El presidente Lenín Moreno abandonó el confinamiento el 1 de junio. Esto coincide con la urgencia de la reactivación económica en las ciudades y la renuncia de su vicepresidente Otto Sonnenholzner, que recorría el país en nombre Moreno.
Hasta el 1 de junio el presidente Lenín Moreno mantuvo el confinamiento para evitar un contagio de Covid-19. Pero desde entonces empezó a salir para cumplir con los actos públicos de su agenda.
Hay dos factores que coincidieron con la decisión de Moreno de salir más del Palacio de Carondelet:
- La necesidad de reactivar la economía, para lo cual las ciudades necesitaban cambiar de color de semáforo.
- Y el secreto a voces de que su vicepresidente, Otto Sonnenholzner, estaba por renunciar.
Moreno decidió predicar con el ejemplo. Después de dos meses y medio de confinamiento, y una vez superada la crisis de cadáveres y el pico de la pandemia de Covid-19 en Guayaquil, el Presidente retomó sus actividades precisamente en esa ciudad.
Con el pasar de las semanas, las visitas de Moreno empezaron a hacerse más populares y menos protocolares. El Jefe de Estado hizo lo que hasta entonces era tarea del ex vicepresidente Sonnenholzner: acompañar en recorridos por el país a ministros clave, especialmente al de Salud y al de Inclusión Social.
Y en las últimas semanas, desde el 25 de junio, el presidente Moreno empezó a hacer visitas personalizadas a pequeños negocios para dialogar con sus dueños e insistir en la promoción de la reactivación económica.
PRIMICIAS presenta una línea de tiempo de la agenda presidencial de carne y hueso, fuera de las reuniones digitales o de despacho:
La reactivación de la agenda del presidente Moreno coincide con que la Vicepresidencia está vacía desde el 7 de julio.
El Presidente Moreno tiene dos semanas para enviar una terna para que la Asamblea Nacional elija al sucesor de Sonnenholzner, que fue el funcionario 'todoterreno' del Ejecutivo y la cara del Gobierno ante la pandemia.
Aunque los ministros sean los delegados de Moreno que siguen recorriendo el territorio, nadie puede reemplazar la representación que implica la figura del Presidente o del Vicepresidente, especialmente en momentos en que el país todavía no supera la crisis del coronavirus.