Logo

Suscríbete a nuestras notificaciones para recibir las últimas noticias y actualizaciones.

Lo Último
Temas:
  • Daniel Noboa
  • Mundial de Clubes
  • Migrantes por el mundo
  • Día del Padre
Domingo, 15 de junio de 2025
  • Home
  • Lo Último
    • Qué pasa hoy
  • Política
    • Elecciones Ecuador 2025
  • Economía
    • Empresas
    • Reputación en Acción
  • Seguridad
    • Sucesos
    • Caso Metástasis
  • Quito
  • Guayaquil
  • Jugada
    • #Eldeportequequeremos
    • Barcelona SC 100 años
    • Eliminatorias Mundial 2026
    • Tabla de posiciones LigaPro 2025
    • Tabla de posiciones Eliminatorias Mundial 2026
    • Tabla de posiciones Copa Libertadores 2025
    • Tabla de posiciones Copa Sudamericana 2025
  • Sociedad
    • Censo Ecuador
  • Trending
    • TV y Streaming
    • Música
    • Gastronomía
    • Cine
    • Cultura
    • Agenda
  • Firmas
  • Internacional
  • Revista Gestión
  • NEWSLETTER
  • Juegos
  • Telegram
  • X Twitter
×
  • Telegram
  • X Twitter
  • Lo Último
    • Qué pasa hoy
  • Política
    • Elecciones Ecuador 2025
  • Economia
    • Empresas
    • Reputación en Acción
  • Seguridad
    • Sucesos
    • Caso Metástasis
  • Quito
  • Guayaquil
  • Jugada
    • LigaPro
    • Fútbol
    • La Tri
    • Tabla de posiciones LigaPro 2025
    • Tabla de posiciones Copa Libertadores 2025
    • Tabla de posiciones Eliminatorias Mundial 2026
    • Tabla de posiciones Copa Sudamericana 2025
    • Más deportes
    • Ciclismo
    • Eliminatorias Mundial 2026
    • #Eldeportequequeremos
    • Juegos Olímpicos 2024
    • Dónde ver
    • Mundial de Clubes
  • Sociedad
    • Censo Ecuador
  • Trending
    • TV y Streaming
    • Música
    • Gastronomía
    • Cine
    • Cultura
    • Agenda
  • Ciencia y Tecnología
  • Firmas
  • Internacional
  • Revista Gestión
  • Juegos
Videos
NEWSLETTERS

Cambio de Rueda

Nada puedes pensar seriamente sin hacerte daño a ti mismo

Santiago Roldós

Actor, escritor, director y profesor, cofundador del grupo Muégano Teatro y de su Laboratorio y Espacio de Teatro Independiente, actualmente ubicado en el corazón de la Zona Rosa de Guayaquil. A los cinco años pensaba que su ciudad era la mejor del mundo,

Actualizada:

02 ene 2020 - 19:00

Compartir:

  • X Twitter
  • Telegram
ÚNETE A NUESTO CANAL

Parafraseo el slogan de nuestra obra en Muégano Teatro, 'Asalto al centro comercial', tomado a su vez de una conferencia de Miguel Morey sobre Nietzche, el filósofo como artista, para pensar lo cruel y difícil que en realidad resulta la deconstrucción.

Una pareja de feministas veganas aparentemente radicales graba una denuncia sobre el criminal hacinamiento y tortura sistemática que sufren las gallinas en las asombrosamente llamadas explotaciones avícolas.

Un granjero que honra su trabajo les responde con otro video, rápidamente viralizado, donde defiende la nobleza de su oficio, heredado por su padre, quien centralmente le enseñó a tratar con amor a las criaturas que explota.

Cuando la tele pone a ambos bandos en pantalla, resulta imposible no estar de acuerdo, en teoría, con las veganas; y empatizar, en la práctica, con el granjero, sobre todo cuando él las invita a conocer su propiedad y ellas lo rechazan: “jamás iríamos donde un fascista”. 

La deconstrucción es más fácil de decir que de hacer, porque a diferencia de una tortilla de huevos expropiados, por ejemplo, no es cosa ni producto, método o sistema, sino ejercicio, parecido y distinto a cocinar, una vez las recetas se han vuelto cuerpo y memoria. 

En ese sentido, y a diferencia del deseo de algunos machos sensibles al feminismo, pero también de ciertas militancias que reiteran el simulacro de aspirar al paraíso, la deconstrucción es inagotable y eterna, problema radical de toda disidencia consigo.

Leer al profesor de la deconstrucción, Jacques Derrida, es muy arduo. Y no por una búsqueda de originalidad o por la patente complejidad de sus conceptos y erudición, sino por la concepción misma de la escritura como un procedimiento en permanente sospecha de sí.

Derrida se resiste a cada paso a la trascendencia, y una vez liberada tu pretensión amaestrada de entenderlo todo lo más pronto posible, comprendes que la deconstrucción es una explosión, un parque de diversiones sin franquicia, un carnaval de los sentidos.

Por eso hay gente, como Vargas Llosa, que detesta la deconstrucción, por no ofrecer certeza alguna, y a ese vértigo lo asocian con una cierta decadencia. En las antípodas de una reacción como esa, el optimismo deconstructivo sería otro conservadurismo.

Paradoja no significa tanto una contradicción como la posibilidad de una existencia por fuera de la norma, esto es, del todo binario, al cual sin embargo hemos de referirnos, como en Sueño con serpientes, esa gran canción del luego burocratizado Silvio.

No se trata sólo de divertir, pervertir y subvertir a las nuevas identidades de género o nuestras aún inimaginables relaciones con los demás animales a medio y largo plazo, sino de deconstruir lo más sagrado y encarnizado, si acaso aún no estuviese dicho en estos párrafos.

La carne de nuestra carne es la deconstrucción. Y antes que hablar de la deconstrucción de la mapaternidad, la mapaternidad me parece el continente por excelencia de la deconstrucción.

Traemos a nuestros hijos e hijas a morir, pues dar vida es comenzar a dar muerte. Amor en francés nos recuerda eso todo el tiempo. Y nuestras hijas e hijos no son para nada nuestros, sino de sí. Otra cosa es que nuestra pasión sea enseñarles mientras desaprendemos.

Mi hijo vertebró gran parte de su filiación al juego y las fábulas a partir de la saga de Toy Story. Me recuerdo a mí mismo poniendo una y otra vez, a exigencia suya, la música de la escena donde el reparador de juguetes restaura a Woody en Toy Story 2.

Recreábamos entonces la secuencia completa. Él, a sus dos años y medio, haciendo de Woody, y yo, a mis 40, del reparador. Ahí se cosía y se coció algo más que una representación.

Toy Story 4, como a tanta gente, le decepcionó profundamente. Yo perdí mi fe en la saga desde el desenlace de la tercera, cuando aparece la garra gigante, literalmente un Deus Ex Machina. El cine y el teatro son territorios donde ensayas, o mientes, la vida.

Toy Story optó, como la mercancía que es, por no ser consecuente con su propia trama y fantasía, sino con el artificio, no tanto de su técnica como de su economía y política.

Dicho de otro modo: los juguetes, como nosotros, tenían que morir. Ahora que lo pienso tal vez por eso ni pensé en ir a ver la cuarta. Para mí, ya estaban muertos.

Noticias Relacionadas

Firmas

Parece que no nos libraremos de una gran guerra

Leer más »

Firmas

Una vida turbulenta

Leer más »

Firmas

Ley de Inteligencia for Dummies

Leer más »

Firmas

Impuesto para vivir

Leer más »

Firmas

Una deidad sin ética para una humanidad sin alma

Leer más »

Firmas

Protegiendo juntos nuestro planeta: El compromiso del Reino Unido con los océanos y la biodiversidad en América Latina y el Caribe

Leer más »

article.theLast

Esta página web usa cookies

Las cookies de este sitio web se usan para personalizar el contenido y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Además, compartimos información sobre el uso que haga del sitio web con nuestros partners de redes sociales, publicidad y análisis web, quienes pueden combinarla con otra información que les haya proporcionado o que haya recopilado a partir del uso que haya hecho de sus servicios. Puede revisar nuestra política de privacidad y tratamiento de datos.

  • Telegram
  • X Twitter
  • Quiénes somos
  • Regístrese a nuestra newsletter
  • Sigue a Primicias en Google News
  • #ElDeporteQueQueremos
  • Tabla de Posiciones Liga Pro
  • Resultados elecciones 2025
  • Etiquetas
  • Politica de Privacidad
  • Contacto Editorial
  • Contacto Ventas
  • RSS

©Todos los derechos reservados 2024