Viernes, 26 de abril de 2024
Con Criterio Liberal

La enésima inflación: ¿Servimos para algo los profesores de economía?

Luis Espinosa Goded

Luis Espinosa Goded

Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.

Actualizada:

25 Jul 2022 - 19:03

Volvemos a vivir en todo el mundo un período altamente inflacionario. En Estados Unidos se ha llegado a una inflación del 9,1%; en Colombia, 9,7%; en España, 10,2%… 

Como ya expliqué (aquí), gracias a la dolarización, en Ecuador es bastante menor, un 4,2%, aunque alta en comparación con los últimos 20 años.

Aunque para los ciudadanos, y algunos políticos y analistas (que parece que poco “analizan”), les pueda parecer un fenómeno sorprendente, la economía como ciencia es perfectamente capaz de explicar por qué hay inflación:  

Durante la crisis del año 2020 provocada por los confinamientos obligados, se produjo mucho menos, pero para evitar que los ciudadanos sintiesen en sus economías el gran empobrecimiento que estaban sufriendo, los bancos centrales y los gobiernos acudieron al más viejo truco de los políticos: emitir moneda para que, de forma aparente, los ciudadanos tengan más dinero en sus bolsillos.

 De hecho, en el caso de Estados Unidos se llegó tan lejos como a "regalar” más de USD 1.000 a los ciudadanos para paliar los efectos de la crisis.

Parece una solución genial… si no llega a ser un espejismo.

Sí, durante un tiempo ese dinero nuevo creado puede maquillar las cifras del PIB como si la economía no hubiese sufrido tanto…

Pero antes o después los ciudadanos salen a gastar ese dinero (en este caso en 2022, cuando se han levantado las restricciones por la pandemia), y entonces se dan cuenta que no es oro todo lo que reluce, y que con ese dinero pueden comprar menos, pues hay mucho dinero y pocos productos, el valor del dinero es menor. Esto es la inflación.

Y la inflación no solo supone que el nuevo dinero creado pueda comprar menos, sino que todo el dinero vale un 10% menos, por tanto, hay un doble empobrecimiento: por pérdida de valor de los ahorros y de los salarios. 

Son mucho peores las consecuencias de la “solución” que la enfermedad.

Una vez que se genera la inflación ya es inevitable, y aunque sea “transitoria” (una nueva tontería que dicen ahora los analistas y políticos, pues todo fenómeno económico es transitorio), sus consecuencias son permanentes, esto es, no se recuperará ese 10% del valor de nuestro dinero, pues es impensable una deflación del 10%.

Lo único que queda es que ahora los bancos centrales suban los tipos de interés, haciendo más caro “rentar” dinero, y, por tanto, habrá menos dinero en circulación. Lo que tendrá aún peores consecuencias sobre el crecimiento económico futuro.

 No, ya no hay “soluciones” al desastre económico creado, solo queda no empeorarlo aún más. Pero ni siquiera es probable que eso ocurra, pues no hay ni reformas estructurales ni reducción del gasto público innecesario.

Y los profesores de economía que sí entendemos lo básico de la teoría monetaria (no todos, por desgracia, muchos parecen seguir creyendo que crear dinero de la nada puede hacernos ricos sin necesidad de producir más), volveremos a explicar por enésima vez por qué se da la inflación… y tanto los políticos como los bancos centrales como la ciudadanía nos volverán a ignorar, y una vez más todo este empobrecimiento y sufrimiento no habrá servido ni siquiera para aprender la lección.

A veces me pregunto si mi trabajo sirve para algo, si los profesores de economía ni siquiera hemos sido capaces de explicar algo tan sencillo como que la inflación es un fenómeno monetario que se produce por el exceso de creación artificial de dinero por parte de los gobiernos y bancos centrales, ¿qué aporte hemos hecho a la economía y a la sociedad?

Ya entramos en receso académico, espero recuperar la ilusión y la esperanza en la educación de la economía para el próximo semestre… Aunque sea con un salario que me permite comprar un 4,2% menos que el anterior curso (y yo soy afortunado por tener un salario).

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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