Atlético Mineiro y Palmeiras empataron sin goles en el partido de ida de las semifinales de la Copa Libertadores, en el que Hulk falló un penalti fabricado por Diego Costa, quien luego se salió lesionado, y dejó escapar vivo al vigente campeón.
En el duelo entre Mineiro y el último campeón del torneo primó el miedo a perder, el juego duro y se impusieron las defensas frente a dos de los mejores ataques del continente.
Fue un encuentro áspero, repleto de interrupciones, que deja todo abierto para el partido de vuelta, que se disputará el 28 de septiembre, en el estadio Mineirao de Belo Horizonte.
Los dos mejores equipos de la fase de grupos empezaron la semifinal erráticos, imprecisos y excesivamente nerviosos. Rara vez acababan una jugada de peligro.
Lo que sí abundaron en el Allianz Parque fueron las faltas. Felipe Melo, un maestro en el arte de la provocación, fue el primero en marcar el territorio y enseñar los dientes a los de Cuca.
El Mineiro evitó enfrentamientos y se centró en dominar el centro del campo. A los campeones no les importó ceder la iniciativa, a pesar de jugar en casa.
El segundo tiempo tuvo la misma dinámica. Pocas oportunidades y ninguna inspiración por parte de los jugadores de creación. El Mineiro impuso el ritmo de juego, pese a estar jugando fuera de casa.
Sin embargo, en los primeros minutos del segundo tiempo perdió a Diego Costa, quien sintió un pinchazo en la parte posterior del muslo. Por su parte, Hulk intentó resarcirse del penalti errado con un remate que se fue desviado.
Al final, fue un partido sin sorpresas en Sao Paulo. Belo Horizonte dictará sentencia sobre el primer finalista de esta Libertadores.
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