El país árabe empezará a examinar los comentarios que hicieron los aficionados que estuvieron en el Mundial de Clubes, en diciembre de 2019, para ver cómo puede proporcionar a los hinchas un Mundial exitoso en 2022, aunque las diferencias culturales serán un desafío difícil de superar.
La primera prueba para el Mundial 2022 de Catar se completó el fin de semana del 21 de diciembre, con la victoria del Liverpool sobre el Flamengo en la final.
Beber y festejar puede ser un concepto complicado en un país con restricciones estrictas al consumo de alcohol y una baja tolerancia a desmanes en las calles.
"Estamos viendo a los fanáticos aquí en este evento como socios, para educarnos y enseñarnos si nuestros planes funcionaron o no, qué podemos mejorar y qué no funciona", dijo Hassan Al Thawadi, jefe del comité organizador del Mundial de Qatar, en una entrevista a Reuters.
El torneo atrajo a unos 13.000 hinchas brasileños, así como a miles de seguidores del Liverpool procedentes de todo el mundo. También hubo mexicanos, árabes y tunecinos apoyando a otros equipos en el torneo.
"Todas las instalaciones se ven de primera categoría. Todos los estadios son de vanguardia, aquí todo es vanguardista", dijo Adnan Vola, un seguidor del Liverpool que viajó desde Reino Unido.
Sin embargo, el tunecino Ahmed Ali, cree que los cataríes deberán cambiar su enfoque para satisfacer a los fanáticos de todo el mundo que están acostumbrados a reunirse en grandes cantidades para beber y cantar antes de los partidos.
"Creo que tienen que ser un poco más abiertos, porque van a venir equipos como Inglaterra, Alemania y Francia y procedentes de América del Sur", sobre todo en lo que respecta a bebidas alcohólicas, señaló.
El consumo de alcohol en Catar
En Catar, las venta de alcohol se limita a un puñado de hoteles a los que se les permite operar bares. Sin embargo, para el Mundial de Clubes, los organizadores crearon una zona para hinchas en un club de golf, donde los seguidores podían comprar cerveza a precios más asequibles.
Luego, los aficionados fueron trasladados en autobús hasta el estadio. Ahí no había alcohol a la venta, aunque esta posibilidad no está descartada por completo.
"Se está discutiendo, teniendo en cuenta que el alcohol no es parte de nuestra cultura, pero la hospitalidad sí", dijo Al Thawadi. "Queremos asegurarnos de que todos pasen un buen momento, queremos asegurarnos de que lo que organizamos supera las brechas y las diferencias culturales", agregó.
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