El proyecto del Metro de Quito comenzó en octubre de 2009 y en 2010 empezaron los estudios de factibilidad. En 2013 arrancó la construcción de las estaciones El Labrador y La Magdalena.
Después de un cambio de administración en el Municipio, el comienzo de la construcción del túnel se demoró hasta inicios de 2016, y con un incremento de USD 500 millones en el presupuesto. Su funcionamiento estaba previsto para 2019.
Se dieron nuevos cambios de administración, varias demoras, disputas políticas, incapacidad para definir y consolidar un modelo de gestión.
Ahora, sin que se haya generado un plan interconectado de movilidad para la ciudad, se anuncia la inauguración del Metro para el 21 de diciembre de 2022, pero se indica que su funcionamiento será a partir de marzo de 2023.
Una obra que nació con visión para transformar la ciudad, se perdió entre disputas políticas e ineficiencia en la gestión pública.
El Metro es el último gran proyecto propuesto para Quito, después hemos tenido años de escándalos e improvisación en la administración municipal.
Que la inauguración sin operación del Metro sea un llamado de conciencia de que se debe votar por personas con propuestas, con visión y experiencia.
La administración pública no puede entregarse por odio, revancha o capricho.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
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