Para el presidente de Colombia, Gustavo Petro, la derrota en las elecciones seccionales de finales de octubre fue un golpe político fuerte -y para él, inesperado- que dejó tambaleándose y con el freno puesto a su Gobierno de orientación izquierdista, cercano al socialismo del siglo 21.
De ahora en adelante, en vez de arremeter, como estaba haciéndolo, tendría que negociar y lo hará. Es que en la campaña, Petro cometió un error muy grave al plantear la elección como un plebiscito sobre su proyecto político.
Eso lo hizo especialmente en Bogotá, la capital donde él había sido alcalde y a la que creía su fortín inexpugnable y donde su candidato, Gustavo Bolívar, quedó tercero.
Jorge Ortiz reflexiona en su video columna semanal acerca de la respuesta del gobierno de Gustavo Petro ante su derrota en las elecciones locales y lo que esto significa en el mapa del poder territorial.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
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