A Segundo Castillo le tocó guardar el frac y ponerse el traje de la derrota

En el fútbol, perder siempre está en las posibilidades, pero que Barcelona SC haya sido aplastado por Independiente del Valle luego de lucirse en la Copa Libertadores ante Corinthians estaba fuera de libreto. Como agravante, IDV goleó en el Monumental y acabó con el invicto canario. El culpable de este desastre: el entrenador Segundo Castillo.

Es verdad que Castillo tiene mucha presión porque es ecuatoriano y porque carecía de la experiencia para hacerse cargo de BSC. Además, estamos en el año del centenario, con todo el peso simbólico que eso implica. Así que una derrota podía ser magnificada por sus críticos. Eso iba a pasar.

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Lo malo es que hemos presenciado una derrota absolutamente enorme, histórica, donde todo lo que hizo Segundo Castillo fue equivocado. De entrada, plantear una alineación mixta de titulares y suplentes fue dar mucha ventaja. Quizás Castillo se confió en que Independiente llegaba sin lucirse y sin haber ganado en LigaPro. Creyó que era manejable.

O quizás el DT intentó equilibrar las fuerzas pensando en el duelo con Corinthians en Brasil, donde se define el año copero del ídolo del Astillero. Entrar a la fase de grupos es la prioridad. El DT se la jugó por un riesgo calculado. Pero todo le salió muy mal.

Luego, 'Second Castle' no pudo reconfigurar al equipo luego del 1-0 inicial y de la tempranera tarjeta roja. Al contrario, sus decisiones solamente beneficiaron al rival, que jugó a placer y que incluso pudo retirarse con un marcador de escándalo. 

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Ahora se viene lo más difícil: evitar que esta pésima presentación se convierta en un auténtico naufragio en Brasil. Regresar con la clasificación dará a Segundo Castillo el crédito necesario para seguir en el banquillo el semestre.

La eliminación, en cambio, dará paso a que las críticas en contra de Castillo, que hasta ahora solo han circulado en voz baja, se vuelvan virulentas. Se dirá que no era para Barcelona SC, que destacaba más por sus elegantes trajes que por su fútbol. Veamos qué pasa al final luego de que, por esta vez, a Castillo le tocó ponerse el traje de la derrota.