La bonanza prometida no llega a la Aerovía de Guayaquil; la ATM le debe USD 18,9 millones al municipio
En su quinto año de operación, los ingresos no han sido los proyectados, tampoco la afluencia de pasajeros que hoy afecta al primer sistema aerosuspendido de Ecuador, y que le cuesta a Guayaquil USD 114 millones.

Imagen de una cabina de la aerovía de Guayaquil, sistema de transporte que opera desde el centro de Guayaquil hasta Durán. 10 de julio del 2025.
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La emoción con la que Marisol Andrade aborda por primera vez una de las cabinas de la aerovía de Guayaquil contrasta con la indiferencia con la que dos pasajeros comparten su misma cabina la mañana del viernes 11 de julio de 2025.
Para Marisol, una docente y madre de familia de 39 años, el traslado supone un paseo de aventura, un viaje con el que desafía sus miedos a la altura y el vértigo que le produce mirar desde lo alto las correntosas aguas del río Guayas.
“No sé nadar”, dice mientras su mirada se fija, de cuando en cuando, en la cuerda metálica que sostiene la cabina del primer transporte aerosuspendido que se inauguró en Guayaquil en diciembre de 2020, durante la administración de la exalcaldesa Cinthya Viteri.
Desde entonces, Marisol tenía pendiente hacer la travesía de Guayaquil a Durán, o viceversa como finalmente decidió al comprar en USD 3,48 una tarjeta que cuesta USD 2 y que incluía la recarga de dos pasajes (USD 0,74 cada uno), en la estación de la aerovía desde el vecino cantón ferroviario hasta el centro de la ciudad porteña.

“Siempre había querido subirme, pero sentía temor. Ahora estoy haciendo el viaje sola, luego quizás lo haga con mis hijos”, comentó Marisol, mientras que en otra cabina María Elena, una estudiante universitaria de 23 años, se trasladaba sin mayor entusiasmo hasta la parada de Las Peñas.
María Elena usa con frecuencia la aerovía y dice que no ha tenido inconvenientes, que este transporte le permite hacer en diez minutos un viaje que en taxirruta -desde el centro de Guayaquil- le tomaría cuarenta minutos hasta Durán.
Cabinas y boleterías vacías
María Elena lamenta ver los viajes que hacen cabinas vacías, sin pasajeros y considera que incluir paradas hasta el sur de Guayaquil o a Samborondón hubiera sido una decisión acertada para masificar este sistema.
“En horas ‘pico’, entre las 06:00 y 07:00, la gente tiene que esperar mucho por una cabina”.
María Elena Sánchez, usuaria
La cabina en la que viaja Marisol partió con cinco pasajeros, mientras que la de María Elena hizo el viaje con dos usuarias. Esto pese a que cada cabina tiene una capacidad de diez personas, cómodamente sentadas.
Así estaba concebido el plan del sistema aerovía cuando se firmó el contrato -por USD 134 millones- en septiembre de 2017, en la gestión del alcalde Jaime Nebot: ofrecía movilizar a 5.200 pasajeros por hora en sus 154 cabinas y que atendería a unos 35.000 usuarios al día.
Las proyecciones nunca se han cumplido. El transporte aerosuspendido de Guayaquil va por su quinto año de operación y las cifras reflejan que la cobertura que se propuso dar inicialmente en una hora o en un día está muy lejos de la realidad.
En febrero de 2025, por ejemplo, la aerovía transportó un promedio diario de 6.518 personas, apenas el 18% de los 35.000 pasajeros que proyectaba diariamente cuando arrancó el proyecto. Ese mes, el total de usuarios alcanzó los 182.510, un 10% menos que en enero.
La afluencia de pasajeros comenzó con los números en contra desde el momento en que arrancó el servicio. En febrero de 2021, para tomar de referencia el mismo mes, 298.321 personas abordaron las cabinas de la aerovía. La cifra bajó en el 30% en febrero de 2022.
Ese año, 208.297 usuarios la utilizaron y para 2023 hubo un leve aumento del 2%, sin embargo, al año siguiente, hubo una mayor disminución del 15%. Si se compara el primer cuatrimestre de 2021 con el mismo periodo de 2025, la reducción de pasajeros alcanzó el 35%.
“La inseguridad que se vive actualmente en los cantones de Guayaquil y Durán podría ser uno de los factores exógenos que estarían afectando la demanda de usuarios. Se recomienda disponer de policías metropolitanos en las áreas públicas adjuntas a las estaciones de la aerovía”.
Informe de ATM en abril de 2025

Hace cinco años, la justificación fue la pandemia, que retrasó el cronograma de ejecución de la obra, que fue entregada finalmente en diciembre de 2020, cuando por disposiciones del COE (Comité de Operaciones de Emergencia) nacional el aforo en los medios de transporte se había reducido a la mitad.
“El sistema aerovía inició su operación a pesar de las restricciones de aforo por la pandemia, lo que ha determinado un flujo de pasajeros menor a lo esperado, con las consecuentes reducciones de ingresos para el consorcio”.
Alfredo Maldonado, procurador común del consorcio aerosuspendido Guayaquil Poma S.A.S y Sofratesa Inc. en informe gerencial 2020
La firma franco-dominicana consorcio aerosuspendido Guayaquil Poma S.A.S y Sofratesa Inc., vía contrato, comprometía una inversión de unos US 20 millones, esto es el 15% de los USD 134 millones que costó la aerovía.
A cambio, recibió del municipio los derechos para operar el sistema por 28 años, hasta 2048, y recibir el 100% de los ingresos que se generen de la tarifa.
El 85% restante de la inversión (USDS 114 millones) fue municipal, mediante un crédito otorgado por la Agencia de Desarrollo Francés (ADF), con el 5% de interés y con un plazo de 20 años, más cinco años de gracia. En el contrato figuran como autoridades contratantes el alcalde Jaime Nebot, por el municipio de Guayaquil, y Andrés Roche, por la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM).
Deuda de la ATM
El periodo de gracia, contemplado desde la firma del contrato en 2017, tenía previsto concluir en 2022, año desde el cual el municipio, y por ende todos los guayaquileños, habrían comenzado a pagar el crédito con el 5% de interés. Esto, sin embargo, no pudo ser confirmado, porque hasta el cierre de esta publicación el municipio no atendió una solicitud de entrevista de PRIMICIAS.
Sin embargo, el municipio sí le cobra a la ATM valores por la aerovía. En el presupuesto de 2025 consta como deuda pendiente de cobrar a la ATM un total de USD 18,9 millones, cifra correspondientes -según los informes- a la “construcción del Sistema de Transporte Masivo Aerosuspendido”.
Lamentablemente -dice César Cárdenas, del Observatorio de Movilidad de Guayaquil, la aerovía es “uno de los malos negocios que han hecho las autoridades municipales”.
“Ese negocio nunca debió haberse hecho, el contrato implicaba que invirtamos el 90% del costo mientras que la empresa solo el 10%, el 90% no lo van a devolver, le hemos regalado millones de dólares a una empresa privada para que opere un sistema que fue mal concebido”.
César Cárdenas, Observatorio de Movilidad en Guayaquil
El dirigente y veedor cree que si se hubiera previsto un recorrido que cubra la ruta sur-norte de Guayaquil, la aerovía habría tenido una mayor rentabilidad. “La aerovía tiene un mal trazado, antitécnico, y sobre todo sin solvencia económica”.

Además, agrega Cárdenas, la ganancia completa va a los bolsillos de la empresa privada, no para el Municipio. “Eso es un mal negocio para la ciudad. Estamos viendo la posibilidad de interponer una demanda desde la ciudadanía para tumbar ese contrato, porque realmente no es conveniente”, advierte el veedor.
Viajes de turismo
Los horarios de mayor afluencia de pasajeros en la aerovía comprenden desde las 07:00 hasta las 08:00 y de las 17:00 a las 18:00, generalmente de lunes a viernes, y en el 47% de los casos los pasajeros abordaron las cabinas en la parada de Durán. En esa estación se subieron 85.349 de los 182.510 usuarios en febrero de 2025.
Las hermanas Valeria y Daniela Vallejo, de 26 y 23 años, abordaron la aerovía desde Durán a las 07:00 del jueves para llegar a tiempo a la misa de las 08:00 en la Catedral de Guayaquil, mientras que su padre lo usa a diario para trasladarse a su trabajo, en el Banco de Machala, en plena zona bancaria de la urbe porteña.
“Puede decirse que lo usamos de paseo, cada jueves para ir a la Catedral, pero mi papá lo usa a diario para ir al centro, le queda más cerca. Nosotras trabajamos en Durán, no necesitamos usar con frecuencia este transporte”.
Valeria Vallejo, usuaria de 26 años
Fuera de los horarios considerados ‘pico’, las cabinas viajan por los rieles sin pasajeros o con turistas inquietos que por primera vez utilizan el sistema aerosuspendido, como la familia Zambrano-Párraga que compartía la misma emoción que Marisol.

Nubia Párraga y Luis Zambrano salieron a las 03:00 desde la parroquia Colón, en Portoviejo, para pasear en Guayaquil con su hijo Leonardo. El viaje en aerovía estaba en su agenda antes de las 16:00 en que debían retornar a su ciudad natal.
“Nunca habíamos subido, es la primera vez. Tenía un poco de temor, por eso les pregunté hace qué tiempo hicieron mantenimiento”, comentó Nubia antes de que la relajara el paisaje del río, la vista del malecón desde la altura y las fotografías que le tomaba su hijo Leonardo
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