La familia, el motor que impulsó a Daniel Pintado y Glenda Morejón a sus medallas olímpicas

La vida se ha vuelto completamente diferente para Daniel Pintado y Glenda Morejón desde que ganaron sus medallas olímpicas. Hay poca tranquilidad, todos quieren entrevistas, fotos o saludos de los marchistas que enorgullecen al Ecuador. 

La fama ha llegado, pero ellos mantienen esa sencillez que los caracteriza. Con humildad, ellos afirman que sus familias han sido esa pieza clave para llegar al éxito. 

"La familia para mí siempre ha sido muy importante. Cuando me inicié en el deporte, mis primeros zapatos los obtuve gracias al aporte de mi mamá, mi papá y de mis hermanas, que hicieron una colecta", recuerda Daniel Pintado. 

El campeón olímpico, además, asegura que la medalla se forjó desde que nació su primer hijo, Nicolás. "Muchas personas decían que, cuando nació mi hijo, mi carrera se acabó, porque ser padre es muy complicado. Pero yo lo vi de otra manera, desde que estaba en el vientre de su madre, sabía que iba a ser una motivación, y cuando nació, la vida fue diferente, desde ahí empezó la medalla". 

Por su parte, Glenda Morejón está por comenzar una nueva etapa. La marchista se comprometió con su novio cuando estuvo en París y no tiene miedo a compaginar la vida familiar y la deportiva.

"En el tiempo de antes decían que cuando una mujer quedaba embarazada se le acababa la vida deportiva, y no es así. Yo concuerdo mucho con Daniel, pienso que la familia y los hijos deben ser una motivación muy grande para seguir superándonos, en el ámbito profesional y como seres humanos". 

Luego de sus increíbles triunfos, los medallistas olímpicos quieren tomarse un tiempo para descansar, desconectarse de todo y pasar valioso tiempo con sus familias, con aquellas personas que los impulsaron al éxito y que serán su eterna motivación.