Tras el paro de octubre de 2019, el movimiento indígena dejó claro que capitalizaría las protestas para impulsar una plataforma electoral. Las organizaciones sociales de la tendencia respaldarán al que sea escogido.
El movimiento indígena tuvo su momento de apogeo en octubre de 2019, con el paro nacional, que consiguió frenar la eliminación de los subsidios a los combustibles. Sus dirigentes empezaron a pensar en Carondelet.
Con las manifestaciones que paralizaron especialmente la Sierra Centro, y a las que se sumaron también actos violentos, que obligaron al Gobierno a militarizar Quito y trasladar la sede del Ejecutivo a Guayaquil, la Conaie ganó simpatizantes y detractores en todo el país.

Jaime Vargas, presidente de la Conaie, durante las manifestaciones en contra de las medidas económicas. Foto tomada el 8 de octubre, en Quito Reuters
Jaime Vargas, presidente de la Conaie, y Leonidas Iza, presidente del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC), ganaron protagonismo político y empezaron a proyectarse a escala nacional.
Vargas llegó a verse en el sillón presidencial. Su discurso hablaba de lo que haría cuando llegue al poder, como tener ministros que hablen lenguas originarias. El presidente de la Conaie se refería a Iza como su ministro de Finanzas.

Jaime Vargas y Leonidas Iza a la salida de la Fiscalía, luego de rendir versiones por el caso de instigación a raíz del paro de octubre. API
Marlon Santi, coordinador nacional de Pachakutik, el brazo político del movimiento indígena dijo que el candidato presidencial “no va a ser indigenista, tiene que ser pluralista e integrador”.
La intención del dirigente era llevar a cabo unas primarias organizadas, para lo cual estaba recorriendo el país. Pero la pandemia de Covid-19 alteró los planes de la organización.
La dirigencia indígena tomó como prioridad atender la emergencia sanitaria en sus territorios y poner en segundo plano la pugna política, que sí mantienen los otros grupos de esa ala de la izquierda política y social.
El calendario electoral no espera
La emergencia sanitaria no se detiene y el cronograma electoral tampoco. Los partidos y movimientos que quieran participar en las elecciones de febrero de 2021 deberán tener sus primarias en agosto.
En ese contexto el primero en dar un paso al frente fue Iza. El 10 de julio aceptó la precandidatura para la Presidencia de la República, que fue solicitada por una agrupación de Cotopaxi.
Cuatro días después, se sumó a la contienda interna el prefecto del Azuay, Yaku Pérez, quien fue mocionado por la dirigencia de Pachakutik de la región costera, quienes advirtieron que no aceptarán ningún otro candidato.

Las coordinadoras provinciales de Pachakutik se reunieron con la directiva nacional del movimiento en Guayaquil, el 14 de julio. Cortesía
Nadie ha mocionado aún a Jaime Vargas como candidato presidencial, quien se presentaba como el más decidido a tomar la oportunidad. Pero con su familia de luto por la pandemia, la situación es más compleja.
Iza, por ejemplo, antes de aceptar la precandidatura dijo, en una entrevista en el programa Un café con JJ, que no hay que ser “necios ni rogados, sino lo que permita conducir una voluntad popular”.
De todas formas, este miércoles 15 de julio, se reunió el consejo político de Pachakutik para tratar estos temas electorales. Extraoficialmente se conoce que las primarias se realizarán el próximo mes entre los dos candidatos planteados al momento.
El capital político del movimiento indígena
Como lo anunciaron en octubre, los sectores sociales de la izquierda ecuatoriana se alinearán con el candidato de la tendencia. Por ejemplo, el Partido Unidad Popular ha dejado en claro que ellos apoyarán al candidato de Pachakutik.
El 15 de julio Nelson Erazo, del Frente Popular, confirmó que os sindicatos también se unirán para respaldar al candidato que elija Pachakutik.
Las organizaciones sociales del Frente Popular, así como las centrales sindicales, la Conaie, la UNE, entre otras, presentaron una propuesta programática, para que el candidato seleccionado la tome en cuenta para su plan de gobierno.
Históricamente Pachakutik, solo o en alianza con las fuerzas de la izquierda, no ha logrado generar el capital político suficiente para representar una competencia electoral por la Presidencia de la República.
Eso sugiere que para las elecciones presidenciales de 2021, que ya tiene al menos una decena de precandidatos, el movimiento indígena deberá sumar alianzas más amplias que las tradicionales, si quiere tener una oportunidad.
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