Un recurso sencillo, una prosa recargada y al mismo tiempo leve, junto a una historia que no deja de tener misterio. La receta de eternidad de Carlos Ruiz Zafón es clara.
Carlos Ruiz Zafón tenía 55 años cuando murió el pasado 19 de junio. Edad suficiente para generar un fenómeno editorial basado en un universo imaginado alrededor de su ciudad natal.
Era un Barcelona particular. Espectros góticos que se reflejaron en su propia escritura, exagerada, como lava, como un flujo que parecía no detener la acción y la historia. Un estilo particular.
Y un universo imaginado que tenía valor en los libros, en la misma escritura, en las historias que se generaban detrás de los libros y quienes los escriben. En la obsesión que genera la lectura.
Una serpiente que se come a sí misma.
Porque es probable que aquello que obsesiona a sus personajes, alrededor de un libro, sea lo mismo que pasa con sus lectores. Que leen una de sus obras y necesitan leer las demás.
Lo de Ruiz Zafón fue un fenómeno, desde luego. Y es normal que existan dudas detrás de estos fenómenos. La sombra del viento ha vendido 10 millones de ejemplares en todo el mundo, siendo traducida a 40 idiomas.
¿Es posible que tanta gente en todo el planeta esté tan equivocada?
El español, fallecido en Estados Unidos, creó una estructura sencilla en la que se sostiene su proyecto literario. Ese Cementerio de los libros olvidados marca el sentido y la firmeza de La sombra del viento, su primer libro para adultos, publicado en 2002.
Y las tres obras restantes que saldrían luego, orbitando este lugar donde van a caer esos libros de bibliotecas que se olvidan.
Es probable que haya mucho de suerte por ahí. Quién sabe.
Una novela dentro de la novela
Carlos Ruiz Zafón falleció el 19 de junio a los 55 años, en su residencia de Los Ángeles (Estados Unidos), a consecuencia de un cáncer, según ha informado Editorial Planeta. EFE /Archivo / David Fernández
La razón por la que alguien se queda prendado de La sombra del viento es ese arranque directo y contundente. Una historia de iniciación, de un niño que va acompañado por su padre a un lugar desconocido.
En esta novela, Ruiz Zafón toma muchos elementos comunes en historias exitosas y los combina. ¿Eso es un problema? No tiene por qué.
No hay nuevo bajo el sol. La novedad radica en la manera en que se combinan todos estos elementos. Si hay un triunfo posible en esta obra de Ruiz Zafón, este radica en que todo parece haber sido construido usando andamios.
Hay algo encima de algo y también por debajo. Durante la lectura se descubren estos puntos de contacto.
Está el lugar secreto y casi mágico, el Cementerio de los libros olvidados, está ahí. Está la historia que viaja en el tiempo, para enfocarse en un escritor que ha buscado desaparecer. Es ese Julián Carax, autor de La sombra del viento, la novela que está dentro de la novela.
Está la investigación para dar con él. La intriga que se abre para descubrirlo. El suspenso que se mueve y las pistas. El amor y la pasión que se produce en Daniel Sempere -el protagonista de la historia y ser obsesionado por dar con Carax - por Clara Barceló, una chica que no puede ver.
La lista es larga. El mérito mayor.
La sombra del viento funciona por todo lo que articula y por cómo, con un gesto de calidez, le permite a quien la lee una experiencia sencilla, de más de 400 páginas.
Los 'best sellers' no son, necesariamente, libros malos.
Otras recomendaciones
Una secuela que se enfoca en otros terrenos
"El juego del ángel", de Carlos Ruiz Zafón
Planeta, 2008
Después de La sombra del viento llega esta historia, plagada de otros personajes y de una suerte de misterio mefistofélico. Un escritor que tiene cáncer podrá ser curado si es que cumple el deseo de alguien de escribir un libro. Premisa brutal y contagiosa. Y sí, Barcelona está a la cabeza, el cementerio de los libros olvidados sigue ahí y la literatura sigue girando. Novela que sí se relaciona, de manera directa, con la anterior.
El desenlace de la historia
"El laberinto de los espíritus", de Carlos Ruiz Zafón
Planeta, 2016
Trabajo monumental de casi mil páginas. Daniel Sempere regresa para ayudar a una mujer llamada Alicia Gris a develar lo que hay detrás de una serie de asesinatos y misterios, en pleno régimen de Franco. Los libros siguen estando en el medio, también el pasado y los caminos que se pueden seguir para sobreponerse a lo que ha sucedido y encontrar en el futuro. En este caso es el hijo de Daniel, las respuestas a todo lo que está sucediendo. Es probable que sea el cierre que esta tetralogía pedía a gritos.
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