Quebradas de Quito: ¿por qué no ocurrieron inundaciones ni desastres naturales pese a las fuertes lluvias?

Quito es una de las ciudades menos afectadas por las fuertes lluvias que se registran desde febrero de 2025. Desde entonces, las autoridades no registran fallecidos ni grandes pérdidas económicas.

Una de las razones por las que la capital ha estado libre de eventos naturales e inundaciones tiene que ver con los trabajos de limpieza que las entidades municipales han realizado en las quebradas y en el sistema de alcantarillado.

Datos de la Empresa de Agua Potable (Epmaps) detallan que en Quito hay alrededor de 180 quebradas que recorren más de 1.300 kilómetros. De ellas, hay 34 que concentran la atención de los organismos de riesgo por ubicarse a lo largo del volcán Pichincha.

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Ernesto Fonseca, subgerente de Saneamiento de la Empresa de Agua Potable (Epmaps), dice que "estas quebradas nacen en los puntos en los que inicia la red de colectores que atraviesa toda la ciudad, y por eso su importancia".

Tras los aluviones de 2022 y 2024, que dejaron 29 fallecidos en el barrio de La Gasca, la quebrada El Tejado se convirtió en la mayor preocupación de las entidades de emergencia. Los dos eventos desbordaron las estructuras de captación que tiene la Epmaps en sus cuatro kilómetros.

Fonseca dice que en el primer semestre de 2024, la Epmaps amplió el embalse que tiene la quebrada a 3.200 metros sobre el nivel del mar. "Hemos invertido unos USD 3 millones en la ejecución de obras de mitigación de riesgos. Lo más importante es que triplicamos la capacidad del embalse a 4.000 metros cúbicos".

Esta infraestructura se construyó para retener el agua, lodo y escombros que pueden descender cuando se registren fuertes lluvias o aluviones. "Hay que tomar en cuenta que la pendiente que tiene esta quebrada es muy pronunciada y de difícil acceso. Tuvimos que remover gran cantidad de material para construir el reservorio", señala.

Y adelanta que a medidos de año se instalarán mallas dinámicas en tres zonas estratégicas de la cuenca media de la quebrada para contener desechos. Sin embargo, la obra más importa en esta quebrada será la construcción de un nuevo embalse en su parte baja, cerca a la avenida Mariscal Sucre.

Ahí se removerán 100.000 metros cúbicos para construir un reservorio con capacidad para 20.000 metros cúbicos. "Con esta obra mitigaremos al máximo el riesgo que tienen los barrios del sector. Aunque hay que decir que la ciudad no esta exenta de sufrir eventos naturales si las condiciones climáticas son más fuertes", advierte.

Limpieza de quebradas

La limpieza de las 142 estructuras de captación que las quebradas de Quito es, quizá, la tarea más importante para evitar aluviones, inundaciones y graves consecuencias. El cronograma de la Epmaps establece que cada una de estas estructuras debe recibir mantenimiento dos veces al año. 

Sin embargo, en época invernal, los trabajos se intensifican en las quebradas que registran mayor acumulación de agua o escombros. "Nosotros tenemos tres niveles de alerta, siendo 1 el menos peligroso y el 3, el más peligroso", dice Ernesto Fonseca de la Epmaps.

El funcionario explica que "en nivel 1 hacemos una revisión de los datos que arrojan las estaciones pluviométricas, mientras que en el 2 acudimos al lugar a hacer una inspección. En el 3, en cambio, intervenimos con el personal para evitar un mayor problema".

Desde 2024, cuando se intensificaron los trabajos en las quebradas, la Epmaps retiró alrededor de 70.000 metros cúbicos de lodo y desechos: 68.000 en 2024 y cerca de 2.000 en lo que va de 2025.

"Para la limpieza de quebradas y estructuras de captación tenemos un presupuesto USD 12 millones en 2025", dice Fonseca, quien agrega que las actuales lluvias mantienen en constante alerta a la Mesa de Seguridad del Municipio.

Precisamente, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) dice que entre el 1 de enero y el 20 de marzo de 2025 llovió un 400% más frente al mismo período del año anterior.

Es por eso que la Epmaps y la Empresa de Obras Públicas trabajan de forma conjunta en la limpieza de quebradas, pero también del sistema de alcantarillado para evitar la acumulación de agua en las partes bajas de la ciudad.