“En el hospital de Monte Sinaí de Guayaquil le dan prioridad a presos y baleados sobre población vulnerable”

María Basurto Ramírez, una mujer de 77 años con diabetes e hipertensión arterial, sufrió la amputación de toda su pierna luego de esperar siete días hospitalizada en el Hospital de Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil, por una intervención quirúrgica que solo debía afectar su pie. 

La denuncia la hizo pública por su nieta, Yesenia Santos, de 32 años, quien acusa al centro hospitalario del Ministerio de Salud de priorizar la atención de personas privadas de la libertad y heridos por armas de fuego, lo que derivó en la complicación de la salud de la adulta mayor.

Según le contó de Santos a PRIMICIAS, su abuela fue internada el jueves 8 de agosto por una infección en el pie a causa de su diabetes, con la expectativa de ser operada rápidamente para evitar que la bacteria se extendiera por su pierna.

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No obstante, la operación se retrasó durante  una semana, hasta el pasado miércoles 14 de agosto de 2024, a pesar de los reclamos insistentes de la familia, quienes veían cómo el estado de la paciente se deterioraba cada día.

"Mi abuela tuvo que esperar una semana hospitalizada por una operación de amputación por una bacteria en el dedo del pie, ya que es diabética. Debido a la larga espera, se le tuvo que amputar la pierna porque la bacteria se había extendido", denunció su nieta, indignada

La razón de la demora fue la “falta de disponibilidad en los quirófanos”, ocupados, según le dijeron, por la atención de personas enfermas privadas de libertad y por heridos por armas de fuego en el distrito Nueva Prosperina, al noroeste, uno de los más violentos en la ciudad.

“La prioridad es para los presos”

"Nos decían que no había cupo en los quirófanos porque el hospital estaba en Código Plata atendiendo a personas baleadas e interviniendo a privados de la libertad que llegan en condiciones deplorables, enfermos desde la Penitenciaría del Litoral", añadió.

El relato destapa una problemática más amplia relacionada con la gestión hospitalaria en Guayaquil, en medio de los altos índices de violencia criminal que afecta a la ciudad y al vecino cantón Durán.

La familia de Basurto Ramírez primero quiso internar a su paciente en el hospital del Guasmo Sur, en el sur de Guayaquil, el distrito más violento de la ciudad.

Pero allá también les dijeron que estaban con personas baleadas, en medio del protocolo de seguridad para las casas de salud (creado en 2022) que se activa en casos de violencia criminal.

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La familia pidió reevaluar la política de prioridades hospitalarias, sobre todo en casos donde la integridad y la calidad de vida de pacientes vulnerables están en riesgo, pues la atención a heridos de bala y reclusos parece estar sobrepasando las capacidades del sistema de salud.

Esta semana, una familia también denunció la desaparición del cadáver de una recién nacida en el Hospital del Guasmo, del Ministerio de Salud, en el sur de Guayaquil. 

La madre dio a luz la noche del lunes 12 de agosto a una bebé prematura, de seis meses de gestación. Y aunque al principio se la mostraron viva, luego informaron de su fallecimiento, sin que aparezca el cuerpo, denunció Alexander Soledispa, padre de la pequeña.

Los impactos de la violencia y crisis carcelaria

Desde la planta central del Ministerio de Salud en Quito se informó de forma preliminar que la entidad desconocía el caso, pues carecían del reporte, y se comprometieron a investigar.

PRIMICIAS contactó también con la Zonal 8 del Ministerio, a cargo de Guayaquil, Durán y Samborondón, desde donde respondieron que la entidad busca garantizar servicios de calidad y buen trato, aunque reconocieron que en el primer semestre registraron 33 quejas oficiales a través de ventanilla única.

Según el ministerio, en el primer semestre del año, el hospital de segundo nivel supera las 10.000 cirugías y se mantiene al alza desde el 2021. Mientras que la Unidad de Pie Diabético atiende a 400 pacientes mensuales, incluso de otras provincias del país.

La Coordinación Zonal 8 del Ministerio, llamó a los pacientes a realizar sus denuncias a través de un formulario de quejas, reclamos o felicitación a través de la Unidad de Atención al Usuario del Hospital.  

Por su cercanía al complejo penitenciario del norte de Guayaquil, el hospital de Monte Sinaí se convirtió en el principal destino de los privados de libertad enfermos o heridos en las cinco cárceles de la ciudad. El centro ha llegado a contar este año hasta con 26 presos, según información que ha sido pública.

Toda un ala del hospital se destinó a los reclusos, en el tercer piso del edificio donde los reclusos consumían drogas y organizaban fiestas, intimidaron al personal y donde habrían violado a una trabajadora, según denuncias del personal médico, lo que le costó el cargo al gerente en mayo pasado.

De hecho, la fuga de dos hospitalizados el 10 de mayo puso el foco en los protocolos de seguridad y en el régimen de visitas. Y el Ministerio del Interior dispuso que los reclusos enfermos sean trasladados a diferentes hospitales públicos para que no se concentren en un solo centro.

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La situación no parece haber cambiado y los reclusos enfermos por tuberculosis siguen llegando esqueléticos al hospital.

La asambleísta Mónica Palacios, del bloque de la Revolución Ciudadana, denunció que más de 600 personas detenidas sufren de tuberculosis por la falta de comida en los centros carcelarios, lo que deprime su sistema inmunológico.

Ella registró en video la llegada de detenidos al hospital de Monte Sinaí ‘en los huesos’, con desnutrición crónica aguda en medio de la crisis de provisión de alimentos en las cárceles, que en Guayaquil inició desde el pasado el 1 de junio.