El presidente del Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), Paúl Granda, dice que la prioridad es pagar las pensiones jubilares.
Paúl Granda descartó la posibilidad de ofrecer tiempo de gracia a los empleadores y a los empleados en relación de dependencia para el pago de sus aportes obligatorios al IESS.
Esto en razón de la crisis económica desatada por la epidemia de coronavirus en Ecuador y el mundo.
Pero dijo que los afiliados voluntarios del IESS, que no trabajan en relación de dependencia, gozarán de una suspensión del pago de aportes durante 90 días, como una medida de alivio económico para quienes tienen pequeños negocios o son trabajadores independientes.
Estas personas volverán a pagar sus aportes en julio y no perderán los servicios de salud y otras prestaciones.
En cambo sobre la propuesta de posponer los aportes de los empleados en relación de dependencia, por parte de los patronos, Granda explicó que podría perjudicar el pago de pensiones jubilares, que por el momento es una prioridad del Estado.
También resaltó que el IESS ha dispuesto una línea de USD 100 millones para préstamos quirografarios para los afiliados, con tres meses de gracia y a tres, seis y nueve meses de plazo. El monto máximo de los créditos será USD 2.500.
Lidiando con la emergencia
Sobre el mecanismo de atención de posibles casos de Covid-19 en el sistema del IESS, el funcionario indicó que se ha activado un sistema denominado Prosalud.
El sistema prioriza la atención de primer nivel, es decir, con médicos generales en 400 puntos del país a los que por la emergencia se han sumado 659 centros del Seguro Social Campesino.
Además, dijo, existe el programa de atención de médico a domicilio para personas mayores de 65 años. Y más de 80 brigadas del IESS se hallan en distintos puntos del país.
De esta manera, las personas con afecciones respiratorias reciben una primera atención y solo en caso de que los síntomas correspondan a coronavirus recibirán atención especializada.
Granda agregó que se ha preparado un protocolo de expansión modular en camas de unidades de cuidados intensivos, en caso de que se llegue a un momento de saturación de contagiados.
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