La Semana Santa es un imán para la familia. Se requieren varias manos para elaborar la fanesca, un plato único con marca ecuatoriana.
Ecuador, una potencia gastronómica por su variedad de productos, tiene platos exclusivos. En la Semana Mayor brilla la fanesca. Una receta laboriosa por la cantidad de ingredientes y el proceso mismo de cocción.
Así, cuando llega el día indicado, el punto de convocatoria es la cocina, el lugar de experiencias sabrosas y de mucha alegría entre familia y amigos. Por eso, la fanesca también es unión a más del halo religioso y tradicional.
La fanesca, un trabajo en equipo
Entre conversaciones y risas, unos alistan los granos como habas, arvejas, choclo, chochos o fréjol; otros preparan la base con el refrito para esta sopa multicolor. Desde ahí empieza el secreto del sabor y con seguridad se respaldan en productos de calidad.
De hecho, son parte de la familia. Pues, casi 45 años entre las familias ecuatorianas no pasan desapercibidos. La trayectoria de McCormick, le ha permitido ser líder en especias, condimentos y aderezos.
En otro extremo de la cocina, se puede escuchar a los niños en su aventura con sus amigos de Miraflores. La mantequilla, leche o queso se escurren entre sus manos, que preparan la masa de harina para las bolitas o empanadas.
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Un poco vigilantes a lo que hacen los chicos, están quienes tomaron la vía de la decoración y pican el perejil, la cebolla blanca en trozos grandes, fríen los círculos de plátano maduro o dejan en rodajas al huevo cocinado.
Cuando el olfato percibe bacalao, los expertos dirán que la fanesca está casi lista y buscan espacio para todos en la mesa. Al final, a degustar el resultado de un trabajo en equipo.
Una vez más, hemos aprendido que los buenos momentos en familia son construidos por productos, que saben cómo, elevar los sabores ecuatorianos, sin cambiar su esencia original.
Gracias a los expertos, hemos compartido una receta que de seguro fortalece la tradición ecuatoriana.
