Logo

Suscríbete a nuestras notificaciones para recibir las últimas noticias y actualizaciones.

Lo Último
Temas:
  • Daniel Noboa
  • Mundial de Clubes
  • Migrantes por el mundo
  • Día del Padre
Domingo, 15 de junio de 2025
  • Home
  • Lo Último
    • Qué pasa hoy
  • Política
    • Elecciones Ecuador 2025
  • Economía
    • Empresas
    • Reputación en Acción
  • Seguridad
    • Sucesos
    • Caso Metástasis
  • Quito
  • Guayaquil
  • Jugada
    • #Eldeportequequeremos
    • Barcelona SC 100 años
    • Eliminatorias Mundial 2026
    • Tabla de posiciones LigaPro 2025
    • Tabla de posiciones Eliminatorias Mundial 2026
    • Tabla de posiciones Copa Libertadores 2025
    • Tabla de posiciones Copa Sudamericana 2025
  • Sociedad
    • Censo Ecuador
  • Trending
    • TV y Streaming
    • Música
    • Gastronomía
    • Cine
    • Cultura
    • Agenda
  • Firmas
  • Internacional
  • Revista Gestión
  • NEWSLETTER
  • Juegos
  • Telegram
  • X Twitter
×
  • Telegram
  • X Twitter
  • Lo Último
    • Qué pasa hoy
  • Política
    • Elecciones Ecuador 2025
  • Economia
    • Empresas
    • Reputación en Acción
  • Seguridad
    • Sucesos
    • Caso Metástasis
  • Quito
  • Guayaquil
  • Jugada
    • LigaPro
    • Fútbol
    • La Tri
    • Tabla de posiciones LigaPro 2025
    • Tabla de posiciones Copa Libertadores 2025
    • Tabla de posiciones Eliminatorias Mundial 2026
    • Tabla de posiciones Copa Sudamericana 2025
    • Más deportes
    • Ciclismo
    • Eliminatorias Mundial 2026
    • #Eldeportequequeremos
    • Juegos Olímpicos 2024
    • Dónde ver
    • Mundial de Clubes
  • Sociedad
    • Censo Ecuador
  • Trending
    • TV y Streaming
    • Música
    • Gastronomía
    • Cine
    • Cultura
    • Agenda
  • Ciencia y Tecnología
  • Firmas
  • Internacional
  • Revista Gestión
  • Juegos
Videos
NEWSLETTERS

De la Vida Real

Del aeropuerto a la cocina: Cómo un vuelo perdido me llevó a comer fanesca

Valentina Febres Cordero

Es periodista y comunicadora. Durante más de 10 años se ha dedicado a ser esposa y mamá a tiempo completo, experiencia de donde toma el material para sus historias. Dirige Ediciones El Nido. 

Actualizada:

01 abr 2024 - 05:56

Compartir:

  • X Twitter
  • Telegram
ÚNETE A NUESTO CANAL

Hice maletas, cogí el pasaporte y me fui al aeropuerto. Antes de esto dejé todo organizado en mi casa, con una lista de instrucciones y compras de víveres para 10 días. Mi idea no era improvisada, ahorré sigilosamente durante casi un año para comprar los pasajes y tener algo de plata para mi estadía en Miami. 

El objetivo era irle a visitar a mi prima, pasar su cumpleaños juntas y, claro, relajarnos unos días en la piscina, caminar y comer todas las delicias que se puede comer allá.

Eso de ir a hacer compras en Miami sí que no es lo mío. Hacer shopping me aturde, me pone nerviosa y jamás sé qué comprar. Me angustia que se acabe la plata y luego no tener con qué regresar. No tener tarjeta de crédito causa también algunos traumas que solo las personas no tarjetahabientes podemos entender.

  • Debut en el estadio: el fútbol capturó mi corazón

Llegué el domingo temprano al aeropuerto, mi vuelo salía a las 2 de la tarde. Mis hijos y mis tíos me fueron a dejar. Nos despedimos con lágrimas y abrazos. Al llegar al preembarque, el señor del mostrador me advirtió que el vuelo se retrasaría 40 minutos porque los tripulantes pidieron más tiempo para descansar. Asumí sabiamente que el avión saldría a las 2:40 p. m.

Me senté en la sala de embarque y pensé: “Qué triste irme de viaje en Semana Santa, sin haber comido ni un platito de fanesca. Eso se debería considerar como pecado”. Y me dio dolor en el corazón. La fanesca es uno de los platos que más amo en la vida. Vi la hora y eran las 12:25 de la tarde. La sala poco a poco se empezaba a llenar con pasajeros impacientes por abordar.

Había tanta gente que algunos se sentaron en el suelo. El vuelo era el 380.  Cometí un error terrible: haber visto dos días antes la película 'La sociedad de la nieve', sobre el avión que llevaba a un equipo de jugadores uruguayos.

Mientras esperaba en la de embarque, sentada sin hacer nada, pensaba: “Llevo ocho latas de encebollado, tres paquetes de galletas, más de un kilo de chocolates surtidos y dos cajetillas de tabaco. Si el avión se cae tengo comida para sobrevivir dos semanas, porque también llevo chifles, patacones y panes de yuca”. 

En Google busqué la ruta del vuelo Quito – Miami, y el 90% del trayecto es sobre el mar, así que no me servía de mucho tener comida. Pensaba: qué vamos a comer en el bote, y les regresé a ver a los otros pasajeros. “Valentina, deja de pensar tanta estupidez” me dije brava, porque a mi mente le encanta hacer escenas fatalistas. 

De repente, la gente se empezó a parar y hacer fila con su boleto y su pasaporte en la mano, y yo pensé: “Qué suerte, su vuelo debe salir antes”. No me di cuenta de que esa era mi sala de embarque, hasta que un rato la sala quedó completamente vacía.

Vi la hora y eran las 2:40. Me quedé tranquila porque recién iba a salir mi vuelo. De manera responsable me paré y le pregunté a la señorita que por qué la sala estaba vacía, que mi vuelo sale a las 2:40.  Ella, de la forma más grosera y arrogante, me dijo: “Perdió el vuelo, acaba de despegar su avión. En el pasaje dice estar 40 minutos antes, lea aquí”. 

  • Descubriendo raíces: Un viaje en Metro a los recuerdos de Quito

No me dijo pendeja por educación. Se acercó un chico y me dijo que mi maleta estaba en inspección policial porque no es normal que el pasajero envíe la maleta sin embarcarse.

Me entregó mi pasaporte con el trámite de migración y me llevó donde los policías, quienes se me burlaban de la forma más alhaja: “Señorita, vea en la grabación, usted todo el tiempo estuvo en la sala de embarque y no se subió al avión”.

Abrieron mi maleta, escanearon las latas de encebollado y destrozaron todos los chocolates. Vieron que sí, que efectivamente me quedé del vuelo por pendeja y, como eso no es un delito, me dejaron libre.

Llegué a la casa, y todos se reían de mis desgracias. Los lunes a las 9 a.m. llega la Yoli, mi ángel de la guardia, el ser que me ayuda en todo. Al saludarla la vi con cara de fanesca y entendí que todo en la vida pasa por algo, y no precisamente porque se iba a caer el avión.

Nos fuimos a comprar los ingredientes, hicimos fanesca, bueno, hizo la Yoli la fanesca, yo solo pelé los chochos y freí los maduros: “Niña Valen, usted perdió su vuelo porque ¡cómo se iba a ir sin comer un platito de fanesca!”, me dijo.

Noticias Relacionadas

Firmas

Parece que no nos libraremos de una gran guerra

Leer más »

Firmas

Una vida turbulenta

Leer más »

Firmas

Ley de Inteligencia for Dummies

Leer más »

Firmas

Impuesto para vivir

Leer más »

Firmas

Una deidad sin ética para una humanidad sin alma

Leer más »

Firmas

Protegiendo juntos nuestro planeta: El compromiso del Reino Unido con los océanos y la biodiversidad en América Latina y el Caribe

Leer más »

article.theLast

Esta página web usa cookies

Las cookies de este sitio web se usan para personalizar el contenido y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Además, compartimos información sobre el uso que haga del sitio web con nuestros partners de redes sociales, publicidad y análisis web, quienes pueden combinarla con otra información que les haya proporcionado o que haya recopilado a partir del uso que haya hecho de sus servicios. Puede revisar nuestra política de privacidad y tratamiento de datos.

  • Telegram
  • X Twitter
  • Quiénes somos
  • Regístrese a nuestra newsletter
  • Sigue a Primicias en Google News
  • #ElDeporteQueQueremos
  • Tabla de Posiciones Liga Pro
  • Resultados elecciones 2025
  • Etiquetas
  • Politica de Privacidad
  • Contacto Editorial
  • Contacto Ventas
  • RSS

©Todos los derechos reservados 2024