6 claves del modelo comercial al que Ecuador aspira con Estados Unidos

Uno de los principales objetivos del presidente Trump en la renegociación con México y Canadá era garantizar que el nuevo acuerdo beneficiara a los trabajadores estadounidenses. Por eso, los tres países acordaron incluir las obligaciones laborales en el núcleo del tratado.

Para evitar la competencia desleal, sobre todo con México, el T-MEC exige que las industrias proveedoras cumplan con nuevas políticas laborales, salariales y gremiales, que estarán sujetas a verificación permanente, a través de paneles laborales. 

El acuerdo incluye cambios en las reglas de origen de la industria automotriz.

El T-MEC exige que para tener acceso a preferencias arancelarias un 75% de las partes de un automóvil liviano debe tener procedencia mexicana, estadounidense o canadiense.

Bajo los nuevos términos, los tres países tienen que comprar mayor cantidad de insumos en Norteamérica y reducir las compras a fabricantes de autopartes como China y Corea.

"De cierta forma se ve que estas medidas son proteccionistas", dice Abad.

El tratado incorpora una cláusula que establece que los integrantes del pacto deben informar a los otros miembros sobre sus intenciones de iniciar un tratado de libre comercio con otro país que no opere bajo condiciones de libre mercado.

Este apartado tiene como objetivo limitar el comercio de los aliados de Estados Unidos con China, uno de sus principales competidores comerciales, y país con el que protagonizó una guerra comercial en 2019. 

China es uno de los tres principales socios comerciales de Ecuador. En 2019 las exportaciones a ese país significaron USD 2.897 millones, según el Banco Central. 

La nueva versión del acuerdo plantea reflejar el auge del comercio electrónico y otros aspectos de la economía digital que no existían cuando se negoció el TLCAN.

Por ejemplo, el T-MEC prohíbe los aranceles a los productos digitales. Permite a las empresas transferir datos a través de las fronteras sin barreras discriminatorias.

Además, prohíbe a los países exigir a las empresas que almacenen datos dentro de sus fronteras, las compañías pueden hacerlo donde les resulte mejor.

En el acuerdo de Estados Unidos, México y Canadá hay un capítulo de propiedad intelectual cuyo objetivo es proteger los derechos de autor, considerados críticos para impulsar la innovación, el crecimiento económico y generar empleo.

Por ejemplo, en el nuevo tratado se aumenta el período de derechos de autor en Canadá de 50 a 70 años tras la muerte del creador, lo que alinea al país con el marco jurídico de Estados Unidos. 

En entrevista con PRIMICIAS Cristian Espinoza, viceministro de Relaciones Exteriores y canciller subrogante, dijo que "Ecuador tiene una buena Ley de Propiedad Intelectual bastante completa, se adecúa constantemente según los avances tecnológicos y científicos". 

Aunque parecería no ser parte de un acuerdo comercial, el medio ambiente lo es, sobre todo por el impacto que tienen las actividades industriales en el mundo.

Según la Oficina de Representantes Comerciales de Estados Unidos, el capítulo sobre medio ambiente es el "más avanzado del acuerdo". 

En este apartado los países reconocen su obligación de combatir el tráfico de vida silvestre, madera y peces; fortalecer las redes de aplicación de la ley para detener el tráfico de animales, y para abordar cuestiones ambientales urgentes como la calidad del aire y la basura marina.