El Brentford le ganó 0-2 al Chelsea y hurgó en la herida del conjunto londinense, incapaz de salir de un estado de irregularidad permanente.
Cuando el Chelsea parecía que remontaba el vuelo tras sumar tres partidos sin perder, un nuevo tropezón vuelve a generar inquietud en un equipo que parece abonado a la nada una temporada más.
En esta ocasión, al técnico argentino se le cayeron dos hombres importantes en un momento crítico para su equipo. Las lesiones de Enzo Fernández y de Mykhailo Mudryk obligaron al técnico argentino a introducir en el 11 a Madueke y a Nico Jackson.
Lo consiguió en la primera parte, en la que sus jugadores dominaron por completo al Brentford, incapaz de generar nada y sometido por completo al empuje del cuadro londinense.
Todos bailaron al ritmo de Palmer, sin duda el mejor fichaje del Chelsea está temporada y muy brillante a lo largo de los primeros 45'. Dio un recital de pases y se apuntó hasta cinco decisivos que no tuvieron un final feliz.
Al Brentford, el paso por vestuario le cambió la cara. Dejó atrás 45 minutos en los que mostró un exceso de carencias y se echó hacia delante para cambiar el destino del encuentro.
Primero avisó con un remate de Wissa que salvó Robert Sánchez y después, a falta de media hora para el final, Pinnock conectó un cabezazo inapelable que puso contra las cuerdas al Chelsea.
Incapaz de reaccionar, el equipo de Pochettino se diluyó entre todos los problemas que arrastra desde que comenzó el curso y no generó nada peligroso que pudiera oler a empate.
El ecuatoriano, Moisés Caicedo, con sorpresa, fue sustituido a los 80 minutos por Lesley Ugochukwu.
Y ya al final, como broche de oro a la tristeza que irradia el Chelsea esta temporada, Mbeumo, en el tiempo añadido, cerró el partido con el segundo tanto del Brentford, que adelantó en la tabla a su rival, hundido en una crisis de la que parece que no es capaz de salir.
