Esta mañana, 8 de noviembre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) inaugura su 174 periodo de sesiones en Quito. La exdefensora del Pueblo, Gina Benavides, analiza el contexto en el que Ecuador será sede de la cita.
Ecuador será la sede del 174 período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Esta mañana, en Quito, el presidente Lenín Moreno inaugurará el evento. Y, desde el lunes, iniciará el cronograma de audiencias públicas.
Sin embargo, el país acoge este evento, de importancia regional, en medio de un periodo de nueva inestabilidad política y económica. Esto se evidenció en el paro nacional de la primera quincena de octubre, en contra de las medidas económicas, y, durante el cual, se denunciaron violaciones a los derechos humanos.
Tras las protestas, el mismo Gobierno invitó a la CIDH y a la ONU para que visiten el país e investiguen lo sucedido. Pero, este evento previo no está relacionado con el periodo de sesiones.
Gina Benavides, exdefensora del Pueblo, analiza en diálogo con PRIMICIAS las implicaciones de que el organismo internacional visite el país para celebrar sus audiencias sobre vulneraciones de derechos humanos en el continente.
Para Benavides, es evidente que el evento también renueva la imagen del Gobierno de frente a la comunidad internacional, ya que durante la presidencia de Rafael Correa el país se apartó de los lineamientos del Sistema Interamericano.
La exdefensora del Pueblo explica que el país está viviendo un momento diferente, pero que el Estado tiene aún deudas en temas de derechos humanos que deben empezar a saldarse. Y confirma que el desconocimiento de la materia complica el cumplimiento de los estándares internacionales.
A sus ojos, la mayoría de las personas, desde ciudadanos comunes, activistas y hasta autoridades, desconocen qué son los derechos humanos y cómo se los debe garantizar, de acuerdo con los instrumentos internacionales de los que Ecuador es parte.
Por esto, Benavides hace un llamado a todos los actores para que el diálogo nacional pueda fluir y alcanzar consensos sociales y políticos que no afecten en su integralidad a los derechos humanos individuales y colectivos.
Por eso enfatiza la importancia de enfrentar lo que sucedió durante las últimas manifestaciones. Que las violaciones de derechos humanos sean investigadas y reparadas, al igual que los delitos que se hayan cometido.
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