La encuesta de la iniciativa Quito Cómo Vamos fue realizada entre julio y agosto de 2021 mediante entrevistas presenciales a 985 habitantes de todos los sectores de la ciudad.
Quito ya ha alcanzado a vacunar contra el Covid-19 al 85% de su población mayor de cinco años. Lo que plantea un panorama positivo en torno a los problemas generados o agudizados por una pandemia que inició en marzo de 2020.
Pero a la vez, permite que reaparezcan, o tomen relevancia, otros problemas que estuvieron eclipsados porque la población estaba ocupada en cuidar su salud, o acceder a vacunas.
Una encuesta de la iniciativa Quito Cómo Vamos, realizada entre julio y agosto de 2021 mediante entrevistas presenciales a 985 habitantes, identificó 12 problemas que los quiteños consideran que son los más graves que actualmente enfrenta la ciudad.
El problema que más preocupa a los habitantes de Quito es la inseguridad, con el 23,5% de las respuestas, seguido del desempleo con el 20% y de la falta de arreglos de calles con el 12,5%.
Según el estudio, el 43,1% de los encuestados ha sido víctima de la delincuencia en el último año, mientras que el 68,8% cree que los espacios públicos como calles, plazas y parques son peligrosos.
La Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo, publicada por el INEC con datos del tercer trimestre de 2021, ubican a Quito como la ciudad con la tasa de desempleo más alta del país, con el 11,5%.
Mientras que el tercer problema es tan notorio, que para 2022 el Municipio aprobó ya un presupuesto de USD 52,5 millones para proyectos de infraestructura vial y bacheo.
Aunque el alcalde, Santiago Guarderas, advirtió que reparar los 8.900 kilómetros de vías que hay en la ciudad será imposible en los 17 meses que le quedan a su administración.
A estos tres problemas se suman otros como el mal servicio de transporte, la mala administración y los problemas de salud, entre los que aún destaca la crisis del coronavirus, aunque menos que el año pasado, cuando fue el segundo problema más relevante.
Daniela Chacón, coordinadora de Quito Cómo Vamos, explica que "el estudio demuestra que la ciudadanía no encuentra respuestas claras ante la crisis económica, política y social que vive la ciudad".
Agrega que las dificultades que enfrenta la ciudad prácticamente abarcan todos los espacios de convivencia en los que las personas se desarrollan en su cotidianidad. "Por eso vemos que el 65,2% cree que la ciudad no va por un buen camino", señala.
"Si uno toma el tema de movilidad puede ver que casi todo está mal: las vías, pero también el servicio de transporte".
Daniela Chacón, coordinadora de Quito Cómo Vamos
Aun así hay ocho cooperativas de transporte urbano que recibieron la autorización de la Secretaría de Movilidad para incrementar el pasaje de USD 0,25 a USD 0,35, además del sistema municipal que abarca a la Ecovía y al Trolebús.
Ella cree las acciones de Guarderas deberían apuntar a solucionar los problemas que la ciudadanía ha identificado.
Corrupción que no baja
Desde la primera encuesta que la organización Quito Cómo Vamos elaboró en 2020, la percepción acerca de los niveles de corrupción que hay en el Municipio prácticamente siguen iguales.
En 2020, el 70,53% de los quiteños consideró que los actos de corrupción aumentaron con relación a 2019. Mientras que en 2021, el 68,4% cree que este problema se ha incrementado.
A esto se suma que el 67,5% de los encuestados está insatisfecho con la gestión de la entidad y el 69% con la forma en la que invierte los recursos.
Chacón dice que esos indicadores, a su vez, derivan en una falta de confianza en el Municipio. Aclara que "no se trata de la autoridad de turno, sino en la institución que no responde a las necesidades de las personas".
El estudio asegura que el 64,4% de los quiteños no confía en el Municipio y el 49,7% se siente insatisfecho viviendo en la ciudad.
Futuro pesimista
Las cifras que deja la encuesta de Quito Cómo Vamos no son alentadoras para el futuro de la ciudad. Un 76,12% de los quiteños dice estar preocupado, frustrado o triste por lo que se vivirá en la ciudad durante los próximos años.
Este porcentaje de pesimismo es 22 puntos por encima del pesimismo de 2020, cuando el 54% de los encuestados respondió en ese sentido.
La coordinadora del estudio, Daniela Chacón, detalla que la preocupación por el futuro es más alta en los sectores pobres de la ciudad con el 50,8% frente al 42,6% de la población con mayores recursos.
Y explica que las personas de 26 a 45 años son las que más creen que las condiciones que la ciudad ofrecerá en el futuro serán más difíciles que las actuales.
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