Jaime Erazo Espinosa

La energía eléctrica articula la concentración territorial y sostiene casi todos los procesos urbanos y metropolitanos en la ciudad contemporánea.

En Durán su tejido urbano se ha degenerado por la muerte de sectores residenciales, de salud y educación. Es el urbicidio, el asesinato de la ciudad.

El problema de fondo es que no tenemos un proyecto nacional de futuro productivo, basado en nuestra red de infraestructura hidráulica.

El crecimiento demográfico en Ecuador, la contaminación y la inadecuada gestión pública ejercen una enorme presión sobre el agua.

Como país, necesitamos revisar quiénes explotan nuestras fuentes de agua y cómo el Gobierno entiende su función económica y social.

Cuando no hay coincidencia entre la importancia de la red vial y el desarrollo nacional, resulta un sistema de caminos como el que tenemos.

Veamos cómo está organizada la infraestructura de espacios culturales en las 222 ciudades de Ecuador. Hay sorpresas.

Ecuador tiene 62 universidades y escuelas politécnicas, distribuidas en 27 ciudades, y en ellas se educan a 670.373 estudiantes.

El 44% de los hospitales generales están en Guayaquil y Quito. La distribución de la infraestructura de atención médica es muy desigual.

Quito, Guayaquil y Cuenca concentran más del 50% del total de la vivienda, de la población nacional y de la superficie urbanizada de Ecuador.