Viernes, 29 de marzo de 2024
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La orgía perpetua de Mario Vargas Llosa

Pablo Cuvi

Pablo Cuvi

Pablo Cuvi es escritor, editor, sociólogo y periodista. Ha publicado numerosos libros sobre historia, política, arte, viajes, literatura y otros temas.

Actualizada:

11 Feb 2023 - 5:28

La noticia es mundial pues se trata del primer escritor en lengua no francesa que se ha incorporado a la Academia de los Inmortales, creada por el cardenal Richelieu en 1635.

Como Vargas Llosa es el único escritor el que he seguido paso a paso desde mi adolescencia, miré en vivo la ceremonia, en la que habló de su amor indeclinable por la literatura francesa.

E insistió en que la novela es el reino de la libertad y la democracia frente a la tiranía y las oscuras ideologías.

Normal. Lo que nadie imaginó fue que en tan augusto recinto el escritor Daniel Rondeau, que le daba la bienvenida, mostrara un banderín del Leoncio Prado, colegio de 'La ciudad y los perros'.

Lo había comprado cuando fue a Lima a conocer el colegio al que la novela volviera famoso.

Forjada a punta de talento, disciplina y trabajo, la carrera de ese niño prodigio que en 1962 dio origen al boom de la literatura latinoamericana, precisamente con 'La ciudad y los perros', ha sido una sucesión de éxitos literarios.

La única derrota de consideración se la propinó, en el campo de la política (su otra pasión) un desconocido Alberto Fujimori, quien gobernó el Perú durante diez años, como presidente y como dictador, corrompiendo la democracia y dando origen al desastre actual.

Aunque el Perú, según la frase legendaria de Zavalita en 'Conversación en La Catedral' ya se había jodido muchos años atrás.

Por la vecindad, Vargas Llosa, nacido en la andina Arequipa, refleja en sus obras un mundo muy parecido al nuestro. A nuestras tres regiones.

Así, en 'La casa verde' –con la que obtuvo el Rómulo Gallegos de 1967– el prostíbulo del área costera de Piura se entreteje magistralmente con la feracidad humana y vegetal de la Amazonía.

Decía Vargas Llosa que su literatura se alimentaba de la carroña y del melodrama. Pero también de su profundo conocimiento de la literatura francesa y de su adoración por Flaubert, cuya 'Madame Bovary' desmenuzó en 'La orgía perpetua'.

A pesar de toda una vida y una obra construidas por oposición a dictaduras como las de Odría y Trujillo, cuando se supo que él sería el nuevo dueño del sillón 18, que perteneciera a Alexis de Tocqueville, cinco intelectuales franceses de medio pelo le acusaron de pertenecer a la extrema derecha.

Verdad es que se le ha ido la mano en su oposición a los movimientos progresistas o populistas, pero se entiende su bronca pues desde que rompió con la revolución cubana por el caso Padilla –cuando la revolución giró al estalinismo– Vargas Llosa fue el blanco favorito de los intelectuales de izquierda que endiosaban a Fidel Castro.

Visto a la distancia, quien tenía la razón era el peruano y había que ser muy valiente para irse en contra de Fidel en esos años dogmáticos.

Otro punto notable es que el Premio Nobel del 2010 ha seguido creando y dando pelea en la política y alimentando con un romance a la prensa del corazón.

Pero sin importar cuántos premios obtenga, ni que sea el único, con Kundera, en haber sido publicados en vida por la colección de La Pléiade, nunca falta el periodista que vuelva a preguntarle cuál fue el motivo del trompón a García Márquez, a cuya obra había dedicado un voluminoso y estupendo ensayo.

Hace poco, luego del covid, soltó un pite la lengua.

-Mujeres-, dijo.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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