Un fenómeno de El Niño intenso provocará periodos extremos de calentamiento en los océanos, conocidos como olas de calor marinas.
Todos los modelos atmosféricos concuerdan en que el rey de los sistemas climáticos está en camino. El fenómeno de El Niño vendrá entre junio y julio y regresará por primera vez en casi cuatro años.
Como se ha explicado antes, el Niño es solo una parte de un patrón climático mucho más amplio denominado El Niño-Oscilación del Sur o ENSO, por sus ciclas en inglés. Es como si fuera la cabeza del fenómeno, y La Niña es la cola.
Durante El Niño, alrededor de 10.000 kilómetros de costas del Pacífico ecuatorial, incluyendo las de Ecuador, aumentan entre uno a dos grados Celsius.
Las personas dirán que unos cuantos centígrados más no representará mayor problema. Pero para los frágiles corales, como el recién descubierto en las islas Galápagos, y para los peces, que ya conviven en mares calientes, puede ser una sentencia de muerte.
Las olas de calor marinas
“Nunca hay dos fenómenos de El Niño similares”, explica el científico experto en clima, Dillon Amaya, en un artículo publicado en The Conversation.
Según Amaya, investigador de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, como la ciencia ha visto algunos eventos de El Niño, ya “tienen una buena idea de lo que podría suceder”.
Amaya reconoce que los gobiernos y las autoridades en general tienden a enfocarse en los perjuicios económicos que el fenómeno puede ocasionar en las personas, las ciudades o los cultivos.
Pero en el fondo del océano también habrá consecuencias, puesto que una de las amenazas de El Niño es que provoca periodos extremos de calentamiento, conocidos como olas de calor marinas.
Y el problema se agrava porque la temperatura del océano ya atraviesa récords históricos. Según científicos de la NOAA, el promedio de la temperatura en la superficie del mar es 21,1 grados centígrados desde inicios de abril de 2023.
Devastadoras consecuencias
Una ola de calor marina es muy similar al calor extremo que pueden atravesar las ciudades en un verano.
Para quienes se sumergen en el mar, tener un poco de agua caliente no es un obstáculo. Pero para los microorganismos marinos, que están acostumbrados a ciertas temperaturas, las consecuencias pueden ser devastadoras.
-
Peces 'corren' una maratón
Para las especies marinas más sensibles, una ola de calor es similar a “correr una maratón”, dice el científico Amaya en su artículo del portal The Conversation.
Algunos peces incrementan tanto su metabolismo para nadar en aguas calientes, que queman energía más rápido de lo que pueden comer.
Y como no logran alimentarse a tiempo, simplemente mueren
-
Corales blancos y estresados
El calor extremo en el fondo del mar también ocasiona el blanqueamiento de los corales.
Este proceso ocurre cuando los corales pierden sus colores vibrantes.
Pero eso no solo es un cambio de color, porque los corales en realidad adquieren esa tonalidad por su relación simbiótica con las algas microscópicas.
Cuando la temperatura del océano aumenta, los corales se estresan y expulsan las algas. Y si las algas se van, el colar se desvanece.
Debido a que las aguas siguen calientes, el coral impide que las algas regresen y termina muriendo.
-
Algas verdes
Otro efecto de las olas de calor marina es la extensión de floraciones de algas verdes o azules.
Cuando este tipo de algas, también conocidas como cianobacterias nocivas, crecen descontroladamente, producen toxinas para los peces, aves y mamíferos marinos.
-
Especies varadas
Finalmente, las aguas extremadamente calientes de los océanos también pueden provocar el aumento de varamientos de mamíferos marinos.
Algunas de las especies más impactadas serían las ballenas.
Lo último