Jueves, 25 de abril de 2024

El ocaso de Alianza PAIS tras una década de hegemonía política

Autor:

Adriana Noboa

Actualizada:

2 Ene 2020 - 0:05

Después de una década de victorias electorales del movimiento político con la mayor estructura territorial queda solo el nombre. La otrora activa sede nacional de Alianza PAIS en Quito tiene las puertas cerradas.

Los delegados de Alianza PAIS, durante su quinta convención nacional, en el sur de Quito, el 8 de noviembre de 2016.

Autor: Adriana Noboa

Actualizada:

2 Ene 2020 - 0:05

Los delegados de Alianza País, durante su quinta convención nacional, en el sur de Quito, el 8 de noviembre de 2016. - Foto: Flickr Secretaría Técnica de Reconstrucción

Después de una década de victorias electorales del movimiento político con la mayor estructura territorial queda solo el nombre. La otrora activa sede nacional de Alianza PAIS en Quito tiene las puertas cerradas.

Directivas provinciales, cantonales, parroquiales; comités de la revolución ciudadana en los barrios; 'guerreros digitales' y 1,4 millones de adherentes, además de sedes en las 24 provincias.

Todos esa estructura permitió que Alianza PAIS logre cuatro victorias presidenciales y tres periodos consecutivos; convocar a una Constituyente y cambiar la Carta Magna; un periodo de mayoría absoluta en la Asamblea Nacional y 10 años con candidatos para todas las dignidades

El movimiento 'verdeflex' consiguió lo que ningún otro partido ha logrado en el país desde el retorno a la democracia, en 1979. Como fuerza electoral y como estructura territorial, alcanzó la hegemonía y se mantuvo más de una década en el poder.

Como organización política, Alianza PAIS logró 12 victorias electorales desde 2006 hasta la consulta popular de 2018.

De ellas, 11 campañas fueron básicamente lideradas por Rafael Correa, cuyo rostro y nombre empapelaron el país, aunque no fuese candidato. Incluso fue el 'jefe de campaña' de facto del binomio Lenín Moreno-Jorge Glas.

Ahora, la organización parece haberse desvanecido. Las sedes lucen prácticamente abandonadas y de su dirigencia se sabe poco. En agosto de 2018 fue la última convención donde se ratificó a su Directiva Nacional, pero en 2019 no hubo convocatoria y tampoco se avizora una para este año.

La sede nacional de Alianza País, en Quito, permanece cerrada. Fotografía tomada el 27 de diciembre de 2019.

La sede nacional de Alianza País, en Quito, permanece cerrada. Fotografía tomada el 27 de diciembre de 2019. Primicias

Y, aunque 2020 es año preelectoral, el oficialismo mantiene una línea discursiva distante sobre el tema. Dicen que no es lo responsable, que su prioridad es ocuparse del país y no del tema partidista.

El único que ha dicho frontalmente que tendrán un candidato es el vicepresidente Otto Sonnenholzner, que no es parte del movimiento y no descartó que éste pueda ser un 'outsider', en alianza con otras fuerzas políticas.

El nacimiento del movimiento 'verdeflex'

El movimiento Patria Altiva i Soberana (PAIS) obtuvo su partida de nacimiento el 3 de abril del 2006. Y su construcción se facilitó por el descontento popular y el desgaste de las organizaciones políticas tradicionales.

La inestabilidad política de la época llevó al país a tener siete presidentes en 10 años.

La organización se presentó como una nueva opción, con la consigna de terminar con la 'partidocracia'. Y en sus primeros años recibió distintos apoyos de todos los sectores de la izquierda, además de organizaciones sociales y partidistas.

Fue así como Rafael Correa y Lenín Moreno llegaron al poder en enero de 2007. Y el oficialismo empezó a construir el camino hacia la hegemonía. Convocó a una consulta popular para llamar a una Asamblea Constituyente y en 2008 esta fue aprobada en las urnas.

Así modificaron la estructura del Estado y el sistema electoral y obligaron a que las organizaciones políticas vuelvan a inscribirse. Lo que culminó en un escándalo de firmas falsificadas que nunca fue resuelto y en el que las denuncias apuntaron a todos los partidos.

Alianza PAIS siguió creciendo. No solo organizó directivas cantonales y provinciales por todo el territorio, sino que abrió sedes físicas en la mayoría de ciudades.

Y al estilo de otros partidos, como los venezolanos y cubanos, creó bases sociales denominadas los Comités de la Revolución Ciudadana en miles de barrios.

Su apogeo y popularidad, de la mano de Correa, fue tanta que no hubo elección en la que la oposición pudiera competir. En 2013, finalmente, lograron consolidarse por completo.

Con una mayoría oficialista absoluta, la Asamblea del momento aprobó cuantas leyes salían de Carondelet.

Su popularidad se reflejaba también en los fondos estatales que recibía de la autoridad electoral cada año. El Fondo Partidario Permanente fue generoso, entre 2010 y 2018 la organización recibió USD 14,7 millones.

Y los aportes de su militancia, que no paraba de crecer, llenaban también las arcas de recursos privados. El sector público, que también seguía inflándose en esa época, se llenó de adherentes 'verdeflex', desde los puestos más bajos hasta los despachos de las autoridades.

Todos cuantos quisieron, y pudieron, se subieron a sus tarimas y participaron de las campañas y mítines que rodeaban al poder del oficialismo.

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La división dentro del oficialismo

Tras dejar posesionado a su heredero. Lenín Moreno, Correa abandonó el país para trasladarse a Bélgica con su familia. El exmandatario dijo que dejaba "la mesa servida" y una lista de objetivos para que el nuevo Gobierno continúe con su legado.

Correa dejó a varias personas de su confianza junto a Moreno. Jorge Glas, Virgilio Hernández, Ricardo Patiño, Paola Pabón, Gabriela Rivadeneira, entre otros, estuvieron cerca del nuevo Presidente en sus inicios.

Sin embargo, desde junio de 2017, empezaron a destaparse investigaciones sobre casos de corrupción, que vinculaban a autoridades actuales y del régimen anterior.

Entonces, Moreno empezó a marcar distancia con su antecesor. En julio de ese mismo año, denunció que no había tal mesa servida y que la situación económica era grave.

Los cambios hechos por el Primer Mandatario y sus diálogos con sectores de la oposición y de la prensa, hicieron que las relaciones dentro de Alianza PAIS se tensen aún más.

Tanto Correa como Moreno empezaron un juego de acusaciones y peleas digitales que enardecieron los ánimos y terminaron quebrando al movimiento en dos: quienes se quedaron con el poder actual y quienes defendían al correísmo.

El entonces vicepresidente Glas fue el primer correísta en caer. El 3 de agosto de 2017, Moreno le retiró sus funciones. Y, tras las investigaciones por el caso Odebrecht, Glas sigue cumpliendo una pena de prisión de seis años por asociación ilícita.

Los correístas dejaron el círculo cercano de Moreno e intentaron quedarse con la estructura de Alianza PAIS, sin éxito. Pese a que destituyeron, en noviembre de 2017, al Mandatario como titular de la organización, la autoridad electoral le dio la razón a Moreno y le concedió el poder sobre el movimiento.

En enero de 2018, la sede en Quito quedó vandalizada. Y AP empezó a desmoronarse, la mayoría de sus líderes se desafiliaron.

Moreno perdió su bloque mayoritario en la Asamblea Nacional y el correísmo decidió volverse oposición, bajo la bandera de Fuerza Compromiso Social para no extinguirse como organización política.

Los casos de corrupción siguen saliendo a la luz y varios apuntan al mismo Correa y sus allegados políticos, muchos han huido del país y otros buscan asilo. El 'Caso Sobornos', sobre las cuentas de campaña de Alianza PAIS entre 2012 y 2016, es investigado por las autoridades electorales y judiciales.

¿Qué pasa ahora con Alianza PAIS ahora?

El oficialismo, actualmente, se limita a una bancada legislativa con 42 miembros. El Gobierno no cuenta ya con un buró de consejeros políticos partidistas, como lo acostumbró el correísmo.

Tampoco las más altas autoridades son adherentes 'verdeflex'. Y de la Directiva Nacional quedan retazos.

En agosto de 2018 se celebró la última convención nacional, donde se presentó la "renovación" de Alianza PAIS. El movimiento dejó atrás su tradicional color verde para dar prioridad al azul.

Ahí se ratificó en los cargos directivos a Moreno como presidente, la exvicepresidenta María Alejandra Vicuña como primera vicepresidenta, Elizabeth Cabezas como segunda vicepresidenta y Ricardo Zambrano como el tercero. Como Secretario Ejecutivo designaron al exprefecto de Pichincha, Gustavo Baroja.

De ellos, el presidente Moreno "tiene poco interés por solucionar los problemas económicos de Alianza PAIS", contó a PRIMICIAS uno de los pocos colaboradores que quedan dentro de la organización nacional. Y, sin recursos económicos, "esto significa la muerte de cualquier partido".

Debido a esto, hace unos cinco meses, el movimiento desvinculó al personal que tenían y están funcionando "con la mínima operatividad". Es por eso que ya ni siquiera sus redes sociales en Twitter y Facebook tienen la vitalidad de antaño. Tampoco han recibido el Fondo Partidario Permanente.

Los adherentes que quedan tampoco tienen interés en cumplir con los aportes mensuales, comenta Ricardo Zambrano. Los casos de corrupción como el de 'Sobornos' y de 'los diezmos' dejaron un mal antecedente sobre el manejo de los recursos económicos que tenían los líderes de AP.

Parecería que la estrategia (dentro de Alianza PAIS) es no tener estrategia.

Ricardo Zambrano, tercer vicepresidente de AP

El tercer vicepresidente de la organización coincide en que no se ve trabajar a las autoridades del movimiento. No hay propuestas, no hay formación, no hay perspectivas a futuro, lamenta. E incluso, sostiene, que desde el Gobierno se promocionan nombres de candidatos de otras tiendas políticas en las provincias.

A su forma de ver, Alianza PAIS está en hibernación. Y coincide en que las autoridades están concentradas solo en la bancada legislativa, pero no hay un acercamiento ni coordinación con los demás actores políticos y sociales del movimiento.

Por eso, cree que debería convocarse a la convención anual para escoger nuevas autoridades, para que no continúe el letargo y la falta de iniciativas.

La versión del director de Guayas, Rommel Salazar, es similar. Aunque sostiene que la gestión en su provincia y cantones no se ha detenido, que trabajan con las bases y con sectores sociales para enviar propuestas e iniciativas al Gobierno.

Pero sí acepta que tienen problemas económicos y que los pocos recursos que tienen salen de sus propios bolsillos y donaciones, más no del movimiento. Y que en las pocas reuniones con la Directiva Nacional exigen cambios dentro de la organización, que "ha sido golpeada por exfuncionarios del Gobierno".

Salazar sostiene que seguirán presionando para que se adelante la convención nacional, que debería ser en agosto, para reformar sus estatutos y oxigenar a Alianza PAIS, así como para trazar una hoja de ruta, con sus objetivos políticos y sociales.

Nadie sabe a donde apunta el que una vez fue el partido más grande en la historia reciente del país. Y, por la ausencia del presidente Moreno dentro de Alianza PAIS, tampoco se observa la intención de definirlo y recuperar el alcance político que alguna vez tuvieron.

PRIMICIAS intentó contactar con Gustavo Baroja para conocer la situación del movimiento. Pero de su oficina informaron que "por el momento no es posible, porque el Secretario se encuentra de viaje".

También se buscó a Miguel Carvajal, encargado de Formación Política en la dirección nacional, quien dijo que ahora está concentrado en temas académicos.