Domingo, 19 de mayo de 2024
Leyenda Urbana

Noboa rompe la ley del péndulo y sacude al correísmo por dentro

Thalía Flores y Flores

Thalía Flores y Flores

Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC de España.

Actualizada:

17 Oct 2023 - 5:59

El golpe político que Daniel Noboa ha propinado con su triunfo a la Revolución Ciudadana (RC5) y al socialismo del Siglo XXI es de tal calado que provocó una delirante respuesta del expresidente Correa que, al hacerlo, pulverizó la postura conciliadora expuesta por su candidata Luisa González y por la presidenta de su movimiento, dejándolas mal ubicadas, por lo no se podría descartar reacciones dentro de la organización. 

Tampoco nadie podría tener certezas del papel de la oposición, o por lo menos de este sector político, de cara al Gobierno del nuevo inquilino de Carondelet.

Los correístas estaban tan seguros de que triunfarían que llegaron al domingo 15 en estado de negación, por lo cual los resultados del primer exit poll que confirmaba que Noboa ganaba las elecciones fueron motivo de burla por parte del expresidente, quien se justificó posteando ejemplos de las fallas que tuvieron ese tipo de mediciones frente a los resultados oficiales, en elecciones pasadas. 

Cuando el triunfo se volvió inobjetable, la presidenta del movimiento RC5, Marcela Aguiñaga, anunció que llamaría a Noboa para felicitarlo y desearle suerte "porque si a él le va a bien, también irá bien a los ecuatorianos", y porque considera que es importante una agenda programática a fin de que la bancada de la revolución "pueda unirse a la construcción de la unidad de Ecuador, que hoy necesitamos más que nunca".

La candidata Luisa González, que se presentó ante sus simpatizantes para aceptar los resultados, fue más lejos, al felicitar a los electores y hacer un llamado a la unidad. Pidió a Noboa cumplir las ofertas que hizo en campaña y hasta enumeró algunas de ellas y le ofreció el apoyo de Revolución Ciudadana en la Asamblea. 

"Cuente con nuestros votos, siempre y cuando, no sea para privatizar o precarizar", dijo. Y reiteró: "El Ecuador necesita sanar; cuente con nosotros para un proyecto de Patria".

Un país con este tipo de liderazgo superaba el escaso nivel de la política nacional, más bien rastrero e hizo ilusionar a no pocos en un domingo de elecciones. Pero todo resultó un espejismo.

Cerca de la media noche, en su cuenta X (antes Twitter) Correa posteó un mensaje urbi et orbi, con el que echó abajo todo signo de reconciliación, y anuló el mensaje democrático de su candidata y de la presidenta del movimiento.

"Patria querida, Patria Grande: Esta vez no lo logramos. Enfrentamos poderes enormes. Hasta se asesinó a un candidato para evitar nuestra victoria", escribió. Y añadió: "La traición de Lenín Moreno sigue causando estragos, pero que nadie dude que, al final, Ecuador volverá a la senda del desarrollo e integración latinoamericana. ¡Hasta la victoria siempre!"

Con ese post absurdo, con el cual, una vez más aludía al magnicidio de agosto, sin mencionar el nombre de Fernando Villavicencio, inmolado por sus luchas y la paz del país, Correa mostró no tener la altura para hacer un ejercicio de autocrítica, admitir sus errores y los del grupo pequeño que sigue sus líneas y que en la campaña se llenó de odio; ese odio que los jóvenes rechazan porque ellos quieren vivir con alegría, pues no tienen rencores.

Con semejante mensaje, Daniel Noboa no puede confiar en la postura que tendrá el bloque del correísmo en la Asamblea, por lo que luce urgente buscar acuerdos con las fuerzas que entiendan la gravedad del momento, quieran al país y sean capaces de arrimar el hombro en momentos que Ecuador se balancea al borde del precipicio, con todas las crisis juntas.

Un buen ejercicio sería señalar los temas urgentes y convocar a un diálogo con las cartas sobre la mesa, para que el pueblo contemple cómo procede cada sector y quienes hacen trampa o buscan ventajas personales o de grupo.

Que Correa contradiga a la candidata presidencial que él impuso y a la presidenta de su organización política tendría que provocar cuando menos un gran sacudón que lleve a reflexionar si, quizá, no ha llegado el momento de la renovación y el cambio. 

Para la sociedad llana resulta escandaloso que quien ejerció el poder no respete el pronunciamiento del pueblo y no admita que la mayoría de los electores que son jóvenes han renovado la política.

El presidente sentenciado y sus adláteres en el autoexilio deberían dejar de seguir a Goebbels y releer a Maquiavelo quien decía que había que conocer los tiempos y las circunstancias y ajustarse a ellos; tal como lo que hicieron los estrategas de campaña de Noboa, quienes para elaborar los mensajes y conectar con la gente, hicieron una profunda lectura del país y entendieron sus anhelos.

Los revolucionarios fallaron y también olvidaron que si bien Daniel Noboa carece de experiencia política, es hijo de un acaudalado hombre de negocios como Álvaro Noboa, que ha sufrido derrotas electorales que son aleccionadoras, y que su madre, Anabella Azín, tan involucrada en la política, era recordada en las provincias más pobres por su entrega y generosidad.

Por si fuera poco, no contaron con que su esposa Lavinia Valbonesi fuese una influencer carismática y perspicaz, capaz de seguirle el juego a un muñeco de cartón que recorrió los lugares más insólitos, apropiado por sus fans. 

Lo que para el correísmo y el socialismo del Siglo XXI debe también resultar inasumible es cómo a Daniel Noboa, empresario de centro-derecha al igual que el presidente Lasso -cuya gestión pasará a la historia como una de las más deplorables-, este hecho no haya afectado su candidatura a pesar de los intentos diarios y desesperados por asimilar a Noboa con el presidente saliente.

Daniel Noboa, de 35 años, ha roto la ley del péndulo de la política y hasta podría haber abierto una grieta al interior de la Revolución Ciudadana.

¡Para no olvidar jamás!

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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