Al menos cinco barrios de Riobamba colindan cerca de la cárcel, además de locales comerciales, el mercado mayorista, el Consejo de la Judicatura y al menos tres planteles educativos.
Rosario piensa en mudarse del barrio Los Cactus, en Riobamba. En los últimos dos años, asegura que el miedo se ha incrementado por los más de 800 vecinos que tiene al pasar la calle de su casa: En la cárcel de la ciudad.
Solo una pared, con pocas medidas de seguridad y una estrecha calle de adoquín separan su vivienda del Centro de Rehabilitación Social de Riobamba, en Chimborazo.
La cárcel está ubicada en el corazón del barrio Los Cactus, en el sur de la ciudad, pero, muy cerca están otros cinco barrios, entre ellos San Roque, Los Maestros y otros.
Además hay tres unidades educativas, el camal municipal, el Consejo de la Judicatura, el mercado mayorista y decenas de locales comerciales. Es una zona poblada y transitada.
Rosario, de 45 años, es soltera y vive del comercio. Durante dos días -lunes 8 y martes 9 de enero de 2024- no pudo ir a trabajar. Tuvo que encerrarse por los enfrentamientos registrados en entre los presos y la Policía.
“Cuando llegué a vivir aquí, no tenía tanto temor porque no se daban estas guerras internas. Pero ahora ya me decidí, me cambio de barrio", asegura Rosario.
"La violencia está peor desde las cárceles y en cualquier momento alguien se escapa y me lleva de rehén o alguna bala perdida me puede lastimar. Una piedra me dañó el vidrio de la ventana el lunes 8”.
Rosario, habitante del barrio Los Cactus.
Alicia Noriega también habita en el barrio y es dueña de una tienda desde hace 25 años. Cuando llegó -asegura- la cárcel ya existía, pero decidió quedarse en el barrio, porque con su esposo consiguió un terreno económico. Comenta que en el barrio hay unas 86 casas.
También vive con la zozobra del cambio de ánimo de sus vecinos, pero no piensa mudarse. Tiene la esperanza de que trasladen el centro de prevención de libertad a otro lugar.
“En los últimos dos años se siente más el temor por la agresividad con la que actúan. Vamos a reunirnos entre los vecinos y pedir que la cárcel sea retirada de esta zona poblada”, dijo la mujer.
Dos días sin dormir
En los barrios cercanos a la cárcel, en especial quienes están en Los Cactus, la mayoría ha invertido en cámaras de seguridad para cuidarse de los sospechosos o por si alguno de los reos se fuga e intenta ingresar a las viviendas.
La madrugada del martes, con la fuga de Fabricio Colón Pico y otros 39 detenidos, unos tocaron las puertas e intentaron ingresar a la fuerza, pero desistieron, mencionó Rosario.
Un día después, más de una docena de militares y policías recorren el barrio "hasta con tanques de guerra".
Recuerdan que en 2019, Colón Pico también estuvo detenido en esa cárcel, pero como no tuvieron intenciones de trasladarlo no ocurrían desmanes. Sin embargo, entre el lunes y el martes no lograron conciliar el sueño ni salir de sus casas con tranquilidad.
Fabricio Colón Pico cuando fue detenido en Quito, el 5 de enero de 2024. API
El martes hubo lluvia de piedras desde la cárcel, explosiones y detonaciones de arma de fuego. El mejor escondite que encontraron los vecinos fue dentro de casa y lejos de las ventanas o puertas, aseguraron los habitantes.
El coronel Renán Miller, jefe de la Zona 3 de la Policía Nacional, aseguró que lograron mantener el orden y que han recapturado a 15 presos que se fugaron, tres de esos en Ambato.
Según fuentes policiales, la banda de Los Lobos tendrían el control e incluso atribuían a Colón Pico como el líder en esta cárcel de la Zona Centro.
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