Jueves, 25 de abril de 2024

Así fue el fugaz reinado de 'El Patrón' Norero en Cotopaxi

Autor:

Arturo Torres

Actualizada:

17 Oct 2022 - 5:28

Presos, empresarios y hasta políticos formaban parte de la red de contactos que Leandro Norero utilizó en su afán de convertirse en el líder de las bandas narco criminales de Ecuador. No contaba con que sus rivales lo iban a asesinar.

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Autor: Arturo Torres

Actualizada:

17 Oct 2022 - 5:28

Leandro Norero fue capturado el 25 de mayo de 2022 y luego trasladado en avión a la cárcel de Cotopaxi. - Foto: PRIMICIAS

Presos, empresarios y hasta políticos formaban parte de la red de contactos que Leandro Norero utilizó en su afán de convertirse en el líder de las bandas narco criminales de Ecuador. No contaba con que sus rivales lo iban a asesinar.

En calidad de 'invitado especial' de Los Lobos, Leandro 'El Patrón' Norero, se sentía confiado en el Centro de Privación de Libertad Cotopaxi. Al menos, durante las primeras semanas de su permanencia en esa prisión.

Llegó al presidio a las 23:00 del 25 de mayo de 2022, en un avión de la Policía desde Guayaquil. Estaba custodiado por policías del GEMA, quienes también participaron en el mega operativo en el cual fue detenido junto a sus dos hermanos y una sobrina.

Su arribo a ese centro carcelario, el mayor de Ecuador, generó un gran revuelo entre los 4.000 internos.

Desde la víspera se supo que se trataba del narcolavador identificado más importante del país, con un rol adicional: era financista y cabecilla de las bandas Los Lobos, Tiguerones, Chone Killers y Latin Kings, brazos armados del cartel mexicano Jalisco Nueva Generación.

Esas organizaciones nacieron tras la fragmentación de Los Choneros, luego del asesinato de Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, amigo de Norero.

Por eso, luego del asesinato de Rasquiña, en diciembre de 2020, Norero intentó reemplazarlo, pero Adolfo Macías, alias 'Fito', y Junior Roldán, alias 'Junior', le salieron al paso.

La llamada de Norero

Al poco tiempo de llegar a Cotopaxi, 'El Patrón' se puso en contacto con Fito y Junior, a través de Claudia Garzón, una criminalista colombiana quien fue parte de la Comisión de Pacificación que el Gobierno creó en diciembre de 2021, para enfrentar la violencia en las cárceles.

Norero, de 36 años, llamó por celular a la comisionada un día después de su arribo a Cotopaxi.

Había escuchado hablar de ella a varios cabecillas de bandas, con quienes mantenía conversaciones para, supuestamente, pacificar las prisiones, donde desde 2021 han ocurrido cerca de 400 asesinatos.

En los días siguientes Garzón visitó a Norero. La primera vez, estuvo reunida con Norero durante todo el día, en su celda, en el área transitoria de Cotopaxi, donde se alojan los detenidos de poca peligrosidad, mientras se define su situación judicial.

"Hablamos sobre su intención de parar la violencia, de su necesidad de acercarse a otros cabecillas, con ese fin. Cuando Leandro habla con Fito y Junior yo auspicié esas conversaciones; es más, estuve en todas las llamadas que hacían los tres", dice Garzón, en entrevista con PRIMICIAS.

Ella los visitaba constantemente en los penales de Cotopaxi y de la Regional de Guayaquil.

Sus contactos con los líderes de las bandas, que tenían el consentimiento de los directores carcelarios y del entonces titular del Servicio de Personas Privadas de Libertad (SNAI), general Pablo Ramírez, eran seguidos por agentes de inteligencia Penitenciaria de la Policía.

La mediadora

Antes de la llegada de Norero a Cotopaxi, Garzón ya había establecido contactos, además de Junior y Fito, con los líderes de Los Tiguerones, Willy y Ronco; de R7, Ronald; de los Lagartos, Choclo y Lalo; de los Latin Kings, alias Diablo, y de los Chonekillers, Benjamín, entre otros.

Siete días antes de la captura de Norero en Guayaquil, las cuatro organizaciones que lideraba difundieron un comunicado en el que apoyaban el proceso de pacificación que impulsaba la mesa de diálogo, por lo cual habían decidido que una de sus integrantes (Garzón) fuera su mediadora.

Garzón confirmó a PRIMICIAS que por eso Norero simplemente siguió con esa línea.

Después, aparecieron dos comunicados más, dirigidos al presidente Guillermo Lasso y al general Ramírez, de Los Choneros (Fito) y Las Águilas (Junior), y de la banda R7.

Anunciaban su decisión de iniciar un diálogo, con la mediación de Garzón, lo cual fue corroborado en un video grabado por Fito y Junior, el 20 de junio.

En varios videos, Garzón aparece junto a la también comisionada Alejandra Delgado, delegada de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, conversando y dando charlas de motivación a algunos grupos de detenidos, así como a los cabecillas Fito, Junior y Norero.

En las filmaciones ella destaca el apoyo que recibía de las autoridades del SNAI en ese proceso de paz.

Curbelo deja la Comisión

Para entonces, Garzón se había convertido en la principal protagonista del trabajo de la comisión. Dos meses antes, en abril, renunció Nelsa Curbelo, quien la presidía, por desacuerdos con la gestión institucional en el sistema carcelario.

Los puntos de vista y las visiones de Curbelo y de Garzón sobre cómo encaminar el proceso chocaron.

Dos comisionados más dejaron el organismo, que se quedó con seis miembros, bajo la presidencia de Alfredo Narváez, quien tuvo un perfil discreto.

Garzón, por su parte, llevaba donaciones alimenticias, libros a distintos centros e interactuaba con los cabecillas y los directores.

"Tenía mucho poder e influencia sobre algunas decisiones que se empezaron a tomar en beneficio de los líderes de las bandas y otros detenidos", dijo un funcionario del SNAI, que recibe informes constantes y monitorea lo que ocurre en los centros regionales.

Amistades tras las rejas

En el primer informe que entregó la Comisión en abril se indica que Garzón tenía una tarea específica: realizar el "trabajo interno de inteligencia criminal con actores cabecillas".

Sobre su cercanía y supuesto papel para favorecer a los cabecillas, especialmente a Fito y Junior, hay versiones contrapuestas, incluso entre agentes de inteligencia penitenciaria.

Unos aseguran que Garzón cumplía con su trabajo y otros que operaba a su favor, en desmedro de otros cabecillas y bandas.

"Me costó cuatro meses llegar a los líderes y ganarme su confianza. Lo mío no es la corrupción, siempre me dijeron que tenía demasiada cercanía solo con Junior y Fito, pero me acerqué a la mayoría y, por último, a Leandro, quien llegó a ser mi amigo", agrega la excomisionada.

'El Patrón' de Cotopaxi

Aunque estuvo preso en el área Transitoria, Norero se movía con libertad por otras zonas de mínima, mediana y máxima seguridad, siempre acompañado de su grupo de custodia, que llegaba a los 12 integrantes.

Leandro Norero se movía con facilidad entre los pabellones y áreas del presidio de Cotopaxi.  120 hombres eran parte de su organización criminal en ese centro.

Leandro Norero se movía con facilidad entre los pabellones y áreas del presidio de Cotopaxi. 120 hombres eran parte de su organización criminal en ese centro. 

Mantenía conversaciones con cabecillas de otras bandas y con decenas de presos que le pedían que los ayudara. Así fue como se fue convirtiendo en el 'Patrón' de Cotopaxi, según funcionarios de la cárcel.

Incluso varios funcionarios se comunicaban y se reunían con Norero, para conocer sobre riesgos de amotinamientos, porque sabían que muchos detenidos acudían a él en busca de favores o para ponerse a sus órdenes.

Su estrategia era clara, según un oficial de Inteligencia. Aprovechar el proceso de pacificación y diálogo como pantalla para cuajar una alianza de las bandas más grandes que controlan y mandan en los presidios, donde tienen colaboradores entre los guías, los policías y los servidores penitenciarios.

A través de las redes internas de corrupción, Norero ingresó armas, celulares y otros objetos; sabía que su vida estaba en riesgo, por información que le daban sus contactos.

Esos contactos no solo pertenecían al mundo del crimen organizado, sino que incluían empresarios y políticos, que temían ser expuestos por Norero.

Cuando fue capturado, 'El Patrón' se encontraba en una mansión que pertenecía Xavier Jordán, quien está prófugo en Miami.

Enjuiciado por asociación ilícita, desde 2020, por los negociados en la venta de insumos médicos durante la pandemia en hospitales públicos, Jordán fue una de las cabezas de los esquemas de corrupción, junto a Daniel Salcedo, sentenciado a 13 años de prisión por ilícitos en el Hospital de los Ceibos del IEES, en Guayaquil.

Tras abandonar el país, Jordán traspasó su suntuosa residencia, ubicada en Samborondón, a Norero. La casa que fue incautada en la operación que terminó con la captura de 'El Patrón'.

Norero ganó poder durante la época de oro de la autodenominada revolución ciudadana, desde 2007. De a poco, montó una organización de lavado. Se apalancó en el tráfico de cocaína desde el Puerto de Guayaquil.

Llama la atención que mientras estuvo detenido en Cotopaxi, aparte de la entonces comisionada Garzón, solo recibió visitas de sus abogados Christian Romero y Santiago Torres.

Otros de sus abogados fueron Jonathan Aguinda, defensor del exvicepresidente Jorge Glas, quien interpuso varios recursos de habeas corpus para liberar a 'El Patrón'. Además, Hugo Alexander Lara, defensor de Daniel Salcedo y también de familiares de Norero, en el juicio de lavado de activos en su contra. 

En la boca del lobo

Al ver que su influencia y poder crecían, los cabecillas de Los Lobos, que mandan en las otras tres etapas en el CPL Cotopaxi, empezaron a marcar territorio, aclarándole a Norero que en las zonas fuera de transitoria era apenas un invitado, no un líder.

Para entonces, 'El Patrón' controlaba un grupo de más de 120 presos y tenía dos lugartenientes que eran sus principales protectores: Jonatan Navarrete, alias 'Cuyuyui', y Santiago Madrid, alias 'Madrid'. Ambos cabecillas de Los Lobos.

El 14 de septiembre los dos fueron liberados por orden del juez Emerson Curipallo Ulloa, quien les dictó medidas sustitutivas.

12 presos integraban el primer anillo de seguridad de Norero, todos fueron asesinados en la masacre del 3 de octubre, en el área de máxima seguridad.

12 presos integraban el primer anillo de seguridad de Norero, todos fueron asesinados en la masacre del 3 de octubre, en el área de máxima seguridad. 

Así, Norero quedó más expuesto y lo sabía, según lo confesó telefónicamente a Garzón. Ella recuerda que los siguientes días estaba abatido por la salud de sus dos hijos y de su esposa, también enjuiciada, quien portaba un grillete electrónico.

Por las alertas de Inteligencia, Garzón ya no podía ingresar a los centros regionales. Sobre todo luego de que la Comisión terminó su labor a finales de junio de 2022.           

En lugar de replegarse y mantenerse en el área de transitoria por seguridad, Norero seguía circulando por otros pabellones y zonas del presidio, donde ya se fraguaba su asesinato.

El 3 de octubre, 'El Patrón' llegó con su anillo de protección a la zona de máxima seguridad, acompañado de 12 hombres de su confianza.

Ahí fue emboscado y asesinado a tiros, junto con sus acompañantes. Luego su cuerpo fue llevado y arrojado en el área de mediana seguridad.

Así se desató el motín que dejó 16 víctimas mortales en Cotopaxi, ese lunes trágico.

Los asesinos también buscaban ejecutar a dos familiares de Norero, que fueron transferidos de esa prisión y para ser trasladados, junto a decenas de internos, a otros centros penitenciarios.

'El Patrón' murió en la boca del lobo que antes había alimentado. Las autoridades investigan quiénes fueron los autores materiales e intelectuales de esos crímenes.

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