Jueves, 28 de marzo de 2024

Un acuerdo modesto con el FMI para un Gobierno que va de salida

Autor:

Gabriela Coba

Actualizada:

5 Ago 2020 - 0:05

Un nuevo acuerdo con el Fondo no está exento de riesgos, Ecuador se encuentra en un año electoral y la incertidumbre sobre quien va a ganar las elecciones condiciona la negociación.

FMI

Autor: Gabriela Coba

Actualizada:

5 Ago 2020 - 0:05

En noviembre de 2019, el ministro de Finanzas, Richard Martínez, se reunió con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. - Foto: Cortesía

Un nuevo acuerdo con el Fondo no está exento de riesgos, Ecuador se encuentra en un año electoral y la incertidumbre sobre quien va a ganar las elecciones condiciona la negociación.

Tras el anuncio de la exitosa renegociación de bonos Global de Ecuador, el Ministerio de Finanzas se enfoca ahora en concretar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La operación con los acreedores de los bonos Global, que representan el 33% de la deuda externa de Ecuador, y el acuerdo con el FMI están íntimamente relacionados.

Esto porque los acreedores del país aceptaron cambiar sus 'viejos' bonos Global, que están repartidos en 10 series, por tres nuevas series de bonos y quieren certezas de que el país les va a pagar.

"Los tenedores de los bonos han pedido que Ecuador avance en las negociaciones con el FMI para asegurarse de que Ecuador va a recuperar su capacidad de pago con miras a las nuevas tres series de bonos", explica Augusto de la Torre, exdirector para América Latina del Banco Mundial y miembro del Consejo Asesor Económico del Gobierno.

El FMI ha dado señales claras de que trabaja con Ecuador para lograr un acuerdo lo antes posible, luego de que el Acuerdo de Facilidad Extendida que tenían ambas partes fuera suspendido en marzo último.

Tres analistas consultados por PRIMICIAS coinciden en que el nuevo acuerdo será diferente porque al Gobierno de Lenín Moreno le quedan ya poco menos de 10 meses o 292 días.

El Acuerdo de Facilidad Extendida, firmado el 11 de marzo de 2019 y que iba a llegar hasta 2021, fue suspendido porque:

  • Ecuador no hizo las reformas estructurales acordadas.
  • Había inconsistencias en las cifras del déficit del Sector Público no Financiero.
  • Por la pandemia de Covid-19, que ahondó la crisis que arrastraba ya Ecuador.

Acuerdo pequeño

"Este va a ser un acuerdo más pequeño, más realista y menos ambicioso, por el tiempo que le queda al Gobierno actual", dice Vicente Albornoz, decano de la facultad de Economía de la Universidad de las Américas (UDLA) e integrante del Consejo Asesor Económico del Gobierno.

Según Albornoz "va a ser un acuerdo con metas distintas a las del anterior".

En eso coinciden Sebastián Hurtado, presidente de la consultora de riesgo político Prófitas, y Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal.

"Se espera un acuerdo de corto plazo, con miras a firmar luego uno de largo plazo con la próxima administración, que tenga mayor legitimidad y más tiempo para concretar reformas económicas”, sostiene Hurtado.

Que el acuerdo sea más realista y menos ambicioso significaría menos condiciones pero también menos dinero.

"Será un acuerdo para que el país sobreviva", afirma Carrera.

Acuerdo mediano

Aunque, hay quienes son más optimistas y consideran que el acuerdo puede ser multianual, es decir, similar al de Facilidad Extendida, que es lo que necesitaría Ecuador.

"El acuerdo multianual es más saludable para el país porque no se enfoca solo en al emergencia actual, sino que abre espacio para empezar a pensar en el diseño de política económica para salir de la crisis", sostiene De la Torre.

De la Torre agrega que "con un acuerdo de tres años no sólo se trata el ajuste fiscal, sino que se abordan las reformas necesarias para reactivar la economía".

Con la firma de un nuevo acuerdo con el FMI, el Gobierno espera acceder a financiamiento de organismos internacionales, según el ministro de Finanzas, Richard Martínez.

Carrera considera que los desembolsos de un nuevo acuerdo deberán cubrir la brecha de financiamiento del Estado, que ascenderá a USD 2.500 millones en diciembre de 2020 y a USD 5.000 millones en mayo de 2021.

Mesa medio tendida

No será fácil conseguir el mejor acuerdo por las condiciones en las que se encuentra Ecuador y entre las que Carrera enumera:

  • Una contracción de la economía que, según el Banco Central, será de 9,6% este año.
  • Las necesidades de atención en el sistema de salud por la pandemia de Covid-19.
  • La debilidad del Gobierno, por su impopularidad y la oposición en la Asamblea.
  • Las perspectivas electorales, no es claro aún quién será el próximo Presidente.

Albornoz dice que al FMI le interesa que la actual administración deje el escenario ordenado para el siguiente gobierno, con estabilidad económica y propuestas de reformas basadas en análisis y mediciones.

El ministro Martínez anunció que se encuentra trabajando en la reforma para recuperar la independencia del Banco Central, uno de los puntos del acuerdo anterior con el FMI.

Bajo los términos de ese Acuerdo de Facilidad Extendida, el país se comprometió a cumplir varias metas en tres años a cambio de recibir USD 10.200 millones: USD 4.200 millones del FMI y 6.000 millones de otros organismos multilaterales.

Si bien las condiciones y los montos aún no se conocen, un punto en el que coinciden los analistas es que el nuevo acuerdo debe exigir transparencia en los métodos de cálculo y en las cifras.

Para De la Torre, esta vez el sistema de medición debe estar claro entre las dos partes, porque en el acuerdo anterior eso trajo problemas.

Riesgo político

Sebastián Hurtado advierte que un nuevo acuerdo con el FMI no está exento de riesgos políticos, pues Ecuador se encuentra en un año electoral y la incertidumbre sobre quien va a gobernar en los próximos años condiciona la negociación.

“A futuro se puede cuestionar la legitimidad del acuerdo por haber sido firmado por un gobierno percibido como débil e impopular”, dice Hurtado.

Y no solo eso, “algunas de las candidaturas con potencial para ganar en las elecciones presidenciales el próximo año son hostiles al FMI y a la inversión internacional”, concluye Hurtado.