Viernes, 29 de marzo de 2024

Solo la mitad de niños tiene acceso a agua potable y saneamiento

Autor:

Jonathan Machado

Actualizada:

16 Nov 2022 - 5:25

La falta de acceso a servicios básicos, como agua potable y saneamiento, tiene estrecha relación con la calidad de la alimentación de los niños, en consecuencia, con la desnutrición crónica infantil.

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Autor: Jonathan Machado

Actualizada:

16 Nov 2022 - 5:25

Un niño camina por las calles en una peligrosa zona conocida como "Punta Arrecha" en Guayaquil. - Foto: Carolina Mella / PRIMICIAS

La falta de acceso a servicios básicos, como agua potable y saneamiento, tiene estrecha relación con la calidad de la alimentación de los niños, en consecuencia, con la desnutrición crónica infantil.

El acceso a servicios básicos en Ecuador es limitado. Una encuesta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) revela que el 48% de niños en el país no tiene acceso simultáneo a agua potable y saneamiento.

Según el estudio, en el que participaron 1.800 familias, este problema es alarmante en las comunidades indígenas, donde la falta de estos servicios básicos afecta hasta el 80% de la población.

Paúl Guerrero, vocero de Unicef, explica que el acceso a servicios básicos es parte del desarrollo integral de los niños. "Si los niños no tienen acceso a todos estos servicios, su desarrollo es incompleto", dice.

El director de la Red para la Nutrición Infantil (Redni), Sébastien Paque, agrega que si los niños no tienen acceso a agua segura, son más propensos a desarrollar cuadros como diarrea o infecciones intestinales. Lo que puede derivar en condiciones más complejas, como la desnutrición crónica.

El titular de la Secretaría Ecuador Crece sin Desnutrición, Erwin Ronquillo, explica que la falta de acceso a servicios básicos es considerado como uno de los factores que derivan en que un niño sufra desnutrición crónica.

"La desnutrición no tiene que ver solamente con la falta de alimentos. Es un problema estructural que tiene que ver con la mala alimentación de la madre en el embarazo, falta de controles médicos del recién nacido y en la falta de acceso a servicios básicos", explica Ronquillo.

Datos de Unicef y del Gobierno muestran que el 27% de los niños menores de dos años sufren de desnutrición crónica. Una cifra que, según Ronquillo, pudo haberse incrementado hasta el 30% por el impacto de la pandemia de Covid-19.

Ante este panorama, el Gobierno se ha planteado reducir la desnutrición crónica en seis puntos porcentuales hasta 2025.

Para ello destinará USD 1.765 millones en la compra de vitaminas para mujeres embarazadas, en la contratación de personal médico para atender a niños en poblaciones vulnerables y en proyectos para dotación de servicios básicos en todo el país.

Según Sébastien Paque, de Redni, se puede reducir la desnutrición crónica en 1,5 puntos porcentuales cada año, siempre que hacerlo sea una prioridad de las autoridades.

 

Indígenas, los más olvidados

Que el 80% de niños indígenas no tenga acceso simultáneo a agua potable y saneamiento y que sea la población con la mayor prevalencia de desnutrición infantil no es coincidencia, según el líder indígena Delfín Tenesaca.

Él dice que las nacionalidades indígenas nunca han recibido la atención que requieren para salir de la pobreza. "Unicef sostiene que solo el 20% de nuestros niños accede a agua potable y saneamiento. Esa es una cifra que debería alarmar a todos", dice.

Ese, y otros factores, hacen que la desnutrición crónica infantil en los niños indígenas sea superior al promedio nacional.

Según el INEC, el 39% de los niños indígenas padece esta condición, frente al 27% nacional.