Viernes, 19 de abril de 2024
En sus Marcas, Listos, Fuego

El valor hedonista de las fotografías

Felipe Rodríguez Moreno

Felipe Rodríguez Moreno

PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.

Actualizada:

10 Ago 2022 - 19:00

Llevo meses pensando en explicar cómo el placer que provoca a los manipuladores y a los perversos lo que pueden imaginar de una fotografía, jamás podría llegar a ser una prueba en un proceso penal.

Les explico. Las fotografías son una imagen sin contexto y todo aquello que se percibe sin contexto, no puede, de forma alguna, ser interpretado jurídicamente como un hecho.

Cuando ustedes lean la interpretación de una fotografía de quién no estuvo ahí, ríanse, que están frente a un especulador y, todo especulador es, por esencia, un farsante.

Para poder explicar esto voy a empezar no por casos jurídicos, sino hedonistas.

Ejemplo de matri con un narco: imagine que lo invitan a una boda. Cuando va a ver en qué mesa le pusieron, va educaditamente a la designada, se sienta y saluda tímidamente a sus compañeros de almuerzo, a quienes no conoce.

Minutos más tarde, novia y novio de la mano, circulando de mesa en mesa, llegan hasta la suya para la foto oficial.

Sale linda la foto. Foto que circulará varios años después, cuando usted sea figura pública ¿Y qué cree? Justo ese señor que cuyo nombre usted nunca registró, el que se paró junto a usted para decir whisky al flash, resulta que ha sido el capo de los capos de las drogas.

Y sucederá lo obvio: un adicto a mancillar sin pruebas o con pruebas forjadas, publicará la foto y dirá, así como de refilón: "dime con quien andas y te diré quien eres". Y claro, los enfermizos que pululan por ahí intentarán sanar sus odios viralizando la fotografía.

Ejemplo del futuro terrorista: imagínense que un tipo X va al lanzamiento de un libro de un activista de Derechos Humanos al que admira y se toma una foto con él. Ahora imaginen que años más tarde al tipo X se le vuela la teja y decide matar masivamente a todos los twitteros especuladores que conoce.

Digamos que mata como a 666.000. Y los que sobrevivieron a su ira publican la foto del escritor con él para "probar que el activista en realidad es amigo de genocidas".

Cada vez que ese activista dé una conferencia, no faltará el miserable que le saca la célebre foto en un cartel.

Ejemplo del museo de cera: Imaginen que viajan a Londres y entran al famoso Madame Tussauds. Ahí, emocionados, se toman una foto con todos los personajes, desde Gandi o Drácula (que por si acaso se llama Vlad Tepes), hasta Hitler o David Beckham.

¿Qué creen? Publica en su álbum en Facebook toditas las fotos, años más tarde, cuando usted es, no sé, candidato a cualquier cosa, resulta ser que la oposición, secundada por trolls y zombies, descubre su secreto: su foto con Hitler, lo cual, en la mente de quienes circulan por el mundo solo con bajos instintos, es la prueba fehaciente de que usted odia a gitanos, a homosexuales y a judíos.

Ejemplo de la tertulia con el enemigo: esta me pasó a mí. Un día estaba tomándome un café y un enemigo público y muy personal mío, apareció y se sentó en mi mesa. En algunas oraciones me dijo todo lo que pensaba de mí y lo que me haría si seguía metiéndome en sus asuntos.

Le regalé una amplia sonrisa y lo invité a que ejecute sus amenazas él mismo, con sus propias, tiernas y minúsculas manitas, porque que soy alérgico a los cobardes que andan contratando a matones. Me correspondió a la sonrisa con una que más bien parecía mueca, se levantó y se fue.

¿Saben que hubiese conseguido una fotografía de ese momento? Sencillo: hubiesen dicho "este tipo ya se vendió" o alguna cosa por el estilo. Esto ocurre, gente, cuando nos importa un rábano el contexto.

Pero nada de esto sirve como prueba en un juicio. Porque un juez debe exigir, sobre todo, contexto. Una foto entre A y B prueba que estuvieron juntos en el mismo lugar, no prueba que se conozcan ni prueba el tema de conversación.

El proceso penal exige siempre un nexo causal. Así de clara la norma: "Art. 455.- Nexo causal.- La prueba y los elementos de prueba deberán tener un nexo causal entre la infracción y la persona procesada, el fundamento tendrá que basarse en hechos reales introducidos o que puedan ser introducidos a través de un medio de prueba y nunca, en presunciones".

Entonces, cuando alguien aúlla con desespero que X debe irse preso porque aparece en una foto con Y. Ese alguien se quedará decepcionado de la justicia, porque la justicia no responde a aullidos.

¿Cómo se le da contexto a una imagen? Concatenándola con otras pruebas. Por ejemplo, si en la foto aparece un abogado entregando un sobre a un encapuchado. ¿Se prueba que le entregó droga o dinero o lo que el hedonismo haga imaginar? Definitivamente no.

Pero ahora imaginen que después de tomar esa fotografía detienen al encapuchado y le incautan el sobre. Las nuevas pruebas serían:

  1. Sobre con USD 2.000.
  2. El encapuchado es juez.

Pero aún faltan detalles. Ahora imaginen que la Fiscalía consiguió hacer escuchas telefónicas (con orden de juez) a los fotografiados, y dos semanas antes hablaron de "arreglar el caso" que tiene el Juez y donde litiga el abogado. ¿Ven? Así se da contexto a una foto. Todo lo demás son patrañas.

Por eso hagan como yo: cada vez que alguien especula sobre una fotografía, le pone like o hace RT, yo lo bloqueo.

Aunque no hable de mí, aunque me caiga bien, aunque no tenga nada que ver conmigo. Lo bloqueo porque es mi decisión seguir a gente coherente y no al lumpen de la viralización.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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