El ministro del Interior, Juan Zapata, señaló que antes los menores de edad eran detenidos por delitos menores, pero ahora están vinculados a bandas criminales.
El asesinato del sargento de la Policía Nacional, Freddi Bonilla, es el más reciente crimen en el que participaron menores de edad.
Dos adolescentes de 15 años, conocidos como alias 'Jeremy' y alias 'Medina' son sospechosos del homicidio de Bonilla, ocurrido en Esmeraldas, la noche del 13 de febrero.
En total, tres sujetos fueron detenidos por este asesinato en el barrio Tiwintza, en Esmeraldas. A los aprehendidos se les decomisó tres armas de fuego y una subametralladora.
David G., de 24 años, guarda prisión preventiva por el presunto delito de robo con muerte y tenencia de armas.
Pero los dos adolescentes, según informó el ministro del Interior, Juan Zapata, están bajo internamiento preventivo por 30 días en un centro de detención provisional.
"Es hora de diferenciar las sanciones para los menores de edad asociados a delitos mayores, como el sicariato", dijo Zapata, en una rueda de prensa desde Quito, este jueves.
El Ministro enfatizó que en lo que va de 2023, la Policía ha detenido a 497 menores de edad, por delitos como sicariato, microtráfico de drogas, robo, tenencia de armas y asesinatos.
"Las bandas delictivas que captan a los menores de edad también deberían tener una pena diferenciada", añadió Zapata.
En enero de 2023, la Asamblea ya aprobó un paquete de reformas para castigar con hasta 16 años a los reclutadores de menores de edad. El documento espera el veto del Ejecutivo para entrar en vigencia.
Por el momento, la Policía en Esmeraldas aún trabaja en la confirmación de la hipótesis del asesinato del agente Bonilla. Y no se descarta que su muerte haya sido ordenada.
Según Zapata, el policía Bonilla siempre trabajó en campañas para sacar a niños y adolescentes de las drogas.
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