso reduce el incentivo para que el próximo Gobierno emprenda otro canje de deuda o caiga en cesación de pagos.
Esto, a su vez, ayuda a mantener las puertas abiertas con los multilaterales para los próximos 12 o 18 meses.
¿Y los riesgos a futuro?
Pero S&P Global advierte que podría bajar la calificación de la deuda de Ecuador en los próximos 12 meses si alguna política pública eleva los desequilibrios fiscales o dificulta el acceso a los préstamos oficiales.
Si aumenta el gasto público, se incrementan las necesidades de endeudamiento, en medio de dificultades para acceder a los mercados internacionales.
Aunque la tendencia al alza del riesgo país de Ecuador se moderó la última semana, sigue siendo el tercer país con el indicador más alto de América Latina, con 1.904 puntos.
La nación con el riesgo país más alto de la región es Venezuela, con 42.150 puntos. Le sigue Argentina con 2.172 puntos.
Mientras tanto, Uruguay tiene el riesgo país más bajo de América Latina con 87 puntos.
Por otro lado, S&P cree que volver a pedir créditos al Banco Central "podría presionar al sistema monetario (dolarización) de Ecuador en los próximos años", dice S&P.
De igual modo, S&P dice que indicios de que el siguiente Gobierno esté menos dispuesto a pagar su deuda llevaría a bajar su calificación.
Ecuador está en medio de un proceso de elecciones presidenciales anticipadas, que ha puesto en duda la adherencia de los candidatos a una política de corrección fiscal y ajuste del gasto.
Además, S&P advierte que el desempeño fiscal del Estado se ha deteriorado debido a los ingresos petroleros más débiles y mayores presiones de gasto.
La consulta del ITT
Además, los gobiernos de Ecuador han enfrentado los últimos años importantes dificultades para equilibrar el desarrollo extractivo y las exigencias de una mayor protección del ambiente.
Los paros de las comunidades indígenas mellaron recientemente la producción de la petrolera estatal Petroecuador.
Mientras tanto, la consulta popular para el 20 de agosto de 2023 podría recortar explotación en el bloque Yasuní-ITT, que representa 12% de la producción de petróleo del país.
Y el desarrollo de nuevas áreas mineras podría enfrentar desafíos similares.
Por todo eso, S&P proyecta que la economía ecuatoriana solo crecerá 1,6% en 2023, menor al 2,6% previsto por el Banco Central.
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