Unidos bajo el grito de que paren la industria del gas y petróleo, dos jóvenes atentaron contra la legendaria obra del pintor Vincent Van Gogh.
Dos activistas de la organización Just Stop Oil lanzaron sopa de tomate sobre el famoso cuadro 'Los girasoles' (1888) del pintor neerlandés Vincent Van Gogh. El hecho ocurrió en el museo The National Gallery de Londres, el 14 de octubre antes del mediodía.
Tras lo ocurrido, la sala del museo fue cerrada por motivos de seguridad y ambos ecologistas fueron detenidos, acusados de daños dolosos y allanamiento agravado.
Una de los activistas, identificada como la londinense Phoebe Plummer, de 21 años, gritó ante la célebre pintura: "¿Qué nos preocupa más, la protección de una pintura o la protección de nuestro planeta y la gente? La crisis por el costo de la vida es parte del costo de la crisis del petróleo”.
Los manifestantes están en contra de que el Gobierno británico conceda nuevas licencias de extracción de petróleo y gas.
Sopa de tomate fue lanzada contra la pintura, que está cubierta por un vidrio. EFE
Los 'Girasoles' de USD 84,2 millones
Enmarcada en el posimpresionismo, la obra 'Los girasoles' se valora actualmente en USD 84,2 millones y pertenece a una serie de cuadros al óleo, donde el tema central es la belleza y brillo de esta flor.
Admirador del pintor francés Paul Gauguin, Van Gogh tenía la intensión de dar una bienvenida a su amigo en su casa de Arlés (sur de Francia). Y para esto pintó 'Los girasoles' y los colgó en la habitación destinada al ilustre huésped, a quien miraba como un mentor.
"Con la esperanza de llegar a vivir con Gauguin en nuestro estudio, quiero pintar una serie de cuadros. Nada más que grandes girasoles... Si llevo a cabo mi plan, pintaré una docena de cuadros. El conjunto es una sinfonía en azul y amarillo. Trabajo todos los días desde que sale el sol, porque las flores se marchitan enseguida y hay que pintarlo todo de una vez".
Epistolario de Vicent Van Gogh con su hermano Theo.
El Chat conversó con el pintor ecuatoriano Miguel Betancourt, quien desde su estudio en San Juan de Cumbayá, se mostró contrariado ante el atentado al maestro Van Gogh, nacido en Zundert (Países Bajos), en 1853.
"Cuando vivía en Londres, a menudo visitaba la National Gallery y me detenía especialmente ante 'Los girasoles'. Siempre admiré el despliegue de color, su frescura, la energía solar que irradian. Van Gogh es ante todo un ser y un creador genuino que refrescó el arte occidental con caligrafías orientales", dijo Betancourt.
"Van Gogh pintaba lo que le salía del corazón. Su obra flamígera, de oro y sol, nos muestra unos girasoles que simbolizan una extensión del amor. Amor de parte de un artista a la humanidad".
Miguel Betancourt, pintor ecuatoriano.
Las redes reaccionan
El lienzo no sufrió daños gracias a estar protegido con un cristal, pero la indignación y la desazón corrió rápidamente entre los internautas.
Camilo Psico subrayó que este ataque a una obra de arte "aleja al ser de la razón":
En tanto la tuitera @imanolll1312 destacó la estrategia mediática que esconde este atentado, y el cual dice busca poner en crisis al 'establishment' o al orden establecido.
Además, las redes se dan pausa para el humor. Jesús García publicó este meme con un Van Gogh confundido y que exclama: "No sabía que las emisiones de mis pinturas están acabando con el mundo".
El amor por el amarillo
Van Gogh tomaba extractos de la planta Digitalis purpurea para tratar sus crisis depresivas, por prescripción de Paul-Ferdinand Gachet. Este psiquiatra parisino intentaba sosegar los severos ataques de pánico y ansiedad del artista.
Pero, la bebida alteraba la percepción de los colores, bañando con resplandor dorado los objetos y el paisaje.
En el siguiente video de TikTok, Esmeralda Domínguez nos cuenta aquella leyenda cuando Van Gogh bebió pintura amarilla, el color de la felicidad.
Vincent Van Gogh en el cine
'Van Gogh, a las puertas de la eternidad', de Julian Schnabel, se aleja del formato de películas biográficas con repetidas cargas históricas o sociológicas.
Esta es una obra intimista, que juega con la estética, la locura, el delirio y la fragilidad del atormentado pintor. Una pieza de gran belleza visual, perfecta para conocer al artista y su necesidad de ir contra corriente.
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