Entre humor negro y espías, el agente Fortune cumple su misión

La nueva película del director Guy Ritchie cumple con lo que ofrece. En 'Agente Fortune: el gran engaño' da rienda suelta a la diversión con sus espías libres de reflexiones filosóficas.

Hay una misión y hay que cumplirla. Para eso, Ritchie apela a todos los ingredientes de las viejas películas sobre el espionaje internacional. ¿Lugares lujosos? Claro. ¿Balazos? A montones. ¿Un maletín robado? Obvio que sí.

¿Persecuciones y autos que derrapan? También las hay. La escena en que la actriz Aubrey Plaza dispara mientras el Mustang patina es digna de Misión Imposible.

Ritchie no pretende ofrecer una reflexión sobre el peligro de la inteligencia artificial, ni mucho menos. Su prioridad está en el uso eficiente de los requisitos del cine de espías de antaño.

James Bond juguetón

También hay un espía estrella. Se trata del agente Orson Fortune, quien es más juguetón y directo que, por ejemplo, James Bond.

Interpretado por Jason Statham, Fortune es un espía sobresaliente, pero que siempre causa enojo a sus jefes con sus decisiones extravagantes.

Fortune no acapara toda la atención y su equipo lo ayuda a enfrentar los problemas. Y aquí destaca el papel de Aubrey Plaza, una mezcla de 'chica Bond' con la 'chica de la silla'. Plaza ayuda a que circule el humor negro entre los personajes.

Hugh Grant, el villano

El actor Hugh Grant se lleva las palmas en su caracterización de perverso multimillonario. Fanfarrón y algo lascivo, distrae al público con su calculada extravagancia.

Grant equilibra el relato porque, mientras el agente Fortune reparte puñetazos, el villano derrocha encanto y frases con chispa.

Y como siempre esté flanqueado por una guardaespaldas y gerente muy seria, interpretada por Lourdes Faberes, su personaje adquiere un toque cada vez más pintoresco.