Víctima de robo en Quito: “La Policía se quedó viendo cómo se llevaban USD 40.000 en ropa”

"El robo fue el viernes (6 de octubre), a las 4:00 de la mañana. Por el sistema de alarmas de seguridad, recibí la alerta en el celular del forcejeo de la puerta. Inmediatamente, entré a revisar las cámaras y vi una camioneta parqueándose. Eso no es común a esas horas.

Llamé al 911 para indicar que había personas queriendo forcejear la puerta del local y pedí que manden refuerzos. Yo vivo a unos 10 minutos y salí de inmediato. Cuando venía en camino, junto a mi socio, volví a llamar al 911 porque seguían forcejando, pero aún no ingresaban a la tienda.

No tuve más acceso a las cámaras, apagaron las conexiones de la alarma. Cuando llegamos, estaba una camioneta Chevrolet Dimax, color blanco, parqueada afuera del local. Los ladrones estaban sacando las cosas.

Nosotros llegamos enseguida, pero nos quedamos dentro del auto, porque los ladrones estaban armados. Nos estacionamos detrás de la camioneta. En segundos, llegó la Policía y se estacionó en la mitad de la Shyris y los oficiales empezaron a disparar desde ahí. No se bajaron ni se acercaron.

Debieron haber frenado de golpe y cerrarles el paso, para que no pudieran salir. Pero no actuaron rápido. La camioneta logró salir y la Policía empezó a seguirles, hasta la altura de (la avenida de) El Inca.

Como tenían prendas encima de la cajuela, en la huida, las prendas iban volando por toda la Shyris. Mi socio salió detrás de los ladrones, recogiendo las prendas y persiguiéndolos en el carro.

Yo me quedé solo y me di cuenta de que habían dejado a un ladrón botado acá, quise acercarme para amedrentarlo, pero vi que cogió un arma del piso y salió corriendo.

Exactamente, unos cinco minutos se demoraron en abrir puertas y unos tres más en sacar las cosas. Si la Policía llegaba cuando yo les llamé, los hubieran encontrado cuando intentaban forcejear la puerta. En total, fueron unos ocho o 10 minutos.

La puerta externa es una reja de hierro, con cerraduras, candados de acero y cadenas. La puerta interna, de vidrio, tenía cadenas y candados.

Como no lograron quitar los últimos candados de la reja, entre los ocho ladrones forcejearon la puerta y la sacaron, aunque no completa. Cortaron las cadenas de la puerta interna, rompieron el vidrio y entraron.

En las cámaras se ven ocho ladrones, quizás eran más, porque vinieron en varios vehículos. Primero, a las 03:45 pasó un taxi y empezó a vigilar.

Luego, llegó otro vehículo plomo, tipo sedán, y se parqueó en la calle. Según los videos, apenas llegó el carro plomo, se fue el taxi. Después, vino la camioneta y se parqueó. El carro plomo huyó apenas nosotros llegamos.

La Policía se quedó viendo cómo se llevaban las cosas, cuando los tenían acá al frente, pudieron capturarlos. Se escucharon como tres o cuatro disparos, sé que uno fue de la Policía.

Estoy indignado. Entre las cosas que se robaron estaba una MAC portátil, que tiene GPS y a las 4:45 me llegó la alerta de que estaban prendiendo la computadora cerca de la Universidad UTE de la avenida Occidental. Le avisé a la Policía para ir para allá, teníamos la ubicación exacta.

Pero dijeron que no podían hacer una orden de allanamiento, que no podían entrar. Les dijimos que había videos del robo, que ocurrió hace minutos, pero la respuesta fue que no podían.

Nos robaron blusas, judis, jogger, jeans, bufandas, zapatos, perfumes. Toda una línea completa. Era la nueva colección que nos había llegado desde Estados Unidos, el jueves 28 de septiembre. Además, se llevaron dispositivos electrónicos, computadoras.

En total, fueron unas 630 piezas. Un inventario de unos USD 40.000. Fue casi toda la tienda. Agarraron las perchas completas. Nos quedó muy poco, más o menos unas 120 prendas, de cerca de 800 que teníamos exhibidas.

Habíamos pasado toda la semana arreglando, porque era la colección para la temporada de Navidad. Nosotros vendemos ropa de las marcas: GAP, Columbia, Old Navy, Nautica, Levi's, Aeropostale, Calvin Klein.

Son prendas exclusivas; por eso, el monto del robo es alto. Son costosas. Solo en la nueva colección invertimos cerca de USD 20.000.

Tenemos un año en este local. Antes estábamos en la (avenida) Gaspar de Villaroel (norte de Quito). La tienda tiene cinco años en el mercado. Allá nunca nos pasó nada.

Tenemos alarmas de seguridad, ocho cámaras propias y dos más del edificio. Toda el área está cubierta de cámaras.

Estamos analizando qué vamos a hacer. Por ahora, vamos a inventariar por modelo las prendas que nos quedaron, porque al momento cogimos todo, lo metimos en funda y embodegamos. Aún no sabemos a detalle qué modelos hay.

Lo primero es reforzar seguridades, vamos a poner otra puerta. Vamos a continuar con el negocio, estamos en vísperas de temporada alta, fiestas de Navidad.

Lo más probable es que nos toque hacer una nueva inversión, unos USD 20.000 más. Esperemos que lleguen pronto las piezas. No sabemos cuándo volveremos a abrir.

La Policía está buscando a la banda. Aún no sabemos nada. Los comercios vecinos también están indignados porque la Policía no actuó rápido. También están alertados, junto a los comercios de este sector vamos a hacer un plan de seguridad.

En el Okidoki de la Shyris, antes de llegar a las Naciones Unidas, también hubo un robo hace tres meses.

Es una situación crítica. En todos lados se está saliendo de control la seguridad. Pero lo que indigna es que la Policía no tome medidas correctivas, se supone que ellos son los que nos dan seguridad. Pero no es así. Como ciudadanos, nos toca tomar medidas por nuestros propios medios".