Martes, 30 de abril de 2024
Contrapunto

El nacionalismo musical danés a través de Carl Nielsen

Fernando Larenas

Fernando Larenas

Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.

Actualizada:

30 Dic 2023 - 7:00

Carl Nielsen (1865-1931) no fue el mayor representante del nacionalismo musical danés, pero es el más conocido a través de su música, interpretada en el siglo XX por el director de orquesta Leonard Bernstein (1918-1990) y en el XXI por Herbert Blomstedt.

Dinamarca primero aportó a la música académica con Niels Gade (1817-1890), cuya obra recibió el influjo de Félix Mendelssohn.

Historia de la Sinfonía anota que el muchacho Nielsen fue presentado a Gade y que éste lo recomendó para que ingrese al Conservatorio de Música de Copenhague, un hecho que ocurrió en 1883.

El nacionalismo romántico como se sabe comenzó en Rusia, siguió en la región de Bohemia y posteriormente se trasladó a Noruega, Finlandia y a casi todos los países nórdicos.

La verdad es que a Nielsen lo conocí después de escuchar la explicación de Blomstedt del porqué en su repertorio siempre insistía con temas del músico danés y también del austríaco Anton Bruckner (1824-1896).

La razón, decía el director Blomstedt, nacido en Massachusetts, de raíces suecas y que en la actualidad es el director más longevo con 96 años, es que los compositores Nielsen y Bruckner eran los menos interpretados en las salas europeas de conciertos.

Al escuchar cualquiera de sus seis sinfonías se nota claramente que Nielsen no quería saber nada de la música romántica de Beethoven, Brahms o Schumann y ya dejaba mostrar algunos rasgos dodecafónicos.

Escritas entre 1892 y 1925, las sinfonías tienen en común la duración de un poco más de media hora, así como el protagonismo de los instrumentos de metal con inusuales cambios en la tonalidad.

  • Pese a su reticencia por el modernismo, la primera sinfonía, opus 7 refleja la influencia de Grieg y Brahms, en tanto que la 2, opus 16 se denomina ‘De los temperamentos’, porque refleja las emociones del comportamiento humano: colérico, melancólico, flemático y sanguíneo.
  • La sinfonía 3, opus 27 ‘Expansiva’ es la única de Nielsen que en uno de sus movimientos incluye solos de soprano y barítono, que cantan una melodía sin palabras que son tocadas por el clarinete y el trombón.
  • La sinfonía número 4 lleva por título ‘inextinguible’, porque “la música es vida y, como ella, inextinguible”; la cinco no tiene nombre y la seis se conoce como ‘semplice’ o simple.

La música de Carl Nielsen fue destacada por Arnold Schönberg, considerado el creador de la música atonal y el dodecafonismo.

No obstante, Nielsen comenzó su recorrido musical con influjos de Brahms y también del noruego Eduard Grieg, él sí un romántico declarado y nacionalista por excelencia.

AcademiaLab anota que Nielsen nació en un ambiente social pobre -su padre pintaba casas-, pero con talento musical; el papá de Carl fue cornetero, el hijo tocó en una banda musical y alternaba instrumentos de viento con el violín.

Las obras de Carl Nielsen revelan una proyección estilizada del folclore de su país; experimentó lo que en la época era conocido como una tonalidad progresiva, que según musicólogos se encuentra en algunas obras de Mahler.

Además de sus seis sinfonías, conciertos y obras corales destaca su ópera Maskarade, que fue bien recibida en el ambiente operístico europeo; otra obra escénica fue Saúl y David.

Entre sus conciertos destacan uno para flauta y clarinete y un original quinteto de vientos, además de una alta producción de canciones populares danesas. El Concierto para violín y orquesta opus 33 destaca entre sus obras intermedias.

En una de sus biografías citadas por AcademiaLab Nielsen explicaba:

“Había escuchado música antes, escuché a mi padre tocar el violín y la corneta, escuché a mi madre cantar y, cuando estaba en la cama con sarampión, me probé en el pequeño violín”.

En su edad temprana el violín fue el instrumento que lo acompañó siempre. Escribió algunas nanas o música para arrullar niños y polcas, pero esas partituras desaparecieron, según los biógrafos. 

La última obra fue compuesta en 1931, se trata de Commotio opus 58, escrita para órgano y según Historia de la Sinfonía tiene 511 compases que son “una síntesis del barroco y el modernismo”.

LA Phil afirma que Nielsen combinó muchas ideas y técnicas progresistas con una reverencia por las tradiciones heredadas; “el resultado fue un estilo audaz e idiosincrásico que ha ganado un círculo cada vez más amplió de admiradores”.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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