El neurodopaje es cualquier tipo de elemento que produzca una ventaja competitiva en los deportistas y que tenga como objetivo principal la estimulación del cerebro. Esta técnica se emplea en Estados Unidos, Canadá, Alemania y China.
Las técnicas de estimulación cerebral podrían convertirse en un factor determinante para aumentar la fuerza, reducir el cansancio o incluso sostener la concentración.
Aunque se han realizado varios estudios y muchos de ellos están en marcha, todavía no existe una certeza de que el rendimiento de un deportista mejore producto de la aplicación de esta técnica.
Manuel Jiménez López, docente e investigador del grupo Tecnología Digital y Didáctica de la Educación Física de la Universidad UNIR, señala que, por ahora, se utilizan técnicas poco invasivas en el cerebro para determinar las reacciones.
"El objetivo es la estimulación de la parte de la corteza cerebral, que es una de las estructuras que consideramos más interesante. Puede ser a través de una corriente eléctrica muy débil, durante períodos que van entre los dos y 20 minutos", explica.
En una entrevista con PRIMICIAS, el investigador español reconoce que esta práctica se utiliza con atletas. Pero agrega que, por ejemplo, la Agencia Americana del Medicamento no reconoce "ningún tipo de tratamiento empleando esta técnica transcraneal de la estimulación mediante corrientes eléctricas".
En un trabajo publicado en 2019 por la revista Brain Stimulation, investigadores españoles, rusos y británicos demostraron que los efectos del neurodopaje no son estadísticamente significativos.
"Aunque algunos estudios individuales han arrojado resultados positivos, en principio estos resultados podrían deberse íntegramente al azar", sostuvo Miguel Vadillo, coautor del trabajo e investigador de la Universidad Autónoma de Madrid.
Y en lo mismo coincide Jiménez López, quien además revela que desde hace unos 10 años ya se trabaja con este tipo de técnicas de estimulación transcraneales. En algunos laboratorios han utilizado ratones para el experimento y "sí se han observado algunos cambios en la conducta de estos sujetos".
"Pero desde el punto de vista del estudio, para una mejora real del rendimiento deportivo, hay muchas discrepancias. Somos muchos los investigadores que creemos que, hasta la fecha, no se ha demostrado un beneficio real que podamos cuantificar en estos atletas", añade.
Según el investigador, en ciclistas se ha observado una mayor cadencia de pedaleo y mejoras "muy leves" en algunos aspectos de carácter neuromuscular. Pero aclara que los estudios que lo sustentan como una ventaja, desde lo competitivo, han utilizado grupos muy reducidos.
"Hay elementos que se observan que pueden mejorar, pero no sabemos si es consecuencia de esa estimulación o es un propio efecto placebo".
"En ciclismo, en un solo estudio, se observa que puede haber alguna mejoría de carácter neuromotor y también en cargas de entrenamiento. Pero el tamaño del efecto fue muy bajo"
Manuel Jiménez López, investigador
Hasta el momento, tampoco existe una certeza de que el neurodopaje produzca un perjuicio en los atletas. Asimismo, no se considera como doping porque no se han cuantificado los beneficios. "No es distinto a otros métodos de estimulación, como la meditación o el mindfulness", dice Jiménez López.
De acuerdo a la Comisión de Antidopaje, para que un doping sea considerado como tal, es necesario que se observen las siguientes pautas:
- Tener claros efectos beneficiosos demostrados.
- Plantear un riesgo potencial para la salud física o emocional del sujeto.
- Violar la ética y el espíritu de la competición legal del deporte.
Otros deportes en los que se están ensayando técnicas son en las carreras de Gran Fondo y Ultra Trail, ya que, en principio, la percepción del atleta acerca del cansancio se vería reducida.
Por ahora, el neurodopaje aún no han tenido las suficientes respuestas favorables para su expansión y de esa forma convertirse en un nuevo método de dopaje. Pero hay varios estudios en marcha que podrían determinar o no su validez.
"Científicamente, no sabemos si funciona o no. Hay que confirmarlo con estudios más amplios, longitudinales y, sobre todo, con una muestra suficientemente grande para corroborar si se produce una ventaja competitiva", concluye el investigador y docente.
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