Sábado, 18 de mayo de 2024
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El Implacable VAR

La lucha de Campana para triunfar en un deporte de 'pobres'

Alejandro Ribadeneira Tobar

Alejandro Ribadeneira Tobar

Periodista, comunicador, escritor y docente. Comenta y escribe de fútbol desde hace 25 años.

Actualizada:

20 Jun 2023 - 5:27

Leonardo Campana regresó a la Selección. Para este jugador, la doble fecha FIFA representa una nueva oportunidad para demostrar que merece vestir la camiseta nacional.

Para otros, se trata de un asunto de terquedad: el delantero nacido en Guayaquil no encaja, ni encajará nunca, en este grupo porque proviene de un mundo totalmente ajeno al de sus compañeros. En otras palabras, nació rico.

El fútbol siempre fue un deporte para pobres. La enorme facilidad para jugarlo en cualquier espacio en que se pudieran improvisar dos arcos lo hizo popular. Además, nunca fue necesario comprar un balón Adidas número 5 para gozarlo: bastaba una pelota de trapo, una lata o un envase de leche. Ser feliz con tan poquito es el milagro del fútbol.

La sencillez del fútbol permitió que cualquiera pudiera jugarlo. Pero los adinerados lo jugaron por diversión, por 'sport', como comenzó a decirse en el siglo XIX. Los pobres, cuando el deporte rentado comenzó su auge, lo jugaron para convertirse en ricos. Y muchos reunieron fortunas, como Pelé, Maradona, Messi y Cristiano Ronaldo.

Es verdad que, cuando un aficionado ve un partido entre las selecciones de Argentina y Francia, por ejemplo, en realidad está mirando una confrontación de millonarios.

Y la delicia del fútbol está en que hinchas pobres, sin rubor alguno, les gritan a esos millonarios que son unos fracasados porque fallaron un penal o perdieron contra un equipo inferior.

Al final, los aficionados regresan en bus a casa, mientras que Kylian Mbappé se marcha, tristísimo e inconsolable, en su Porche descapotable hacia una cena con Miss Francia. Contrastes.

El ecuatoriano Leonardo Campana juega para el Inter de Miami de la MLS.

El ecuatoriano Leonardo Campana juega para el Inter de Miami de la MLS. Inter Miami

Pero el problema con Campana, o más bien el problema que no se confiesa abiertamente, es que la Tricolor se convirtió en un fuerte símbolo social. Representa el triunfo de una clase social históricamente relegada que pasó de jugar en la canchita de tierra de El Chota o del arenal de San Lorenzo a escenarios de primer nivel.

Campana, quien busca cumplir su sueño de niño, es ajeno a este pasado y a esta reivindicación. Por eso, siempre que juega para la Tricolor, se desatan las especulaciones sobre su aceptación por parte de sus compañeros, en especial cuando no le pasan la pelota o se la entregan sin claridad.

Y se quiere pensar que su poco éxito en la Tricolor se debe a este factor extradeportivo, o que al menos eso lo explica en parte.

Esto también explicaría por qué no formó parte de la lista mundialista del 2022 y fue reemplazado por jugadores con poca trayectoria profesional. El entrenador quiso priorizar la unión del grupo y la tranquilidad del camerino, se dijo.

A Campana no le queda otra alternativa que seguir luchando contra el imaginario. Eligió voluntariamente esta carrera reservada para otros. Ahora le toca insistir en que el fútbol siempre debió ser para todos.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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