Gonzalo Maldonado

En una era del espectáculo, como la que vivimos hoy, es gratificante ver el retorno al poder de políticos moderados, ávidos de encontrar consensos.

"Por encima de todo recuerda que, para ser popular, debes prometer lo que sea que se te pida, aun cuando luego no vayas a cumplir esa promesa".

Ver la política como una actividad solo ideológica nos lleva a aceptar o rechazar políticas públicas basados solo en una supuesta afinidad ideológica.

Para el indigenismo no hay clases sino razas; no hay inequidades de género o diferencias sociales sino culturas e ideologías irreconciliables.

El ciudadano es un personaje individualista que vota en función de pasiones oscuras, como la revancha, o de sentimientos positivos como la admiración.

Si pusiéramos al honor –entendido como el esfuerzo por cultivar el respeto propio– en el centro del debate, tal vez podríamos recuperar a Ecuador.

La incertidumbre reinante está empujando a los inversionistas a abandonar el euro y a buscar refugio en monedas como el dólar estadounidense.

Con su halo de santidad franciscana, Quito es una ciudad amable con propios y extraños. La depresión económica y la pandemia podrían cambiar todo.

El precio llegó hasta USD 43 por barril, pero aquel valor no pudo sostenerse porque una oleada de ventas se encargaba de bajarlo a su nivel inicial.

La “política real”, esa del reparto a cambio de apoyo, ha mostrado los daños feroces que puede irrogar a una sociedad.