Canal cero
La sombra de la colonia hasta el presente

Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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Cuando muestran un objeto arqueológico, las personas suelen afirmar que es “inca”, porque todo el pasado indígena se identifica con los incas. Pero la afirmación no es correcta. Los incas apenas estuvieron de 40 a 80 años en lo que ahora es Ecuador, cuando ya por milenios los pueblos indígenas lo habitaban. Las piezas arqueológicas como la historia antigua son muy diversas y ricas. Tienen miles de años.
También es frecuente escuchar para que se permita derrocar construcciones o desvalorizar objetos, que “no son coloniales”. Se considera que lo valioso y rescatable de nuestros monumentos u obras es lo hispánico. Y eso también es un error, porque el patrimonio histórico cultural, además del de proveniencia aborigen, y desde luego colonial, también es de origen republicano, incluso de años recientes.
El patrimonio cultural del Ecuador proviene de todos los momentos de su evolución histórica y tiene gran diversidad de manifestaciones materiales e inmateriales. Una leyenda puede ser tan valiosa como una basílica, un testimonio oral tiene tanta verdad como un libro, una gran novela representa la cultura nacional como una danza tradicional.
La diversidad del patrimonio se expresa en quienes lo producen, sean indígenas, mestizos o afroecuatorianos. No hay culturas inferiores ni superiores sino distintas. Una obra presentada en el Teatro Nacional Sucre por un conjunto de mestizos es tan “culta” como las danzas indígenas del Inti Raymi. Tampoco los pueblos indígenas de la sierra tienen culturas más importantes que las comunidades afro de la costa.
Estas distinciones resultan obvias, pero a veces esconden prejuicios arraigados y difíciles de erradicar. Por ejemplo, detrás del error de pensar que solo lo colonial es patrimonialmente valioso, puede estar la idea de que lo español es superior a lo indígena, mestizo y negro. Y aunque alguien pudiera decir que eso no es cierto, la verdad es que esa idea es muy frecuente.
¿No es verdad que se piensa que las corridas de toros a la española son mejores, sino más civilizadas que los “toros de pueblo”? ¿No es cierto que se considera a la música rock de origen británico o norteamericano, de mayor calidad que la música rokolera o la chicha?
Debemos estar orgullosos de los legados históricos de nuestro país, entre ellos el colonial, pero eso no nos debe llevar al hispanismo racista que desprecia lo propio. Las grandes iglesias barrocas de Quito, notables en América y el mundo, son nuestro orgullo, pero también es patrimonio la resistencia indígena, afro y popular de la opresión. No se puede negar que el hecho colonial fue un acto de opresión que no debe prolongarse al colonialismo actual. Que la sombra de la colonia no cubra ni la identidad ni los conflictos del Ecuador del presente.