A sus 16 años, el velocista debe recolectar botellas plásticas y venderlas para pagar el transporte que lo lleva diariamente a sus entrenamientos en la Federación Deportiva del Guayas (Fedeguayas).
Jorge Quiñónez nació en Guayaquil, es el mayor de siete hermanos pero no vive con su madre. Ha sido criado por su abuela, Dilia Bolaños, en el sector de Socio Vivienda, al norte de Guayaquil.
Las ganas de competir y los problemas económicos en su entorno, hicieron que Quiñónez opte por recolectar botellas plásticas para ganar dinero.
Amigos, vecinos, compañeros de colegio y de Fedeguayas guardan botellas para que él las recicle y las venda. Al mes gana unos USD 35 que le alcanzan para ir en bus hasta la Federación.
Dilia Bolaños cuenta que eso les sirve "para el pasaje y a veces para comprar un galón de yogur para el desayuno". Eventualmente, otro de sus hijos también los ayuda económicamente.
Jorgito, como lo llama su abuela, siempre quiso dedicarse al deporte. Soñaba con ser futbolista. Disputó varios torneos, recibió medallas y ganó algunos diplomas.
"Jorgito empezó con el fútbol a los ocho años. Como no podía jugar tanto (por su discapacidad física en la pierna derecha) lo pusieron de arquero" confiesa su abuela en una charla con PRIMICIAS.
Primero fue defensa, luego delantero y terminó siendo portero del equipo de Socio Vivienda, barrio de Guayaquil en donde vive con su abuela.
Dilia Bolaños asegura que su nieto tenía problemas para jugar fútbol. Se caía mucho y por eso, a los 15 años decidió cambiarse de deporte y optó por el atletismo.
El 22 de enero de 2022 inició en la disciplina que ya le ha dado logros deportivos. Pero también personales.
El guayaquileño tenía dificultades para caminar pero no dudó en competir. Se atrevió a correr y a seguir sus sueños.
Jorge Quiñónez tiene sus metas claras. Quiere seguir los pasos de su amiga y compañera Kiara Rodríguez y ser campeón paralímpico. Para eso, debe ser muy constante, dedicado y romper sus propias marcas. Y ya lo está haciendo.
Cuando el joven paratleta empezó a correr los 100 metros planos registraba un tiempo de 17 segundos. Ahora lo hace en 15 segundos.
Sus competiciones han sido destacadas. En tan solo un año ha logrado cuatro medallas de oro en carreras nacionales, entre ellas los 100 metros planos en los Juegos Nacionales del Deporte adaptado en Guayaquil (2022).
Y además de ser campeón nacional, es el primero en Latinoamérica y cuarto del mundo en su categoría.
Jorgito tiene una discapacidad física del 65% y hace parte de la categoría T35 (para los corredores con un funcionamiento moderadamente limitado de las piernas) en el deporte adaptado.
"Cuando la mamá iba a dar a luz se le pasó la hora. Él nació con un coágulo de sangre en el cerebro, le daban convulsiones, le dio parálisis (leve) y por eso tiene problemas para caminar", dice Dilia Bolaños.
Desde que nació, hasta los 14 años, el paradeportista estuvo en constantes terapias. Su abuela, que es como su segunda madre, dejó de trabajar para acompañarlo en cada sesión.
Sin embargo, ahora los médicos consideraron que no necesita más rehabilitaciones. Por lo cual, Jorge Quiñónez solo se dedica al atletismo y a cursar el noveno grado en el colegio Pedro Vicente Maldonado, de Guayaquil.
Con 16 años y muchas metas por delante, el paratleta aún no sabe qué quiere estudiar en la Universidad. Se ríe y asegura que aún no lo ha pensado.
Por ahora, el guayaquileño, que es entrenado por Bernardo Valdés, está enfocado en sus prácticas y futuras competencias.
Este año participará en los 100 y 200 metros platos de los Juegos Parapanamericanos Juveniles, del 2 al 12 de junio en Bogotá. El objetivo en este 2023 es lograr la mayor cantidad de podios para ingresar al Plan de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte.
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