Ecuador volvió a festejar una medalla mundial en marcha, 16 años después del último oro del mítico Jefferson Pérez: esta vez fue Brian Daniel Pintado, que logró la medalla de plata en los 35 kilómetros en el Mundial de Budapest.
Daniel Pintado estuvo cerca del oro, participando de la escapada final junto al español Álvaro Martín, pero el europeo aceleró en los dos últimos kilómetros y se llevó la victoria, entrando en meta con un tiempo de 2:24:30.
A cuatro segundos (2:24:34) cruzó Pintado la meta de la Plaza de los Héroes de la capital húngara. Mientras que la medalla de bronce fue para el japonés Masatora Kawano (2:25:12).
La marca de Daniel Pintado logró batir el récord nacional, récord sudamericano y récord panamericano.
Pintado había rozado ya las medallas el año pasado en el Mundial de Eugene, con un cuarto lugar en los 35 kilómetros y un quinto en los 20 kilómetros.
Menos cerca había estado este año en los 20 kilómetros, donde fue séptimo, en una prueba que también fue ganada por Álvaro Martín, que selló un doblete histórico.
A sus 28 años, Pintado consigue un subcampeonato mundial que constituye su principal logro internacional junto al título panamericano de 20 kilómetros marcha que logró en Lima en 2019.
"Me gustaría dedicar esta medalla a mis hijos, son mi inspiración. Estaba pensando en ellos en los kilómetros finales y eso me dio fuerzas".
Daniel Pintado, marchista
"Ha sido una competencia muy estratégica. Había pensado empezar detrás y sorprender en la última vuelta pero iba perdiendo segundos al final. Las condiciones estaban muy difíciles (por el fuerte calor), pero estamos preparados también para estas condiciones, me he sentido bien", explicó.
Pintado señaló que ahora solo tiene dos objetivos: "ir a casa a dar un beso a mis hijos, mi madre, mi familia" y "pensar en el año que viene", especialmente en los Juegos Olímpicos.
Festejo a lo 'CR7'
Inmediatamente después de cruzar la meta, Pintado festejó con un 'Siu', el grito que caracteriza al portugués Cristiano Ronaldo, acompañado de una pirueta con las manos hacia atrás.
El futbolista popularizó ese festejo en agosto de 2013, cuando jugaba en el Real Madrid.
La celebración de Cristiano nació de forma espontánea y hoy es replicada por distintos deportistas alrededor de todo el mundo.
