Junio de 2022. Marlon ‘Chito’ Vera recorre las calles de Chone para apoyar la campaña política de su hermano Marlon, quien aspira a la alcaldía del cantón. Les acompaña el prefecto de Manabí, Leonardo Orlando, hombre fuerte del correísmo, quien también busca la reelección. La fórmula electoral participa bajo el auspicio del movimiento Revolución Ciudadana.
Octubre de 2023. Daniel Noboa cierra su campaña presidencial en varias provincias de la Costa, acompañado de su amigo ‘Chito’ Vera, a quien ha apoyado durante casi una década en su desarrollo deportivo. En pleno silencio electoral, ‘Chito’ protagoniza un polémico comercial para la marca Quaker, en evidente apoyo al candidato Noboa, quien está a pocas horas de vencer a Luisa González, candidata de Revolución Ciudadana.
En ambas anécdotas se repiten tres elementos.
- El legítimo (y hasta ingenuo) deseo del deportista de apoyar a seres queridos a que cumplan sus metas, tal como lo hicieron con él.
- La presencia de Revolución Ciudadana, movimiento que genera muchas pasiones, tanto en aliados como en adversarios.
- Los desproporcionados insultos que recibió el deportista luego de cada aparición política.
De lo señalado, cabe una reflexión.
La política es una emulsión espesa y viscosa. No se puede pretender entrar a este fango y no salir embarrado. Y aunque la relación entre deporte y política tiene ya mucho recorrido, la mayoría de figuras de élite evitan tomar posiciones que puedan dividir a sus seguidores o politizar un espacio por lo general de entretenimiento.
Luego del episodio de junio de 2022, el anticorreísmo excluyó a Vera de la “selecta cofradía de personas de bien”, exigiendo que se aleje de expresar opiniones partidistas por ser una figura que representa internacionalmente a Ecuador; mientras las huestes revolucionarias vitorearon la supuesta adhesión del peleador a su causa.
En octubre de 2023, con los mismos actores, pero en roles cambiados, el anticorreísmo pasó de la crítica al aplauso por la decisión de Vera de apoyar a Noboa, mientras la vereda de enfrente lo condenó por "venderse" al establishment.
El último episodio de esta saga fue particularmente llamativo. Mientras gran parte de Ecuador se desveló para ver la pelea por el título, no faltaron las voces radicales que celebraron cada golpe que propinó el estadounidense al manaba. Era el "karma" por apoyar a Noboa, según algunos.
En sociedades altamente polarizadas como la nuestra, la derrota de un bando implica el triunfo del otro. Solo así se explica que militantes que se identifican con la izquierda progresista no apoyen a un ecuatoriano que emergió desde abajo, con esfuerzo y trabajo, y más bien celebren el triunfo de un privilegiado representante del “imperio”, con comentarios sexistas y misóginos en su archivo.
Sea su hermano o un gran amigo, ‘Chito’ apoyó a un candidato. Y un candidato es un político que representa ideas y valores que son compartidos o combatidos. ‘Chito’, como cualquiera de nosotros, tiene pleno derecho de expresarse con libertad sobre cualquier tema, sin embargo, la política es un campo minado del cual, si decides atravesarlo, difícilmente sales intacto.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
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