El suizo se impuso a Novak Djokovic por 6-4 y 6-3, en 72 minutos, en el Nitto ATP Finals, el último torneo del año que reúne a los ocho mejores tenistas de la temporada. Federer mostró contundencia en su juego y un primer saque muy efectivo.
Federer liquidó al serbio en el primer set: además de ocho 'aces', su derecha se mostró letal. El último de ellos para cerrar el parcial en 35 minutos, en los que desbordó a Djokovic con su velocidad de juego.
Federer se vengó así de su derrota que sufrió ante Djokovic en la final de Wimbledon el 14 de julio de 2019. El partido se convirtió en la final más larga en la historia del torneo con cuatro horas y 57 minutos y que supuso el quinto Wimbledon de Djokovic y su décimosexto Grand Slam.
El número tres del ranking ATP alcanzó 12 'aces' en el partido y solo tuvo cinco errores no forzados. Además, conectó 23 tiros ganadores, y no cedió su saque ni una sola vez, rompiendo el de su rival en dos ocasiones.
Federer optó por aplicar la ley del mínimo esfuerzo pero con contundencia. A sus 38 años no le conviene desgastarse en intercambios demasiado largos que le agotan. Dosifica sus acciones, arriesga cuando va a la red, poniendo nerviosos a sus rivales.
Nadie quiso perderse este duelo, el segundo con mayores enfrentamientos en la historia del tenis, todavía favorable al serbio por 26-23, y 20.000 espectadores abarrotaron el Arena O2 para presenciar el espectáculo.
Esta vez 'Su Majestad', a diferencia de Wimbledon, sentenció el partido con aplomo y sin dudas. Y disputará por decimosexta ocasión las semifinales, en 17 participaciones.
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