Viernes, 29 de marzo de 2024

Tres de cada 10 ecuatorianos no tienen suficiente dinero para comer

Autor:

Gabriela Coba

Actualizada:

7 Nov 2021 - 0:05

El reporte Latinobarómetro revela que el 30,4% de la población en la región no tiene suficientes recursos para alimentarse correctamente. Venezuela es el país de Latinoamérica donde más personas pasan hambre.

frutas

Autor: Gabriela Coba

Actualizada:

7 Nov 2021 - 0:05

Un grupo de personas y un niño venden frutas en el centro de Cuenca, el 14 de enero de 2020. - Foto: API

El reporte Latinobarómetro revela que el 30,4% de la población en la región no tiene suficientes recursos para alimentarse correctamente. Venezuela es el país de Latinoamérica donde más personas pasan hambre.

Tener alimentos es una de las principales preocupaciones de los latinoamericanos, pues un 30,4% de la población en la región no posee suficientes recursos para alimentarse, según el reporte Latinobarómetro 2021.

Para obtener esos datos el estudio realizó 20.204 encuestas en Latinoamérica y cerca de 1.100 entrevistas en cada país.

Según el reporte, la región ya arrastraba problemas alimentarios que se han ahondado con la pandemia de Covid-19.

Si se analiza por país, en Ecuador tres de cada 10 personas no tienen suficientes recursos para alimentarse de forma seguida o algunas veces.

Eso teniendo en cuenta que, en septiembre de 2021, la canasta vital para una familia de cuatro miembros costaba USD 502,90 en el país.

Pero en ese mismo mes la canasta básica, compuesta de 75 productos, llegó a USD 712,85, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Mientras que Venezuela es el primer país de la región donde más personas tienen dificultades para comer, según el Latinobarómetro. Más de la mitad de su población asegura no tener suficientes alimentos a veces o con mucha frecuencia.

Le siguen Guatemala y República Dominicana, con el 40% de su población con necesidades alimentarias.

Alimentos baratos y de mala calidad

Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha indicado que en la región debido al aumento del desempleo y de la caída de ingresos, "millones de personas no adquieren suficientes alimentos, y muchas otras optan por alimentos más baratos y de menor calidad nutricional".

En Ecuador, la crisis actual y el deterioro el mercado laboral ha derivado en el aumento de la población en condición de pobreza y pobreza extrema, que son quienes no se alimentan bien.

De hecho, el 32,2% de la población en Ecuador, o cerca de 5,7 millones de personas, está en condición de pobreza, según el INEC.

Y de esas 5,7 millones de personas, unas 2,6 millones o el 14,7% viven en la pobreza extrema.

Se considera a una persona pobre si percibe un ingreso familiar per cápita inferior a USD 84,71 mensuales o lo que equivale a USD 2,8 al día.

Y una persona está en condición de pobreza extrema cuando gana menos de USD 47,37 al mes o lo que es igual a USD 1,6 al día.

El costo de la desnutrición infantil

La falta de recursos para alimentarse deriva en problemas como la desnutrición crónica infantil, que enfrenta Ecuador.

La desnutrición crónica infantil golpea al 27,2% de los niños menores de dos años en el país y se estima que uno de cada cuatro pequeños de cinco años la padece, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Y esa situación es más grave para la niñez indígena, pues cuatro de cada 10 presentan anemia.

El presidente Guillermo Lasso afirmó que la desnutrición crónica infantil le cuesta cada año al país alrededor de USD 4.000 millones y representa el 4,3% del Producto Interno Bruto (PIB).

Para reducir la desnutrición crónica infantil, el Gobierno ha planteado un plan estratégico enfocado, sobre todo, al cuidado de las madres y sus hijos durante los primeros 1.000 días de vida.

El plan establece:

  • Detección rápida del embarazo y consejería sobre lo que significa este proceso.
  • Atención prenatal y entrega de vacunas para los bebés.
  • Entrega de bonos a personas en situación de pobreza. Estos bonos estarán dirigidos a cubrir las necesidades básicas de los niños y sus madres.
  • Educación sobre el problema de la desnutrición crónica.
  • Acceso al agua potable y saneamiento