Los Choneros y Lobos empiezan a convertirse en carteles de narcotráfico
El llamado 'efecto cucaracha' se suma a la mutación de las bandas hegemónicas que buscan convertirse en carteles. En medio de todo está la operación de microtraficantes, que disputan espacios.
Las bandas de Los Choneros y Los Lobos dejaron de ser hegemónicas. Muchos integrantes dejaron esas organizaciones y han formado sus propias bandas, que trabajan como brazos armados para varios carteles en Guayaquil y otras provincias.
Autor:
Actualizada:
Compartir:
El ministro del Interior, Patricio Carrillo, confirmó a PRIMICIAS que todos los hechos concatenados de violencia, especialmente en Guayaquil, así como el fortalecimiento, en los últimos años, de las bandas de Los Choneros y de Los Lobos son señales de que van camino a convertirse en los primeros carteles del narcotráfico en Ecuador.
Un dato clave es su número de integrantes, su capacidad bélica y económica: Los Choneros cuentan con alrededor de 20.000 integrantes y Los Lobos, con 8.000.
"Esa tendencia es la que debemos revertir y es una de nuestras metas más urgentes: desmontar esas organizaciones criminales, con todas sus redes, sus conexiones y sus fuentes de financiamiento antes de que se vuelvan incontrolables", admite Carrillo.
Con su diagnóstico coinciden fuentes de Inteligencia y especialistas, que subrayan otro indicador de la transformación: Los Choneros y Los Lobos ya tienen el control de líneas completas del narcotráfico en Ecuador.
Líneas que incluyen desde la compra y el transporte de cocaína en la frontera colombo-ecuatoriana, hasta el manejo de sus propios laboratorios de procesamiento, centros de acopio y el transporte hacia los puertos en las provincias de Guayas, Manabí y Esmeraldas.
"Los Choneros, Los Lobos e incluso otras organizaciones más pequeñas, como Los Tiguerones y los Chone Killers, ya no son solo brazos armados a cargo de asegurar los embarques, sino que ofrecen servicios exprés para los grandes carteles mexicanos y de los Balcanes (los albaneses especialmente)", dice un funcionario que investiga la evolución de estos grupos criminales.
Con sus actividades ilícitas, las bandas obtienen hoy millonarios ingresos, lo que les permite adquirir armas de grueso calibre, municiones, explosivos y sobornar autoridades, según el mismo funcionario que pidió mantener su nombre en reserva.
Además, han constituido empresas para lavar dinero y negocios de todo tipo para 'lavar' sus 'ingresos'.
"Ya tienen el control de líneas completas en las rutas internas desde la frontera hacia los puertos, especialmente de Guayaquil", recalca el funcionario.
Brasil: de bandas a carteles
La mutación de las bandas hacia carteles no es un fenómeno nuevo en la región. El caso más evidente en Latinoamérica es el de los carteles Primer Comando de la Capital (PCC) y el Comando Vermelho, en Brasil.
El PCC nació en 1993 en la megacárcel de Taubaté, estado de San Pablo, como un grupo de protección frente a las masacres carcelarias y se fue degradando hasta terminar involucrado en el narcotráfico.
Y el Comando Vermelho nació en 1979, en el Instituto Penal Cándido Mendes en Río de Janeiro. Uno de sus líderes fue el exnarcotraficante Fernandihno Beira-Mar, quien actualmente cumple una pena de 150 años de cárcel en Brasil.
En Ecuador, los índices de muertes violentas empezaron a dispararse desde 2018 y han pasado de 7,4 homicidios a 14, por cada 100.000 habitantes.
En Brasil, en 2021, este marcador fue del 18,5 homicidios y en México de 26. Más del 90% de esas muertes están directamente e indirectamente relacionadas con las acciones criminales de los carteles, según el analista brasileño Marco Bastos.
Bastos estuvo en Ecuador a fines del 2021, varias semanas, analizando la evolución del crimen organizado en el país y sus características.
En Brasil -apunta- la falta de una estrategia sistémica del Estado para controlar las cárceles y hacer un diagnóstico claro del problema del narcotráfico desencadenó en la creación de pandillas y bandas en los penales.
"Con el paso de los años el PCC evolucionó hacia un cartel transnacional. Hoy controla rutas de comercio de cocaína y armas en toda América de Sur y exporta droga hacia Europa por los puertos brasileños".
Marco Bastos
Radiografía de las organizaciones
En Ecuador esta dinámica criminal se aceleró tras el asesinato del Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, en diciembre del 2020 y en esa tesis coinciden agentes antinarcóticos, fiscales, autoridades y especialistas consultados por PRIMICIAS.
Desde 2011, Rasquiña se convirtió en el líder indiscutible de Los Choneros, y en uno de los principales operadores del Cartel de Sinaloa en Ecuador.
En una zona conocida como 'Siete Puñaladas', en Manta, 'Rasquiña' mantuvo cohesionados a sus miles de integrantes y subordinados a otros grupos criminales, como Los Lobos y Los Lagartos, con cuyos cabecillas sostuvo alianzas estratégicas.
Pero, tras su asesinato en un centro comercial de Manta, se originó una disputa encarnizada por sucederlo, especialmente entre Junior Roldán, alias 'JR', y José Macías, alias 'Fito', brazo derecho de Rasquiña, por muchos años.
Ambos estaban presos en la cárcel Regional de Guayaquil hasta que 'JR' recibió un habeas corpus para ser excarcelado y cumplir su pena en su casa. Aunque, luego, esa medida fue revocada y se ordenó su traslado a un hospital.
Lo cierto es que en los dos últimos años ni 'JR' ni 'Fito' han podido ejercer un liderazgo claro, siendo ambos cabecillas de Los Choneros, lo que ha producido una suerte de desbandada entre algunos de sus lugartenientes, quienes han formado sus propias organizaciones criminales.
La crisis entre Los Choneros ha derivado también en el fortalecimiento de Los Lobos, que estrecharon su alianza con los Chone Killers, los Tiguerones y los Gansters, y trabajan con el cartel Jalisco Nueva Generación.
Los Choneros, por su parte, están aliados con las Águilas, los Latin Kings y otros grupos más pequeños.
El 'efecto cucaracha'
La fractura y atomización de las bandas, que se conoce como el 'efecto cucaracha', ha desembocado en una guerra, focalizada en Guayaquil, por el control del transporte de cocaína hacia Europa y por el control de las actividades de microtráfico de drogas.
Esas disputas son la causa de más del 90% de las 436 muertes violentas registradas entre enero y abril de este año en la Zona 8, conformada por los cantones de Guayaquil, Durán y Samborondón (Guayas).
Se trata por el momento de la zona más conflictiva y violenta del país.
Hasta 2021, la mayoría de fallecidos hacía parte de las bandas enfrentadas o eran blancos específicos por retaliaciones o ajustes de cuentas.
Pero desde 2022, hay cada vez más víctimas que no tienen relación alguna con actividades delictivas.
Desde enero hasta el 1 de abril de 2022, unos 24 menores de edad han muerto en medio de hechos delictivos o del fuego cruzado.
Para el ministro Carrillo, la meta más urgente de su gestión es contener la ola delictiva y la violencia en Guayaquil, donde ya se reportan más de 10 muertes violentas cada día.
Por qué hay violencia
¿Por qué tanta violencia en este proceso? Durante los tres últimos años, la tendencia de los envíos de cocaína desde Ecuador cambió.
El principal destino dejó de ser Estados Unidos, que fue reemplazado por países de Europa, como Holanda, Bélgica, Albania y España, según confirmó a PRIMICIAS el coronel Byron Ramos, subdirector Antinarcóticos.
En estos cuatro meses de 2022, solo en el puerto de Guayaquil la Policía incautó 31 toneladas de cocaína, embarcada en contenedores de buques que iban hacia Europa con fruta y otros productos de exportación.
En el mismo período, el año anterior, fueron decomisadas 12 toneladas de cocaína. Es decir, que se han triplicado las capturas, según Ramos.
Los contenedores con productos de exportación son contaminados mientras navegan por los brazos de mar en el golfo de Guayaquil, lo hacen los operadores de las bandas que salen en pequeñas embarcaciones desde los manglares en las noches, dice el mayor Carlos Vizcaíno, jefe en Guayaquil del Grupo Especial Móvil Antidrogas (GEMA).
Un sector estratégico para estas operaciones delictivas es el populoso Guasmo sur, que colinda con los esteros.
En los barrios más cercanos a los esteros, en especial en Punta Arrecha, mandan hace muchos años Los Lagartos, hoy aliados con varias bandas atomizadas de Los Lobos, que tienen cientos de operadores para transportar los estupefacientes.
Además, cuentan con colaboradores en las empresas que administran los puertos, según confirmó un habitante que vive en ese sector, entrevistado por PRIMICIAS.
"Esas bandas controlan todo aquí y nadie las toca, muchas las autoridades les temen porque han sido amenazadas o reciben pagos por su trabajo en los puertos", narra. Los Choneros han intentado ingresar al sector para hacerse con el control de esa ruta.
La incursión de Los Choneros ha desatado violentos enfrentamientos armados en este y otros populosos sectores de la Zona 8.
"El lunes pasado, en mi barrio ya mataron a dos jóvenes, de 14 y 17 años, sin tener nada que ver con ninguna actividad delictiva, adolescentes que trabajan para Los Lagartos y los mataron por error. Pensaban que estaban vendiendo drogas sin su autorización", dice.
La pelea por el 'botín'
El ministro Carrillo asegura que la causa principal de la escalada violenta en Guayaquil se debe a la nueva ruta que todas las bandas quieren controlar, porque se volvió mucho más lucrativo colaborar en el envío de los cargamentos de cocaína hacia Europa.
"Esta ruta es la que nos está causando la mayor cantidad de violencia y es donde también se evidencian las alianzas entre narcotraficantes y carteles de varios países y nacionalidades específicas, con mafias sumamente duras y violentas, como la albanesa, la rusa, la italiana y la china", subraya Carrillo.
Años atrás solo había una ruta preponderante por el corredor del Pacífico por las vías marítima y aérea: era la ruta para transportar cocaína hacia Estados Unidos.
Pero la demanda mundial de cocaína, luego de la pandemia, creció en Europa, en donde un kilo puede valer hasta USD 50.000, en promedio. En Estados Unidos la misma cantidad cuesta USD 25.000.
A esto se suma el aumento del procesamiento de la hoja de coca para su transformación en cocaína en Colombia y también en Ecuador.
Los grupos criminales también tienen ya sus laboratorios en Ecuador, aunque en menor medida, explica un agente de Inteligencia antinarcóticos.
Al ser consultado sobre si esto ya implica que las grandes organizaciones delictivas locales se pueden convertir en carteles autónomos, el ministro del Interior, Patricio Carrillo, responde que sí.
"Es indiscutible. Aquí hay un alto riesgo de que las bandas se conviertan en carteles. Los Choneros están a punto, son un ejército, son 20.000. Los Lobos están en esa lógica, son más de 8.000".
"Los Choneros y los Lobos ya enfrentan al Estado, no son bandas, son organizaciones criminales".
Patricio Carrillo.
Con un agregado -subraya el ministro Carillo- "estos grupos necesitan y cuentan con protectores políticos y judiciales, con uniformados, que estamos tratando de identificar, pues reforzamos el enfoque de investigación para detectar y neutralizar a todas las estructuras, no solo a los conductores o quienes cuidan la cocaína".
También le puede interesar:
Crimen organizado 'blanquea' dinero en comercio y construcción
El crimen organizado se inserta en la economía con facilidad, "haciendo partícipe a la sociedad, aunque no lo sepa", aseguran dos expertos.
Compartir: