Domingo, 28 de abril de 2024
Al aire libre

Soy un fracaso, no he logrado nada

Lourdes Hernández Vásconez

Lourdes Hernández Vásconez

Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.

Actualizada:

23 Mar 2024 - 5:50

Lo dijo Charles de Foucauld cuando fue a convertir al cristianismo a los musulmanes y no consiguió ni un solo adepto.

Pero se hizo amigo de aquellos que pasaron por su lado. Vivió entre los Tuareg, tribus del Sahara. Una vez enfermó y debido a la hambruna de esas tierras, los “hombres azules” como llaman a estos habitantes del desierto, consiguieron unas cabras y lo alimentaron con su leche. 

Foucauld dice en sus escritos que los pobres lo salvaron. Él quería darles algo bueno, y recibió lo mejor. Logró la unidad de cristianos y musulmanes inspirados los unos en los otros. 

Dos incendios pavorosos, en Suecia y en Viña del Mar, fueron el detonante para que Greta Thunberg y Pedro Pablo Achondo, respectivamente, comenzaran su lucha por la protección de nuestro planeta. 

Con el slogan “No planeta B” de Greta y con la idea de Pedro Pablo de seguir modelos regenerativos, ambos luchan por despertar a un mundo inconsciente.  

“La era hiper-tecnológica puede desaparecer solo con apagar la luz”. 

Pedro Pablo Achondo

Y comenta: 

Los incendios de Viña provocaron corte de luz por tres días, todos incomunicados, sin refrigeración, comprando agua. Imagínense más días sin corriente eléctrica: sin transferencias bancarias, sin poder usar el celular. Se rompe la conectividad que damos por descontada.

Greta va 291 viernes protestando frente al parlamento sueco. Las marchas globales y masivas por la justicia climática, inauguradas por esta niña, cumplen cinco años.

“Cuando la injusticia es norma, la resistencia se vuelve un deber”

Greta Thunberg

Ahora presenciamos el desastre político, social y ambiental del país. Estamos en el filo de la cornisa y estallan dos guerras sin sentido que aceleran las consecuencias del cambio climático. 

Podemos decir de forma tajante: somos un fracaso. 

Sin embargo, algo bueno sigue pasando. 

Cuando sembramos una semilla en el jardín o en una maceta, plantamos nuestras raíces. Si cuidamos y abonamos la tierra, ésta nos sustenta. Si tenemos un huerto, formamos parte de la tierra porque consumimos sus frutos. 

“Cuanto más larga es la vida de una planta, mayor es el sentimiento de conexión y compromiso con la tierra”, leo en el Libro Mindfulness para El Jardín.

La científica Jane Goodall, quien seguramente también siente que su lucha ha sido en vano porque el hábitat donde viven los chimpancés se reduce cada año de forma alarmante, nos sigue despertando y dando esperanza:

“Siento una fuerza espiritual en todo ser viviente, que llamamos alma. Si tenemos alma, esa misma chispa de energía está en los chimpancés, ellos tienen alma, aunque la mayoría de la gente no lo vea así. Los árboles, también tienen alma, tienen esa chispa divina de energía.” 

En Cuba estallan protestas masivas por falta de comida y energía eléctrica. Nos suena a “lo de siempre” en ese pobre país, y nos parece que todos los que están contra el régimen comunista (o sea la mayoría de la población), tienen cero logros. Al contrario, retroceden.  

El mundo entero no quiere vivir así, en la opresión, la desidia, el desencanto, la miseria. Es un ejemplo de lo que puede pasarnos si no actuamos: dar una mano a los más vulnerables de la sociedad, parar la bronca interna en las casas y vecindades. Crear nuestro propio huerto o apoyar a productores cercanos que nos dan alimento sin químicos.

Hay modelos que podemos seguir para prepararnos para la escasez que se viene. Son fincas que pueden sobrevivir por años con electricidad fotovoltaica y otras energías limpias, con agua subterránea y vertientes propias, con cultivos regenerativos y ganado de libre pastoreo. 

Votamos por la protección del Yasuní y ahora pedimos que el presidente Noboa cumpla su promesa. Que además se lance a recortar de forma segmentada los subsidios. 

Exigimos a las autoridades que paren el desangre de la selva y las riberas del Napo, de manos de los mineros ilegales. En Guayas exigimos a la Alcaldía que no destruya el bosque protector Cerro Blanco. 

Sigamos a los niños y jóvenes que vienen con una mentalidad de respeto a la naturaleza.

Apaguemos la luz este sábado 23 de marzo y bajemos su consumo los días siguientes.

Estamos entrando en la Semana Santa. Seamos o no creyentes y practicantes, es un buen momento para reflexionar por el cuidado de la naturaleza, visitarla y guardar silencio mientras la contemplamos.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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